El presidente Alberto Fernández afirmó hoy que la inflación es un serio problema para los argentinos y argentinas y sostuvo que la guerra lo agrava, al dar un mensaje desde la Quinta de Olivos en el que se refirió a la guerra entre Rusia y Ucrania y sus impactos en la economía del país.
Fernández señaló la importancia de ambos países beligerantes en la producción mundial de cereales, al proveer casi el 30% de las exportaciones globales de trigo y cerca del 80% de las exportaciones de aceite de girasol.
El conflicto termina afectando al mundo entero, porque afecta a la producción de materias primas, centrales en nuestra alimentación cotidiana. Estoy hablando de la harina, el pan, los fideos y decenas de alimentos que consumimos en nuestra vida cotidiana, explicó el presidente.
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En este marco, destacó que la tonelada de trigo costaba, antes del 20 de febrero -el día en que estalló la guerra-, menos de 300 dólares. El inicio del conflicto inició un alza inusitada que lo llevó a niveles récords.
En la historia mundial nunca el trigo llegó a costar lo que costó en estos días, alcanzando valores superiores a los 400 dólares la tonelada, puntualizó Fernández.
De esta manera, describió que el precio interno del trigo que se utiliza para el pan, que se estaba comercializando en torno a los $26.000-$27.000 por tonelada antes del 20 de febrero, se elevó rápidamente a valores superiores a los $30.000 apenas iniciado el conflicto, y en los últimos días supera los $35.000 por tonelada.
Sería absurdo cargar en la guerra la culpa de nuestra inflación, pero la verdad es que está incidiendo negativamente y causando mayores problemas. Tengo el deber de advertirles que este contexto internacional complica aún más las cosas, advirtió el presidente.
En este sentido, Fernández aseguró que la inflación es un serio problema para los argentinos y argentinas. La guerra lo agrava.
"He escuchado decir que la Argentina no debería tener problemas por ser un país productor de alimentos. Ojalá fuera así. Nosotros producimos muchos de los alimentos que consumimos en nuestros hogares. Pero la formación de sus precios no depende, enteramente, de nosotros. Estos se forman en los mercados internacionales, cuyos valores han trepado y lo seguirán haciendo y, consecuentemente, ya están presionando sobre los precios internos", aseveró.
También se refirió a quienes plantean que esta guerra representa para la Argentina una oportunidad a lo que expresó: " Yo creo que una guerra, sin importar dónde sea, jamás puede volverse una oportunidad. Una guerra es siempre una mala noticia. Una tragedia desde lo humano, pero también desde lo social y lo económico. Desde el punto de vista humanitario ya lo hemos visto con las crudas imágenes que provienen desde Ucrania. Desde lo social, lo vemos con la enorme crisis migratoria desde sus países vecinos. Y desde lo económico, las consecuencias ya empiezan a hacerse ver".
Con información de Télam