El primer ministro británico, Boris Johnson, fue interrogado hoy en el Parlamento tras el escándalo generado por diputados y exministros del Partido Conservador que fueron acusados de amiguismo político al romper las reglas del lobbying y benefician a empresas privadas a través de sus segundos trabajos.
La sesión de preguntas, se da en el marco del debate para prohibir a los legisladores ser además consultores políticos y utilizar su influencia para hacer actividades de lobby.
Los parlamentarios pueden asumir otro empleo siempre que se declare de conformidad con el código de conducta, pero se les prohíbe actuar como defensores remunerados, es decir recibir pagos por hablar en la Cámara, hacer una pregunta parlamentaria, presentar una moción o un proyecto de ley que beneficie a una empresa.
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El Partido Laborista directamente quiere prohibir todos los segundos trabajos, con algunas excepciones relacionados con los servicios públicos como médicos o enfermeras, policías, entre otros.
También propuso una nueva regla de que cualquier función externa, remunerada o no, debería estar "dentro de límites razonables" y no impedir que los diputados sirvan plenamente a sus electores.
En ese sentido, Johnson presionado por el escándalo, anunció ayer de forma sorpresiva que los parlamentarios ya no deberían poder mantener puestos de trabajo asesorando a empresas.
La disputa se produce después que el exministro conservador Owen Paterson rompiera las reglas del lobby, por lo que enfrenta una suspensión de 30 días en la Cámara de los Comunes.
Johnson se vio obligado a dar un giro de 180 grados ante la condena generalizada por la medida para proteger a su amigo Paterson, que está acusado también de utilizar papel con membrete de la Cámara de los Comunes para dos cartas relacionadas con los intereses comerciales de dos laboratorios para las que trabajaba como consultor remunerado.
Durante la sesión de preguntas, el premier británico admitió hoy que Owen Paterson violó las reglas.
A principios de este año, el expremier David Cameron estuvo en el centro de un escándalo por su presión sobre los ministros conservadores en nombre de una firma financiera que colapsó a principios de este año.
Un documento que se filtró a los medios reveló que otros siete políticos conservadores ayudaron a las empresas a acceder a contratos del sector público a través de un canal especial.
Michael Gove, ministro del Gabinete, es uno de los siete diputados que supuestamente ayudó a las empresas a acceder a lucrativos contratos a través de ese canal.
La empresa Meller Designs, cuyo dueño es amigo personal del ministro, obtuvo más de 160 millones de libras en contratos gubernamentales.
Según consignó la cadena BBC, la ministra de Comercio Internacional, Anne-Marie Trevelyan, habría sugerido 15 horas a la semana como un límite razonable.
Con información de Télam