Cerca de un millón de personas se movilizaron hoy en Varsovia en la llamada "Marcha del millón de corazones" para protestar contra el gobierno conservador a dos semanas de las elecciones generales en Polonia, informó la prensa internacional.
"Es la mayor manifestación en la historia de Varsovia", dijo Monika Beuth, vocera de la alcaldía de Varsovia, que indicó que "cerca de un millón de personas" asistieron, según la agencia de noticias AFP.
Los manifestantes se congregaron en el centro de la capital polaca y muchos de ellos llevaron banderas europeas y polacas.
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La protesta, convocada por el líder de la oposición Donald Tusk, buscaba movilizar al electorado antes de los comicios.
La concentración culminó con un discurso de Tusk, que encabeza el bloque centrista Coalición Cívica.
"Polonia merece algo mejor, Polonia merece lo mejor", afirmó Tusk.
"El gigante despertó, ganaremos las elecciones", exclamó, según la agencia ANSA.
"Polonia estará en diálogo con Europa y el mundo, será tolerante, sensible a los problemas climáticos y respetuosa del Estado de derecho", prometió Tusk, acompañado en la manifestación por numerosas figuras políticas que se sumaron a la marcha, incluidos los líderes de otros partidos de la oposición.
"Estamos dispuestos a ganar y formar un gobierno democrático, europeo y moderno", prometió Robert Biedron, colíder del partido Nueva Izquierda.
Tusk, quien también ocupó el cargo de primer ministro de 2007 a 2014 y fue presidente del Consejo Europeo, denominó el evento como la "Marcha del millón de corazones".
"Nosotros, la Nación. Nuestra patria. Nuestro estandarte", escribió Tusk en la red social X (ex Twitter), junto a una foto de la movilización.
Desde la mañana comenzaron a congregarse manifestantes llegados de todo el país, para protestar contra el gobierno conservador de Mateusz Morawiecki, del partido Ley y Justicia (PiS, en polaco).
"Ya estamos hartos de lo que hemos visto, nos coartan la libertad, queremos democracia, para nuestros hijos, para nuestros nietos", dijo Kazimierz Figzal, de 65 años, quien tardó siete horas en llegar hasta la capital polaca desde el sudeste del país.
Para Monika Pieleszynska, empleada de una oficina de 43 años, que llegó desde Piechowice, ciudad del suroeste de Polonia, "es hora de volver a la normalidad, al Estado de derecho, a la libertad de elegir y de expresión".
A unos 300 kilómetros al sur de Varsovia, Morawiecki desestimó la manifestación en la capital e instó a su plaza, reunida en la ciudad de Katowice, al congreso del partido.
La oposición liderada por Tusk "tiene la intención de dejar entrar inmigrantes ilegales en Polonia", acusó.
"Hay pruebas de que están preparando decenas de miles de plazas para inmigrantes ilegales, quieren crear una segunda Lampedusa", añadió el primer ministro, advirtiendo a los polacos antes de la votación.
"El 15 de octubre estarán sobre la mesa, delante de todos, dos visiones de la patria: la visión polaca (...) y la visión alemana de Donald Tusk", afirmó el jefe de Gobierno, prometiendo, en caso de victoria, para el partido en el poder, que el salario medio aumentará hasta unos 2.000 euros.
Pese a los conflictos con la Unión Europea y a las denuncias internas, el PiS sigue teniendo una ventaja cómoda en las encuestas, con cerca del 35% de las intenciones de voto, según instituto demoscópico IBRiS.
La Coalición Cívica está segunda, con un 27% de las preferencias, según el mismo estudio.
Sin embargo, Tusk afirma que los sondeos hechos por su partido muestran que la brecha entre ambas formaciones sea ha reducido recientemente a dos puntos.
"La oportunidad está al alcance de la mano. No hay nada decidido", dijo Tusk esta semana en un acto en Elblag, en el norte de Polonia.
Con información de Télam