Redacción El Destape
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
@dgannio
Con el aumento de la venta ilegal callejera en Buenos Aires las cámaras de comercio reflotaron el pedido de que se controle más a los manteros y puesteros, aunque desde el Gobierno dicen que las cifras no crecieron y que se mantiene el consumo de las clases más bajas. ¿Qué impuestos no pagan esos comerciantes?
La Cámara de Comercio (CAC) y la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) son las que más le exigen a la Secretaría de Comercio y a la AFIP que se controlen las ferias abiertas como La Salada, aunque desde el fisco aseguran que muchas veces se las registra y se encuentra que la mayoría de los puesteros son monotributistas. La evasión, dicen, está en la entrada de la mercadería ilegal, que en el caso de la indumentaria ronda el 50%.
Según la CAC, hay 2.827 puestos ilegales en la Ciudad de Buenos Aires, lo que representa un 55,9% más que el año pasado, y los mayores aumentos se dieron en las avenidas Avellaneda, Pueyrredón y Corrientes. Si bien se organizaron algunas redadas este año en esas locaciones, la cantidad de comerciantes se multiplicó.
Un trabajo de esa entidad empresaria, titulado "El Costo Impositivo para el Sector Comercio en Argentina", señala que los impuestos en los que incurren los locales son ingresos brutos, Ganancias, IVA, cheque, las cargas sociales y, fuera de la Capital Federal, las tasas municipales, que también crecieron en los últimos años y es eje de una puja importante entre intendentes y comerciantes. Ese informe señala que un negocio que factura hasta $1.250.000 por año debe pagar un 3,5% de ingresos brutos, mientras que los que tienen más movimiento pagan el 5%. Además, deben afrontar los costos del impuesto al cheque (1%), el IVA en sus compras, 35% en ganancias y un aporte mensual para los autónomos.
El análisis de los datos estiman que, para un comerciante mediano, la carga tributaria en Capital Federal puede ir desde el 42% hasta el 47% del margen bruto y del 17% al 19% de la facturación efectiva. Las cifras son similares, según la presentación, para el resto del país.
Por eso, consideran que el porcentaje de reducción en los precios que puede implementar un comerciante informal para obtener la misma ganancia que un comerciante formal es del 30%, lo que llaman "indicador de competencia desleal".
Así y todo, señalan que eso, sumado a la entrada de la ropa desde China ilegalmente, hace que las prendas puedan costar hasta un 70% menos. Desde el Gobierno apuntan que el tema de la indumentaria es uno de los más complicados de abordar y que muchas veces son las mismas marcas las que proveen los artículos de "segunda calidad", que se fabrican en los mismos lugares que los originales.
Otro tema es la compra de la ropa "premium", que en los shoppings tienen márgenes superiores a los locales de la calle. Pero las marcas instaladas en esos establecimientos aseguran que los precios abultados se deben a las condiciones que les imponen los bancos y los mismos shoppings.