Una ciudad en la provincia de Fujian, en el sureste de China, cerró cines y gimnasios, bloqueó algunas entradas y salidas a las carreteras y les dijo a los residentes que no se fueran de la ciudad mientras lucha contra un brote local de COVID-19.
La situación del virus en la ciudad de Putian es "grave y compleja" y es muy probable que surjan más casos nuevos en comunidades, escuelas y fábricas, reportó el lunes la emisora estatal CCTV.
En Putian también se suspendieron algunas lecciones presenciales en las escuelas, y la autoridad nacional de salud de China envió un equipo de expertos a la ciudad, que tiene una población de 3,2 millones.
Se informó un total de 43 casos locales en Fujian entre el 10 y el 12 de septiembre, incluidos 35 en Putian, según los datos de la Comisión Nacional de Salud (NHC).
Otros 32 casos asintomáticos, que China no cuenta como casos confirmados antes de que muestren signos clínicos como fiebre, se han detectado en la provincia desde el 10 de septiembre, todos en Putian.
Hasta el 12 de septiembre, China continental registraba 95.248 casos confirmados, con una cifra acumulada de muertes de 4.636.
El último brote de China, que afectó principalmente a Jiangsu, terminó hace unas dos semanas y no se informaron nuevos casos locales en la provincia oriental. Ese brote duró un mes.
Las pruebas preliminares en muestras de algunos casos de Putian mostraron que los pacientes habían contraído la variante Delta, dijo el sábado un funcionario de salud local.
Las primeras infecciones, que se encontraron durante las pruebas de rutina, fueron estudiantes de primaria en el condado de Xianyou en Putian. Expertos sospechan que la fuente del brote podría ser el padre de un estudiante que había viajado al condado desde la cercana ciudad de Xiamen después de llegar de Singapur, informaron medios estatales el sábado.
Con información de Reuters