Cada día aparecen nuevos elementos que vinculan al fiscal Carlos Stornelli con Marcelo D’Alessio y la denuncia por extorsión por parte de ambos que realizó el empresario Pedro Etchebest. El Destapeaccedió a la declaración indagatoria de D’Alessio, único detenido hasta el momento en esta causa. El relato de D’Alessio busca desmentir la denuncia pero, en su locuacidad, confirma varios datos que son centrales en la reconstrucción de esta historia. Entre ellos, su relación con Stornelli.
“Si abren mis teléfonos van a ver que hay un audio con una puteada de Stornelli por este tema, él no tenía nada que ver”. Con esta frase, D’Alessio intenta salvar a Stornelli pero, en realidad, le tira un salvavidas de plomo. De ser cierta, indica que Stornelli se comunicó con D’Alessio luego de que se hiciera pública la denuncia, gracias a la publicación de Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna.
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“Stornelli no tiene la más puta idea de todo esto, me dijeron que lo mencione solamente porque yo había estado con él en dos oportunidades y yo lo conocía por haber estado con él declarando por el tema del libro de Daniel Santoro. Nada más”, dijo D’Alessio. Pero el cúmulo de evidencia que se conoció hasta el momento choca contra su propia afirmación, así como la “puteada” y la reunión en Pinamar, que también quedó confirmada en la declaración indagatoria.
Hace días que Stornelli intenta despegarse de D’Alessio, pese a la cantidad de pruebas que indican una relación fluida. Aseguró que tiene problemas mentales y que se vieron en contadas ocasiones. El Destape publicó el domingo las pruebas de que Stornelli y D’Alessio compartieron un viaje en camioneta, durante el cuál llamaron al conductor Alejandro Fantino, quien confirmó a su vez la comunicación ante la consulta de este medio. ¿Quién se subiría a una camioneta con alguien a quien considera con problemas mentales? La denuncia por una segunda extorsión, realizada por los hermanos Barreiro hace pocos días, también da cuenta de que el estudio Vila-Archimbal le avisó a Stornelli que D’Alessio se estaba metiendo en su metier: el de la sutil extorsión para beneficios procesales. Ahora, según D’Alessio, hay “una puteada de Stornelli por este tema”.
En su logorrea habitual (Verbitsky dixit), que no morigera ni en un juzgado, D’Alessio confirmó también las capturas de Whatsapp que daban cuenta del arreglo para verse con Stornelli en Pinamar. “El viaje a Pinamar, él (se refiere a Pedro Etchebest) quiso ir porque decía que estaba deprimido, porque se quería ir lejos, quería acompañarme, yo ya iba a ir a verlo a Stornelli”. ¿Porqué, si no estaba en marcha la extorsión, D’Alessio llevó a Etchebest a Pinamar justo cuando iba a encontrarse con Stornelli? Llevar de paseo a alguien deprimido se aplica a los amigos, no a conocidos y menos a alguien que se está “investigando” y menos aún si el plan es reunirse con un fiscal.
D’Alessio contó también que existió el apretón de manos entre Stornelli y Etchebest. Aunque buscó restarle importancia, dio otro dato extraño. El textual de D’Alessio dice: “Cuando se dieron la mano, él (Etchebest) salía de hacer pis del baño y de pedo Stornelli también entró al baño y se dieron la mano. Eso de que se dieron la mano y hubo un pacto es mentira. El dinero nunca iba a estar porque ellos mismos sabían de la trampa”. ¿Que costumbre imaginaria llevó a dos hombres sin vínculo y que no se conocían a darse la mano en la puerta de un baño, cuando uno entra y el otro sale? Pero el dato extraño es la mención de una trampa ¿Stornelli y Etchebest sabían que era una trampa? ¿Una trampa de qué? ¿De quienes? ¿D’Alessio les dijo a ambos que estaba realizando una operación por cuenta de la casa de espías y el fiscal y el empresario se prestaron a todo el montaje?
