Las Comunidades Andinas Manejadoras de Vicuñas (CAMV) de Jujuy proyectan cerrar el año con un volumen superior a 800 kilos de fibra de ese animal.
Fuentes oficiales dijeron que hasta el momento se recolectaron 500 kilos de fibra a través de los chakus (arreo, captura, esquila y liberación de las vicuñas) realizados en distintas localidades de la región de la Puna.
"En esta semana se está haciendo el chaku del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) través de su estación en Abra Pampa que es un chaku grande donde se pueden llegar a cosechar 100 kilos más de fibra", indicó hoy a Télam el director de Protección a la Biodiversidad y Áreas Protegidas de Jujuy, Daniel Zenón.
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En la semana pasada se realizaron cuatro esquilas comunitarias, una de ellos en Suripugio, cerca de Yavi, donde fueron esquiladas alrededor de 70 vicuñas para el aprovechamiento sustentable de su fibra en procesos que cuentan con el acompañamiento del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy, a través de la Secretaría de Biodiversidad y Desarrollo Sustentable.
En Lagunillas de Farallón, cerca del límite con Bolivia, es otro de los lugares donde se realzaron los chakus este año, del que participaron además, equipos de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy.
"Es todo un trabajo donde también se ve el cuidado de la vicuña, para lo cual hay personal técnico que se ha capacitado y que son los que recorren, vigilan y observan la biología de la vicuña, dónde come, duerme, son los que conocen todo el manejo de la vicuña. Ellos designan donde se van a hacer las capturas", explicó Zenón.
"El manejo que se les está dando es distinto a otras provincias y países porque el manejo acá es en silvestría, se captura la vicuña que está libre y en uno o dos días se los libera. En otros lugares se los encierra en corral", refirió.
Sobre esta característica que impulsa Jujuy, apuntó que "además de la alimentación y el agua es importante también la reproducción y el bienestar animal porque si se las mantiene en un ambiente cerrado se enferman más".
En Jujuy, de acuerdo al censo de 2016, el número de vicuñas rondaría los 70 mil ejemplares y hay una proyección estimada para este año de 150 mil.
"Cada comunidad manejadora de vicuña realiza un censo todos los años y con eso se tiene una estimación de cuántos ejemplares hay en la provincia", destacó Zenón.
Un proceso del chaku abarca generalmente dos días y los equipos de trabajo se trasladan a los puntos elevados del lugar o de la comunidad comandados por la CAMVI.
Uno de los trabajos consiste en realizar un embudo a través de una malla móvil para guiar a las vicuñas al corral de encierro, proceso que comienza con la captura de la vicuña en el corral y una evaluación de cada ejemplar para determinar si es apta o no para ser esquilada.
Cada vellón que se aprovecha tiene un número de seguimiento para saber de qué vicuña se proviene.
La secretaría de Biodiversidad y Desarrollo Sustentable e Jujuy lleva adelante la fiscalización del proceso para certificar el bienestar animal de esta especie protegida con un gran equipo de profesionales que acompaña a las comunidades.
Estas prácticas ancestrales, además, previenen la caza furtiva de esta especie protegida.
"Una vicuña esquilada es una menos que es cazada", aseguró y recordó los hechos de caza detectados en sectores de Suripugio, "donde hubo una matanza de cinco vicuñas que fueron capturadas por cazadores para quitarles el cuero, por eso se busca esquilar la mayor cantidad de animales".
La fibra de vicuña es muy valorada a nivel mundial y en Jujuy la que se obtiene "es de muy buena, superior en calidad a la de Bolivia y Perú, por eso son también más caras".
Con información de Télam