En medio de una creciente confrontación entre las potencias occidentales y Rusia, el Gobierno francés advirtió este domingo que un eventual ingreso de Ucrania a la Unión Europea (UE) podría demorar entre 15 y 20 años, mientras el Ejecutivo de Finlandia, otro vecino del territorio ruso, reconoció su propio ingreso a la alianza militar occidental OTAN podría tomar varias semanas para destrabar el veto que impuso Turquía.
"Hay que ser honestos, (...) si decimos que Ucrania se unirá a la UE en seis meses, un año o dos, no será cierto. Probablemente tomará 15 o 20 años, es un proceso muy largo", explicó el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Clément Beaune a la emisora Radio J. El pasado 28 de febrero, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, solicitó oficialmente el ingreso de su país en la UE, mientras que Georgia y Moldavia -otros países con partes de sus territorios ocupados con militares rusos- lo hicieron el 3 de marzo.
El 1 marzo el Parlamento Europeo apoyó una resolución para otorgar a Ucrania el estatus de país candidato. No obstante, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró entonces que el proceso de adhesión de Kiev al bloque comunitario podría llevar varios años, incluso décadas, y a este respecto propuso crear una nueva "comunidad política europea" que podría incluir a Ucrania.
Y no es el único proceso que líderes de las potencias occidentales quisieron presentar como un giro inmediato y seguro en su política de aislamiento a Rusia. La candidatura de Finlandia y Suecia para ingresar a la OTAN luego de décadas de una declarada neutralidad también fue celebrada en Estados Unidos y Europa como un gran logro en contra de Moscú.
Sin embargo, el Gobierno finlandés dejó en claro este domingo que este proceso tampoco será fácil. El canciller Pekka Haavisto reconoció que el veto declarado por Turquía será un obstáculo a superar y adelantó que podría tomar semanas en resolverse.
"Las negociaciones (con Turquía) continuarán a nivel oficial. Anteriormente dije que tomarían al menos unos días. Ahora podemos decir que debemos ser pacientes, llevarán varias semanas", dijo Haavisto en una entrevista con el canal Yle. El canciller aseguró que es "optimista" respecto a la resolución del desacuerdo.
El eje del problema es que tanto Finlandia como Suecia han dado refugiado a personas que Turquía considera vinculadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo político y armado que hace décadas está en guerra con el Estado turco y que la propia UE considera como una organización terrorista. Sin embargo, también la UE y una parte de la comunidad internacional ha acusado a Turquía de cometir masivos violaciones de derechos humanos contra la minoría kurda.
Tras la negativa de Turquía a permitir el ingreso de los dos países europeos a la OTAN, Haavisto aseguró que su país puede garantizar a Turquía que mantendrá monitoreados muy de cerca a todas las personas con vínculos con el PKK en su territorio. "Ciertamente podemos darle a Turquía esas garantías. Como el PKK es considerado en Europa una organización terrorista, es importante prevenir actividades terroristas también en Finlandia. Es importante que hagamos nuestra contribución", resaltó.
Con información de Sputnik