El Fondo Monetario Internacional aprobó un nuevo desembolso por US$10.800 millones a la Argentina, pero advirtió que la inflación es elevada y que la perspectiva indica que continuará en ese camino de ascenso, algo "difícil de quebrar". Además, aseguraron que habrá que "actuar con prudencia en la ejecución de planes de gasto", léase más ajuste, e incrementar ingresos fiscales para lograr el balance acordado para 2019.
En el informe difundido, el FMI comenzó con unas críticas positivas a la situación económica actual del país al asegurar que "el elevado déficit fiscal y en cuenta corriente —dos grandes vulnerabilidades que condujeron a la crisis financiera el año pasado— están disminuyendo".
También reconocieron que "la actividad económica se contrajo en 2018, pero hay indicios de que la recesión ha tocado fondo, y se espera una recuperación gradual en los próximos trimestres". Pero no dudaron en dar la mala nota: "La inflación sigue siendo elevada; las expectativas inflacionarias están aumentando y la inercia inflacionaria resulta difícil de quebrar”.
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Si bien, entendieron, el Gobierno mostró "su determinación de asegurar que la relación deuda pública/PIB se encuentre en una trayectoria sostenible" mediante la reducción del déficit primario del año pasado, "a la luz de un nivel inferior al esperado del ingreso tributario en el primer semestre del año, será crítico actuar continuamente con prudencia en la ejecución de los planes de gasto" e incrementar ingresos fiscales para llegar al balance previsto para 2019.