Arrancó la nueva campaña y la vicepresidenta Kamala Harris dio su primer discurso frente a la Casa Blanca luego que el presidente Joe Biden se bajara de su candidatura para las elecciones de noviembre próximo en Estados Unidos y la apoyara a ella para que lo reemplace. "El legado de Biden en estos tres años y medio de Gobierno no se puede comparar con nada. Pueden reírse, pero es así", sentenció rodeada de jóvenes campeones de la Asociación Nacional de Atletas Universitarios. Contó cómo conoció a su hasta ahora compañero de fórmula y concluyó: "Le agradezco profundamente su servicio a nuestra nación."
De esta manera, Harris se puso el traje de precandidata presidencial demócrata y comenzó una agenda que se espera que sea adrenalínica y la lleve por todo el país. La actual vice tiene exactamente un mes antes de la Convención Nacional Demócrata en Chicago para garantizar su candidatura. Empezó bien. En las últimas 24 horas, consiguió el respaldo público de la mayoría de las dos bancadas oficialistas en el Congreso, de más de la mitad de los gobernadores, incluidos los tres nombres que circularon a lo largo del último año como posibles alternativas para Biden, de influyentes figuras como el matrimonio Clinton y logró recaudar millones de dólares nuevos.
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Entre los últimos apoyos que recibió se destacan el de un peso pesado en el Congreso y una de las dirigentes que más presionó para que Biden se bajara, la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, y el de la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. "Con un inmenso orgullo y un optimismo sin límite por el futuro de nuestro país, apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris como presidente de Estados Unidos. Tengo plena confianza de que nos llevará a la victoria en noviembre", tuiteó Pelosi. Whitmer, en tanto, le imprimió el mismo entusiasmo a su mensaje y sumó un anuncio: será la codirectora de su campaña electoral.
Los posibles vice de Kamala
Whitmer se sumó a los otros dos gobernadores que venían sonando como posibles alternativas a Biden y que el domingo rápidamente apoyaron la candidatura de Harris: el californiano Gavin Newsom y el jefe de gobierno de Pensilvania, Josh Shapiro. Por este gesto, fueron inmediatamente ubicados en lo más alto de la lista de posibles compañeros de fórmula de la delfín de Biden.
Las complejas y siempre tensas políticas identitarias de Estados Unidos suponen, para la mayoría de los analistas estadounidenses, que el nombre del candidato a vicepresidente debería ser un hombre, probablemente blanco de mediana edad -ni muy joven ni muy viejo- y de ser posible gobernador para aportar experiencia real de gestión. Por eso, ya aparecieron en los medios locales nuevos nombres que hasta ahora estaban fuera del análisis: el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper; el de Kentucky, Andy Beshear; y el de Illinois, J.B. Pritzker. También se menciona el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, por sus buenas intervenciones públicas, pero para muchos en el partido su imagen no ha terminado de despegar.
El silencio de Obama
En medio del aluvión de apoyos a Harris, hubo una voz clave en el Partido Demócrata que celebró la decisión de Biden de bajarse, pero no así su decisión de ungir a la vicepresidente. "Tengo una confianza extraordinaria en que los líderes de nuestro partido serán capaces de crear un proceso del que emerja un candidato excepcional", aseguró el ex presidente Barack Obama en un comunicado publicado el domingo, luego de conocerse la decisión del presidente.
El ex mandatario se cree fue un hombre clave en el devenir de la interna demócrata en los últimos meses. Primero no dudó en apoyar públicamente a Biden después del desastroso debate presidencial con Donald Trump en junio pasado, pero con el correr de los días reconocidas figuras públicas de su entorno, ex funcionarios de su Gobierno y hasta personas con reconocida simpatía con él como el actor de Hollywood George Clooney hicieron públicos sus pedidos a Biden para que se bajara. Finalmente, la semana pasada, tras varios días de off the records de los pesos pesados demócratas en el Congreso, como Pelosi, el ex mandatario dejó saber a través de la agencia de noticias más importante del país, AP, que no creía que su ex compañero de fórmula podía ganarle a Trump en las urnas en noviembre próximo. Para muchos fue jaque mate.
Un día después de que Biden cediera y aceptara bajarse de la campaña electoral, la falta de apoyo de Obama a Harris se siente cada vez más fuerza y alimenta las versiones de que la interna demócrata podría no estar saldada aún.