El dilema de Binner: ir por la presidencia o bajar a Santa Fe

25 de noviembre, 2014 | 19.20

Por Marcos Cittadini
Especial para El Destape

Los dilemas del gobernante Frente Progresista Cívico y Social de cara a las elecciones del año próximo se mueven al ritmo de la cada vez más convulsionada realidad social de la provincia. Son varios los interrogantes para socialistas y radicales: ¿Se podrá ganar sin una fórmula de unidad? ¿No convendría que Binner abandone sus quiméricas aspiraciones presidenciales y asegure el triunfo en la provincia con su candidatura?

Hace una semana, mientras los periodistas de Rosario expresaban su repudio a las amenazas sufridas por el colega Germán De Los Santos por investigar el hampa regional, tuvieron que cubrir la noticia del asesinato de Norma Bustos en el barrio Tablada. Bustos era una de las madres que venía denunciando el accionar de los grupos vinculados al narcotráfico, luego de que su hijo fuera muerto a balazos en el sur de la ciudad en 2013. La titular de la ONG Madres solidarias, Norma Castaño aseguró que al matar a Bustos se cruzó un límite, y fue terminante: "Si el Estado no interviene, debemos rezar para no ser las próximas".

El gobierno de Mario Bonfatti se hizo cargo tarde de que había perdido el control de las calles en una buena parte del Gran Rosario, en manos de las bandas delictivas. Hasta el momento en que se escribe esta nota la cifra de asesinatos en la ciudad es de 219. Está claro que no todo puede atribuirse a las llamadas "guerras narco" pero la sensación de indefensión que desde hace demasiado tiempo sufren los habitantes de las barriadas más pobres ya se ha trasladado a los demás habitantes y a las discusiones políticas de cara a 2015.

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Con este panorama, el socialismo enfrenta un test electoral con características distintas a los anteriores. Por una parte, continúa teniendo un buen porcentaje de intención de votos pero por otra, arrastra cierta falta de cohesión interna que se proyecta a toda la alianza con radicales de partidos de gobierno.

Las voces que alertan acerca de los males de la instalación de una gerontocracia alla uruguaya y abogan por un cambio son cada vez más audibles. A pesar de cuestionamientos internos, como el de Rubén Giustiniani, Hermes Binner instaló como "natural" la candidatura a la gobernación del ex intendente de Rosario Miguel Lifchitz. Lifchitz –que lidera casi todas las encuestas para gobernador- debe afrontar el no haber podido lograr una fórmula de unidad con el radicalismo, como sucedió en las anteriores pujas para ocupar la Casa gris. Esta vez, si no hay acuerdos inesperados, deberá enfrentar al diputado nacional por UCR, Mario Barletta, en unas primarias que irán desdobladas de las nacionales. Se especula con que sean a fines de abril y que las generales se realicen el 14 de junio, pero el gobernador Bonfatti ya aclaró que esperará para fijar la fecha todo lo que la ley le permite. En el socialismo ya se preparan para encarar una campaña "entre sidras y sombrillas".

Son muchos los problemas de gestión y las denuncias de corrupción que salpican a funcionarios y dirigentes del Frente Progresista Cívico y Social pero los socialistas sólo temen dos cosas. La primera es que el macrista Miguel Del Sel recupere su buena imagen y vuelva a repetir las dos excelentes elecciones en las que participó.

El otro peligro es que el peronismo logre lo que viene intentando sin suerte desde hace un tiempo: la unidad en la provincia. De hecho, los triunfos del cómico de MIDACHI se deben a la apoyatura territorial que le brindó cierto sector del peronismo refractario al kirchnerismo que encabeza Agustín Rossi.

Son varios los que dicen que el problema es que quien más mide como candidata a gobernadora es la impredecible María Eugenia Bielsa y que con ella, es imposible que todos los sectores del PJ se reúnan. Pero la mismísima Bielsa, que aún no confirmó su candidatura, habla de unidad y asegura que el senador nacional Carlos Reutemann representa un sector que no debería ser excluido" del armado provincial.

Justamente, un buen signo para los que creen que esta vez las principales figuras del peronismo pueden favorecer una construcción común es que Reutemann optó por no mostrarse con Sergio Massa, cuando todos los daban como un hecho, en la última visita del bonaerense a Santa Fe. Massa, de cualquier modo, parece haber encontrado en el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi un hombre cuyo techo político aún es una incógnita. Algo que se comenzará a saber cuando se lance como candidato en diciembre.

Volviendo al peronismo orgánico, los que piensan que los acuerdos son posibles imaginan una fórmula, improbable por ahora, con Bielsa como candidata a gobernadora y el ex intendente de Rafaela, Omar Perotti como vice. Con eso se lograría además una proporcionalidad fundamental para las aspiraciones de llegar al gobierno. Una es popular en Rosario, el otro en el norte de la provincia. No son pocos lo que descreen que los dos dirigentes con más arrastre dentro del PJ puedan acordar y que Del Sel volverá a sacar rédito de eso. En la provincia se cuentan historias contradictorias de la relación de Bielsa con la Casa Rosada. Se dice que le habrían ofrecido ser la única candidata pero también que la prefieren para disputar la intendencia de Rosario, teniendo en cuenta que la administración de Mónica Fein pone en riesgo por primera vez en 25 años, las chances del socialismo en la ciudad.