Desde Río Gallegos, en su primer acto de campaña como precandidato presidencial, Alberto Fernández habló de su relación con Cristina Kirchner y cómo volvieron a amigarse después de años de distanciamiento: "He recuperado a una amiga y no saben lo contento que eso me pone".
Fernández remarcó que antes del anuncio de la fórmula, algunos sectores le adjudicaban una suerte de "poder" casi mágico sobre Cristina. Sin embargo, advirtió: "Repentinamente me convirtieron en un tarado obediente. Nunca la convertí a Cristina en nada. Cristina es Cristina y nadie puede cambiarla. Tampoco yo soy un tipo obediente. También lo sabe Cristina, no se lo voy a explicar".
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El ex Jefe de Gabinete de Néstor contó que "a Cristina y a Alberto les pasó lo mismo que le pasó a miles de argentinos: un día se pelearon por la política, la diferencia es que salían en los diarios" por ser funcionarios. Sin embargo, después de muchos años distanciados, volvieron a reunirse: "Un día dijimos nos hemos peleado tanto tiempo y hemos dejado que pase ésto por nuestras peleas".
Eso los llevó a reflexionar y concluir que "la Argentina es otra, el mundo es otro" y hay otros desafíos. "He recuperado una amiga y no saben lo contento que eso me pone", remarcó y agregó que ambos "volvieron a reconstruir el equipo que una vez fue".
En ese equipo, advirtió que él es el candidato presidencial pero "es un equipo" para trabajar "codo a codo" con CFK. "Si alguien pretende que no la escuche, está loco porque la voy a escuchar siempre. Es el centro político de la Argentina", sostuvo.
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