Una ola de ataques rusos con drones cayó hoy sobre la capital ucraniana, golpeando sus infraestructuras críticas y agravando la crisis energética desatada por la guerra y la imposibilidad de acceder a calefacción en medio del crudo invierno, pocas horas antes de una reunión prevista entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo bielorruso Alexandr Lukashenko en la ciudad de Minsk.
"El enemigo está atacando la capital", dijo la administración en la red Telegram.
"Hasta el momento, 9 VANT (vehículo aéreo no tripulado) fueron derribados en el espacio aéreo de Kiev", informó el mensaje.
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Las fuerzas rusas utilizan municiones de bombardeo llamadas "Shahed", con las que están golpeando Kiev en las últimas semanas, luego de que el Kremlin prometió continuar los combates en Navidad.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, confirmó que se registraron explosiones antes del amanecer.
"Varias explosiones se escucharon en los distritos Solomianski y Shevchenkivskii de la capital", indicó. "Todos los servicios están caídos. Más detalles después", dijo, según reprodujeron las agencias de noticias AFP y Europa Press.
Ucrania enfrenta ataques aéreos frecuentes y a veces mortales en los 10 meses desde que comenzó la invasión rusa en febrero. Los ataques se intensificaron en octubre, después de que Moscú sufriera una serie de reveses militares.
Tras el ataque de hoy, el operador ucraniano de energía, DTEK, informó que iba a imponer apagones de emergencia.
Por otra parte, el Ejército ruso informó que sus militares participarán en unos "ejercicios tácticos" en Bielorrusia, después de que en octubre se anunciara la formación de una fuerza conjunta de miles de efectivos.
Asimismo varios de sus buques de guerra rusos participarán a partir de esta semana en unos ejercicios conjuntos con la Marina china, una muestra más de acercamiento entre Moscú y Beijing frente a los países occidentales.
La Unión Europea dijo que los ataques rusos contra la infraestructura civil constituyen crímenes de guerra, y el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, los calificó como "bárbaros".
Rusia, por su parte, asegura que sus ataques buscan interrumpir "la transferencia de armas y municiones de fabricación extranjera".
Mientras Moscú bombardeaba Ucrania, Putin se reunió con los altos mandos encargados de la operación militar en esa exrepública soviética para que le dieran propuestas sobre futuras acciones, según el Kremlin.
Putin mantendrá hoy otra reunión crucial, en este caso con Lukashenko en Minsk, la capital de Bielorrusia, la primera visita del líder ruso a ese país en tres años.
En octubre, Bielorrusia anunció la formación de una fuerza conjunta con Rusia, y miles de soldados rusos fueron enviados a la exrepública soviética.
No obstante, el líder bielorruso afirmó en varias ocasiones que no contempla enviar unidades militares de su país a Ucrania.
Aún así, las autoridades ucranianas temen una nueva ofensiva en los primeros meses de 2023 desde ese territorio.
Durante su alocución diaria, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, insistió en que "la protección de la frontera con Rusia y Bielorrusia" era una "prioridad constante". "Nos preparamos para todos los escenarios posibles", señaló.
En relación a la ola de ataques rusos, Zelenski denunció que anoche nueve millones de personas tuvieron el servicio eléctrico restablecido.
"En la mayoría de las ciudades, el transporte se ha normalizado", matizó después.
La semana pasada, los aliados occidentales de Ucrania ofrecieron 1.100 millones de dólares en ayuda de emergencia, un monto que para el líder ucraniano es fundamental para asegurar los repuestos para las reparaciones de generadores de alta capacidad, gas adicional e importar electricidad.
En el día 298 de la guerra, Putin, llamó a su alto mando militar a proponer cómo continuar con la invasión.
Les pidió planes "de corto y mediano plazo" en un mensaje por la televisión estatal, mientras los jerarcas militares ucranianos advierten que Moscú prepara una ofensiva invernal, incluyendo un intento de tomar Kiev.
Hoy, un tribunal de la ciudad de Sebastopol, en la anexada península de Crimea, condenó al ciudadano ruso Yevgeni Petrushin a doce años de prisión en una colonia penitenciaria por filtrar informaciones a Ucrania sobre la flota de Rusia en el mar Negro.
Así lo informó el Servicio Federal de Seguridad (SFB) de Rusia en un comunicado que detalla que el hombre fue condenado además a pagar una multa de 100.000 rublos (unos 1.400 euros), según informaciones de la agencia de noticias Interfax.
Petrushin fue acusado de "seguir las instrucciones de la Inteligencia de Ucrania entre los años 2020 y 2021 para recabar y transmitir información sobre las actividades de la Flota del Mar Negro, unos datos que pueden ser utilizados para socavar la seguridad de Rusia".
Con información de Télam