La confesión de Javier Milei que pone en valor la estrategia PRO

El presidente reconoció que, sin el apoyo de Macri y Bullrich, nunca hubiera llegado a ser jefe de Estado. El PRO quiere, con su capacidad de provocar el daño, negociar en mejores condiciones para prometerle al gobierno una victoria electoral.

05 de noviembre, 2024 | 00.05

Tal vez embebido por el amor, el presidente Javier Milei coincidió con el PRO y reconoció que, sin el apoyo de Mauricio Macri y su ahora ministra de Seguridad Patricia Bullrich, él nunca hubiera llegado a la jefatura de Estado. Esta observación, en retrospectiva, de lo ocurrido en 2023 puso en valor la estrategia del macrismo y dejó en un lugar incómodo a aquellos que piensan, dentro de las filas libertarias, que hubieran ganado aún sin el apoyo del hombre de la FIFA. “Bullrich, una mujer con un coraje fuera de serie y de una gran generosidad por que si no fuera por la humildad y la grandeza de la doctora Bullrich y el presidente Macri yo hoy no sería presidente", dijo Milei en una entrevista que le hizo su novia, Yuyito González.

La revelación del jefe de Estado fue llamativa. O mostró una diferencia con la estrategia que sus armadores llevan adelante, de independencia total (o ninguneo) frente al poder de daño del PRO, o dejó al descubierto, una vez más, su nivel de respeto hacia la figura de Macri. Quienes conocen del armado libertario saben que Milei quiere un vínculo con los amarillos, una posición diferente a la que tienen sus seguidores y círculo íntimo. No dejó de sorprender que, transitando una época calma, tanto en materia financiera como a nivel de imagen personal, el presidente decidiera poner en valor a un partido que, según las encuestas, no logra repuntar. El último estudio de Proyección Consultores reveló que el 11,5% votaría a un candidato impulsado por Macri, lejos de los 27 y 28 puntos que conseguirían, respectivamente, postulantes avalados por Milei y Cristina Kirchner.

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Por más magro que pueda percibirse, esos casi doce puntos son indispensables, sin embargo, para ganar una elección o – sin ellos – perderla. Ese es el poder de fuego de Macri que, hasta ahora, había sido menospreciado por filas libertarias. Pero llegó la confesión presidencial, corroborando que, efectivamente, un apoyo del ex presidente sería crucial (porque ya lo fue). Milei pareciera propiciar la construcción de, como bautizó el consultor Santiago Giorgietta, la coalición Liberta Avanza / PRO Argentina cuyas siglas, LAPA, no sonaron prometedoras.

La consultora Fixer también evidenció este poder M en su último sondeo: si La Libertad Avanza se enfrentara al peronismo unido, habría un escenario de paridad, pero si lo hiciera en alianza con el PRO y la UCR lograría una ventana favorable. El estudio tiene varios datos interesantes: la idea de cambio transita, en forma muy pareja, por los carriles tanto de Juntos por el Cambio como de LLA, mostrando una vez más la similitud entre ambos sectores.

Respecto a la gestión, pese al paso del tiempo, la percepción de la gente se mantuvo relativamente estable a la hora de evaluar que el ajuste no lo está pagando la casta pero hubo un cambio, en los últimos meses, al momento de percibir la figura presidencial: cuando Milei asumió, mostró un escenario polarizado entre quienes opinaban que era “más de lo mismo” o un impulsor de los cambios necesarios.

Con el avance del tiempo, la tendencia se acomodó en favor del jefe de Estado, mostrándolo como el impulsor de transformaciones. Pero a partir de mayo cambió la preferencia: desde hace tres meses, la mayoría de los encuestados considera que el referente libertario no representa nada novedoso. En octubre, fue el 45% frente al 43% que todavía lo percibe innovador. Este desencanto de un segmento de la población puede estar asociado a la falta de resultados o de cumplimiento de las promesas hechas en campaña. Sin embargo, por el contexto de ajuste, el balance todavía es favorable para el presidente, según esta encuestadora, con 41 puntos de imagen positiva. Las que empezaron a repuntar son las imágenes de Axel Kicillof y Cristina Kirchner, producto de la polarización.

En la previa al año electoral, el escenario no pareció demasiado favorable al PRO que, por el momento, tiene la llave para que los libertarios puedan ganar una elección pero no podría hacerlo en soledad. Macri, que no logró sanear la relación con La Libertad Avanza, está convencido de que su partido tiene que darle oportunidades al gobierno porque considera que, si no les va bien, sería un fracaso muy grande para el país.

Esta estrategia “desinteresada” conlleva riesgos y beneficios para el PRO de Macri. Por un lado, la posibilidad de desaparecer, de entregar toda la estructura y que los votantes migren en un 100% a filas libertarias en busca de otra representación. Por el otro, la chance de poder condicionar al gobierno.

La que también corre el riesgo es Patricia Bullrich que, de entregar su armado, podría quedarse con nada a la hora de querer impulsar un proyecto propio. Sus contactos con gobernadores, intendentes, legisladores, armadores territoriales e incluso el voto que asegura representar (el elector PRO que no se fue a orillas libertarias) pueden ser muy útiles tanto para ella como para el gobierno. ¿Para quién los va a activar el año que viene?

La búsqueda de poder está en la “naturaleza” de la ministra, pero por ahora no estimuló la posibilidad de construir una jugada personal. De momento, para los suyos, la renovación está encabezada por Milei, con quien la funcionaria está íntimamente identificada (“ella es Milei", dicen). Por su parte, Macri “se va a derretir como un helado en enero, es sólo cuestión de tiempo”.