Cientos de personas desafiaron el toque de queda hoy en el estado indio de Nagaland para asistir al funeral de varios civiles muertos por disparos del Ejército durante una operación de seguridad.
A las familias de los fallecidos se unió posteriormente el ministro principal de Nagaland, Neiphiu Rio, que culpó al Ejército de las muertes y ordenó una investigación, según informó la agencia de noticias AFP.
Durante esta jornada se celebraron protestas en todo el estado, un día después de que se celebrara una marcha para rendir homenaje a las víctimas en Kohima, la capital estatal.
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Una fuente policial declaró que la situación era "tensa pero estaba controlada".
Nagaland y otros estados del noreste de India han vivido décadas de tensiones entre diferentes grupos étnicos y separatistas.
La región alberga decenas de grupos tribales y pequeños grupos rebeldes cuyas demandas van desde una mayor autonomía hasta la secesión.
El pasado sábado en Oting, en el distrito de Mon, fronterizo con Myanmar (antigua Birmania), un comando militar de élite, que esperaba a los insurgentes, mató por error a seis mineros.
La explicación de Ejército es que la emboscada se basó en "información creíble" sobre un grupo insurgente armado que se movía por la zona.
Otros ocho civiles murieron más tarde después de que una muchedumbre enfurecida atacó a los soldados.
En estos incidentes también murió un soldado y se incendió un vehículo militar.
Posteriormente, las autoridades impusieron un toque de queda y cortaron internet.
Con información de Télam
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