La ofensiva final de Rusia en la región del Donbass "ya ha comenzado", afirmó este lunes Vadim Denisenko, asesor del Ministerio del Interior de Ucrania, mientras una brigada militar de sus Fuerzas Armadas lanzó un dramático presagio de que ese ataque podría vencerla rápidamente en la devastada Mariupol, la ciudad portuaria del sureste del país donde tanto Kiev como Moscú coinciden en que se están cometiendo un sinfín de violaciones a los derechos humanos, aunque ambos se acusan mutuamente.
A 47 días del inicio de la invasión rusa que llegó a controlar toda la región fronteriza entre Rusia y Ucrania, parte del sur y, hasta unas semanas, parte de la frontera con Bielorrusia y la periferia de la capital, Kiev, el gobierno ucraniano dejó entrever que el conflicto estaría frente a un momento clave, que definiría el futuro de su país y volvió a rogar a sus aliados occidentales que le envien más armas.
En teleconferencia frente al parlamento de Corea del Sur, el presidente Volodimir Zelensky insistió en su pedido de más ayuda para contener la ofensiva rusa, dijo que cree que hay "decenas de miles" de muertos en Mariupol, en el sur del país, y admitió que las posilbilidades de Ucrania de resistir dependen de Estados Unidos y el apoyo concreto que le dé. "Para ser honesto, si seremos capaces (de superar la ofensiva rusa) depende de esto", sentenció.
Mientras tanto, en el terreno, la atención volvió a centrarse en Mariupol, la ciudad portuaria del sureste de Ucrania, dentro del Donbass, asediada hace más de un mes por las fuerzas rusas y donde la Cruz Roja Internacional intentó sin éxito varias veces evacuar a los cientos de miles de civiles que aún están atrapados allí.
"Hoy va a ser probablemente la batalla final ya que nuestras municiones se agotan (...) Esto implica la muerte para algunos de nosotros y el cautiverio para otros", escribió la 36º brigada de la Marina, que forma parte de las fuerzas armadas de Ucrania, en su página de Facebook. "No sabemos qué pasará, pero les pedimos que se acuerden (de nosotros) con una palabra amable", pidió la brigada "a los ucranianos" en su texto.
"Durante más de un mes hemos estado luchando sin munición, sin comida, sin agua", haciendo "lo posible y lo imposible", continuó la brigada. "Sí, todavía no están las grandes batallas de las que tanto se ha hablado en los últimos días. Pero en general podríamos decir que la ofensiva ya ha comenzado", concluó, según recogió la agencia de noticias ANSA.
Por su parte, el asesor Denisenko advirtió: "Los rusos están aumentando su fuerza" en la zona. En paralelo, el asesor presidencial Oleksi Arestovich reconoció que "ahora es imposible militarmente" liberar Mariupol.
Muchos analistas creen que esta segunda fase de la invasión anunciada por Putin se concentrará en tomar por completo las dos regiones separatistas que se levantaron en armas en 2014 contra el Estado ucraniano y pidieron ser anexadas a Rusia, como la península de Crimea ese mismo año. Sin embargo, en ese momento Moscú no respondió a ese pedido y se limitó a negociar en nombre de los independientes en el proceso de paz de Minsk que finalmente terminó fracasando. Este año, apenas unos días antes de invadir, el Kremlin reconoció a las regiones como Estados independientes, aunque aún no controlaban completamente esos territorios.
"La batalla por el Donbass durará varios días, y durante estos días nuestras ciudades podrían quedar completamente destruidas", alertó también por Facebook Serguei Gaidai, gobernador ucraniano de la provincia de Lugansk, una de las que se levantaron en armas en 2014 y quedó en parte en manos de los separatistas.
El funcionario ucraniano llamó a todos los habitantes de la provincia a evacuar sus hogares ya que, alertó, "el escenario de Mariupol se puede repetir en la región de Lugansk".
Con información de Télam