Comercio, Taiwán y Ucrania: otro año de tensiones entre EEUU y China

27 de diciembre, 2022 | 15.42

La rivalidad entre Estados Unidos y China por la hegemonía global siguió en 2022 a paso redoblado, con el comercio y Taiwán como fuentes centrales de la discordia y el agregado de la guerra en Ucrania, que distanció aún más a las dos mayores potencias.

Pese a que Washington insiste en querer trabajar con China en una era que llama de "competencia estratégica", la realidad fue un recrudecimiento de su guerra comercial, con refuerzo de los controles de exportaciones y mantenimiento de tarifas.

Promesas de Estados Unidos de defender a Taiwán y visitas de funcionarios estadounidenses a la isla contribuyeron a debilitar la política de Washington de "una sola China", que ha permitido más de 40 años de relaciones pacíficas.

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El esfuerzo de Estados Unidos para ayudar a Ucrania en su guerra con Rusia pareció dar respiro a la disputa con China y relegarla a un segundo plano, pero también sumó otro punto de fricción. China se negó a condenar la invasión rusa y se acercó a Moscú.

El año electoral en Estados Unidos y los preparativos de China para el esperado Congreso del Partido Comunista que se celebra cada cinco años, más sus esfuerzos para contener el coronavirus, también contribuyeron a una relativa distensión temporal.

"Creo que tanto China como Estados Unidos quisieron patear su disputa para adelante, porque no era un tema que requería una solución urgente... más allá de algunos episodios de crisis", dijo a Télam el analista Silvio Waisbord.

"Esa sigue siendo la prioridad número uno de Estados Unidos, a más largo plazo: ir ajustando, dar claridad a su estrategia de contención de la expansión china, tanto económica como militarmente", agregó el profesor de la Universidad de Washington.

Una ley aprobada en febrero por el Congreso estadounidense para redoblar la competencia con China sentó las bases de otro año tenso. La ley pide reforzar lazos con Taiwán y amplía sanciones a funcionarios chinos por represión de minorías.

En marzo, los presidentes Joe Biden y Xi Jinping mantuvieron una conversación telefónica que fue su primera comunicación directa desde una cumbre virtual en noviembre de 2021 y desde el inicio de la guerra en Ucrania.

En abril, los ministros de Defensa Lloyd J. Austin y Wei Fenghe tuvieron su primera comunicación desde la llegada de Biden al poder, en enero de 2021, lo que se tomó como un avance.

Pero las tensiones volvieron en mayo, cuando Biden dijo que Estados Unidos estaría dispuesto a defender a Taiwán de una invasión china. Al día siguiente, ante fuertes críticas de China, afirmó que sus dichos no implicaban un cambio de la política "una sola China".

En julio, Biden y Xi volvieron a hablar, y el presidente chino pidió al estadounidense "no jugar con fuego" y mantener su principio de que Taiwán es parte de China.

Al mes siguiente, sin embargo, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, hizo la visita de mayor nivel a Taiwán de un funcionario de su país en décadas, lo cual enfureció a China.

Beijing respondió con maniobras militares de barcos y aviones en las aguas territoriales y el espacio aéreo de Taiwán, canceló previstos contactos con funcionarios estadounidenses e impuso sanciones a Pelosi.

En octubre, el Departamento de Comercio de Estados Unidos aplicó nuevos controles a las exportaciones de computadoras y semiconductores a China.

El 14 de noviembre, Biden y Xi celebraron su primera cumbre, un encuentro de tres horas en Indonesia en el que discutieron sobre la relación bilateral, Taiwán, cambio climático, alivio de deuda y seguridad sanitaria y alimentaria, según la Casa Blanca.

En declaraciones públicas de ambos antes de la reunión, Biden dijo que sus países

tenían una "responsabilidad compartida" de manejar sus diferencias y evitar que la competencia derivara en un conflicto.

Xi dijo que Estados Unidos y China necesitaban "trazar la dirección correcta de la relación bilateral de aquí en adelante".

Con información de Télam