El fin de año parece sonreírle al presidente Javier Milei y su equipo económico, por lo menos en las metas que obsesionan al anarco-libertario: eliminar el déficit fiscal y generar orden macroeconómico. A pesar de la aparente estabilidad inflacionaria y un dólar que permanece a raya, el 2025 será un desafío muy grande para un gobierno atípico en su estructura, y no solo por las elecciones. El desempleo, el manejo del mercado financiero y la actividad en sectores clave aparecen como los interrogantes al plan de Luis Caputo.
Según el proyecto de presupuesto, el Gobierno apunta a volver a lograr el equilibrio fiscal en 2025. El PIB se proyecta con una suba del 5% para 2025, por lo que implícitamente está reconociendo un aumento en la actividad, motorizado principalmente por la industria y el comercio. Sin embargo, en un acto organizado por la empresa Coto, el propio Milei dijo que la estricta disciplina fiscal no iba a modificarse en función de mejorar las condiciones para los sectores productivos. En lenguaje libertario, se podría suponer otro año de "deep motosierrra".
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Qué proyecciones hacen los economistas para 2025 y cuáles son los desafíos de Milei
Desde el Centro de Estudios Políticos y Económicos ven "central para asegurar aumento en la recaudación que se apuntale la actividad económica" y señalaron que "no parece haber lugar para más ajustes sin que eso no genere rispideces sociales, por lo que sin aumento de actividad y por lo tanto empleo y consumo, será difícil mantener la línea fiscal".
Respecto al andamiaje financiero, analizaron: "El BCRA viene comprando dólares y el superávit comercial sigue, pero sin reformas estructurales, entrada de capitales sostenida o mejoras en competitividad, el programa económico parece sostenido con alfileres. Parece depender demasiado de factores extraordinarios (blanqueo, reservas, entrada de dólares por financiamiento) y de una estabilidad política delicada. Puede durar, la convertibilidad lo hizo, dependerá de la política".
En diálogo con El Destape, el economista jefe de la consultora FIDE, Pedro Gaite, sostuvo que el "desafío más grande sigue siendo el sector externo" porque "más allá de que mejoró el panorama y hoy estamos en un veranito financiero y cambiario, siguen faltando dólares, las reservas netas del central siguen siendo negativas y los dólares que están entrando son dólares financieros". El economista remarcó que "el blanqueo fue muy exitoso porque entraron unos 20.000 millones de dólares que cambiaron el panorama de corto plazo y de la mano del carry trade están ingresando dólares financieros".
"El panorama para el año que viene es todavía más preocupante porque si se reactiva la economía, las importaciones van a aumentar. También de la mano de la apertura comercial que viene haciendo el Gobierno y de la mano de la apreciación del tipo de cambio. Ahí me parece que hay que estar muy atento a qué pase con el blend de exportación, porque si siguen tirando ese 20% de las exportaciones al mercado financiero, las cuentas no cierran", advirtió Gaite. Según su mirada, el esquema especulativo está montado sobre "expectativas de que no va a haber una devaluación, que no van a levantar los controles cambiarios, etcétera".
Por ese motivo, a medida de que se aproximen las elecciones, "es algo que se puede empezar a revertir no solo por la incertidumbre del resultado sino también por la incertidumbre de qué va a hacer el Gobierno después". Si "sigue en agenda el levantamiento del cepo, puede generar cierto ruido en el mercado cambiario cambiario", remarcó y enfatizó en que "el principal desafío sigue siendo acumular reservas y el Gobierno -de la mano de apreciación del tipo de cambio y apertura comercial- está agravando todavía más ese problema".
En cuanto a lo que puede suceder con la economía real, reconoció que el consumo y algunos sectores pueden evidenciar mejores balances por haber permanecido "en el fondo" durante meses. Sin embargo, puntualizó que "la industria está muy afectada también por este esquema de mayor apertura comercial y es uno de los sectores que más empleo genera". Entonces, "más allá de que haya una reactivación de la economía, el riesgo es que la industria no sea uno de los sectores más dinámicos, te lleva a un desempleo estructuralmente más alto".
Una mirada similar tiene Alejandro López Mieres, economista del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP). En conversación con este medio, esta "supuesta estabilidad financiera y macroeconómica coexiste con un proceso de desarticulación y deterioro productivo y social". La "gigantesca caída en ingresos populares queda objetivado en una caída del 15% interanual del consumo", subrayó.
"El optimismo generalizado en el mercado no tiene en cuenta los riesgos contingentes. No existen reservas netas para enfrentar una corrida cambiaria y el stock de pesos medido en dólares supera los 110 mil millones de dólares, frente a reservas negativas de 8 mil millones. De diciembre de 2024 a junio del 2025 vence el equivalente a 60 mil millones de dólares", alertó López Mieres.
Por otra parte, avizoró una "fuerte destrucción de puestos de trabajo en sectores como la producción para el mercado interno, turismo y economías regionales", los cuales "no serán reemplazados por los supuestos ganadores, como la energía o la minería". Con índices de pobreza e indigencia a niveles de "demencia", a medida que se acerquen las elecciones "podría haber un punto de inflexión".
La economista de Paridad Macro, Laura Testa, apuntó que el Gobierno "va a tratar de sostener este caudal de dólares mínimo hasta octubre del año que viene, para poder pasar aireados las elecciones". Desde su perspectiva, "si siguen sosteniendo este nivel de dólares, van a poder sostener estos índices de inflación e incluso continuar con la baja".
"En términos sociales, pienso que lo que están haciendo es un desastre, que es insostenible. Esta situación va a terminar muy mal, porque el aumento de la pobreza y la indigencia es escandaloso. Creo que además de eso es un gobierno particularmente cruel. Me parece que temas como el de medicamentos lo vienen demostrando", acotó la economista.
"Creo que uno de los grandes contenedores sociales hoy en día es que, a pesar de que la pobreza y la indigencia aumentan, el desempleo todavía no se ha disparado", especificó Testa, quien además proyectó: "O les va a explotar por lo económico o les va a explotar por lo social, que en definitiva llegan al mismo camino. No creo que el año que viene, pero en un futuro sí".