En la indagatoria, D’Alessio repitió que estaba haciendo una investigación, que era un trabajo que le encargaron desde la ex SIDE a cambio de un cargo. “Quien me encargó la investigación, es un alto directivo de la AFI (…) Él recibía copia de todo lo que tenía que ver con el tema Etchebest, yo tenía que reportarle todo”, afirmó. “Yo no le quise sacar un centavo a ese hombre. Me dijeron que si hacía bien este trabajo supuestamente iba ser Director de Asuntos Complejos de la AFI”, aseguró. “No soy un extorsionador, -insistió-me pasaron el perfil psicológico de la persona, tiras de migraciones, fue una cama”. Pero luego se contradice: “No sé si fue una cama, no sé si para mí o para Stornelli”.
En otro tramo reiteró su relación con la AFI, que no se limita a este caso: “Le estoy mostrando un entramado con la AFI, le puedo mostrar en mi computadora los trabajos que me encargaron antes. Yo estaba trabajando para ellos, supuestamente tenía que averiguar cuál era la ruta inversa del dinero K. Pero era mentira”
En el proceso extorsivo, por lo que se publicó hasta ahora, D’Alessio fue bajando el monto que le reclamaba a Etchebest. En la indagatoria, confirmó este dato: “Quiero aclarar que los 300.000 dólares pasaron en algún momento a ser 200.000 porque se estaba haciendo todo muy largo, y accedí porque yo quería saber dónde estaba el dinero”.
Insistió varias veces para que lo dejaran irse a su casa, que tenía miedo por su vida, que por eso realizó una habeas corpus que fue filtrado al portal Infobae, que si lo enviaban a su domicilio con una tobillera iba a contar más. Al igual que en el habeas corpus, cuyo contenido fue revelado por el periodista Néstor Espósito en Tiempo Argentino, en la indagatoria D’Alessio apuntó de nuevo contra el ex jefe de la policía bonaerense Aníbal Degastaldi y el ex comisario Ricardo Bogoliuk. “Este último -publicó Espósito- es uno de los que mantuvo un contacto telefónico con Alberto Nisman el frenético fin de semana que terminó con la muerte del fiscal.”. D’Alessio insistió en que todo fue un trabajo para la ex SIDE: “tengo testigos de reuniones con el jefe de Bogoliuk en el hotel NH de la calle Bolivar, no sé si el 12 o 22 de noviembre a las 11 de la mañana”.
Al igual que Clarín (caramba, que coincidencia!, diría Rinconet), D’Alessio buscó ensuciar a Etchebest, el empresario que denunció la extorsión, y vincularlo a servicios de inteligencia. “Ningún viejito graba las conversaciones desde el primer día. Lamentablemente lo vi en el diario. Hay audios que sé que están editados, yo sé con qué tecnología cuentan. A mí ya me dijeron de todo en los diarios, yo ya soy un muerto civil, es la realidad, no es victimizarme. Quiero que me ponga una tobillera, no me muevo de mi casa, no entorpezco la causa, estoy todas las veces que quiera acá”, afirmó. “Estos son servicios, no es un viejito que dice ́pobre Marcelito ́”, repitió en la indagatoria.
“Yo entré acá como un posible extorsionador, con audios cambiados, audios editados, capturas de
pantalla, el pobre viejito (Etchebest) que vino seguramente llorando -dijo D’Alessio-Por lo que pude averiguar tiene una causa por trata laboral por un campo de Balcarce, tiene 50 hectáreas que valen 2 millones de dólares y tiene medio millón de dólares en maquinarias. Decía cobrar en nombre de la señora presidenta pero la señora presidenta no conoce a este señor Etchebest, no conoce a la señora presidenta, no la conoce. Eso es mentira. Y cobraba plata en nombre de la presidenta”, dijo.
“Le puedo contar todo, con qué periodista trabajaba”, prometió D’Alessio. Dato, a esta altura, innecesario. Ya es pública la relación promiscua con Daniel Santoro, escriba servicial de Clarín, al que mencionó varias veces en la indagatoria.
Todos estos textuales surgen de la declaración indagatoria del 17 de febrero ante el juez Alejo Ramos Padilla y el fiscal Juan Pablo Curi. De la lectura se lo nota nervioso. “Fácil, me suicido o me van a matar”, dice en un momento.
En una segunda indagatoria, al día siguiente, incorporó un escrito al expediente y habló sobre Leonardo Fariña: “Sé quién le paga, es una operación todos los días”. En los audios que grabó el empresario Etchebest, D’Alessio se arrogaba ser abogado de Fariña y que eso lo pagaba la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.