La decisión del jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, de enviar un proyecto para suspender las PASO en la Ciudad sirvió para dar un renovado impulso a la idea del gobierno de Javier Milei de eliminarlas o, al menos, suspenderlas por 2025. El PRO, habitual aliado del oficialismo en el Congreso, se mostraba en contra de eliminar las primarias nacionales. La movida del primo Jorge dejó al macrismo obligado a ser coherente. En tanto, en los otros bloques no hay posturas definidas, tampoco en Unión por la Patria. "No lo volvimos a discutir", respondían en la bancada que encabeza Germán Martínez. Si se suspenden a nivel nacional, el gobernador bonaerense Axel Kicillof buscará replicar la decisión en la Provincia y, muy probablemente, también desdoblar. Todo esas modificaciones pueden cambiar bastante el panorama electoral del año que comienza.
Sin sesiones extraordinarias en diciembre, el debate por la eliminación de las PASO parecía que había pasado a mejor vida. Sin embargo, de repente revivió. Primero, con un tuit del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que echó mano al argumento económico para quitarlas, el más taquillero ante la opinión pública. A ojo, calculó en 150 millones de dólares el costo de las primarias, como para levantar declaraciones de indignación en los canales de televisión amigos. El problema para el Gobierno era que no se veía de dónde podían sacar los votos en el Congreso porque sus habituales aliados legislativos -el PRO y la UCR- se habían manifestado en contra de eliminar las PASO. Sin ese respaldo parecía imposible.
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Eso cambió la semana que pasó. Para empezar, Milei recibió el jueves en la Casa Rosada a una delegación de diputados radicales, que luego del encuentro se mostraron encantados con el diálogo de más de dos horas que habían mantenido con la cúpula de un Gobierno que los maltrató bastante. El jefe del bloque, Rodrigo de Loredo, dijo que no se había conversado de lo electoral, pero consultado sobre las PASO deslizó que era "muy onerosas" y que su mantenimiento era algo que el radicalismo debía discutir. Es decir, del "no" pasó al "hay que analizarlo" y "son muy caras". Al otro día, Jorge Macri anunció el desdoblamiento de las elecciones locales y, conjuntamente, el envío de un proyecto a la Legislatura para se suspendan las primarias y los porteños no tengan que ir a votar tantas veces en el año. Además, dijo que le había expresado a Francos su opinión a favor de que también se suspendieran en el país.
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Para no caer en una gran contradicción, el PRO nacional se acopló a la idea en CABA. "Con respecto a eliminar las PASO a nivel nacional, vamos a debatir el tema al interior del bloque para tener una posición unificada, que puede ser similar a la adoptada por la Ciudad y que propone el Gobierno nacional", adelantó el jefe del bloque de diputados, Cristian Ritondo, a Clarín. En resumen, los dos principales aliados legislativos del oficialismo, que hasta hacÍa unos pocos días rechazaban la eliminación o suspensión de las primarias, pasaron a una postura proclive a avalar el proyecto que la Casa Rosada planea enviar al Congreso en febrero, para que se lo discuta en sesiones extraordinarias.
En general, los oficialismos de turno -sean nacionales, provinciales o municipales- se muestran a favor de eliminar las PASO, porque son quienes manejan las estructuras partidarias y la lapicera con la que se confeccionan las listas de candidatos. Es una lógica transversal a los partidos políticos, por lo que en todos los bloques parlamentarios habrá legisladores a favor de derogarlas. Si obtiene el favor de sus aliados al Gobierno le restará conseguir al menos el respaldo de un sector de Unión por la Patria, algo que no parece imposible. Las PASO fueron una iniciativa ideada por Néstor Kirchner en 2009 y varios dirigentes que la apoyaron en aquel momento lo siguen haciendo porque les parece una innovación que ayudó a ordenar el mapa político. Otros en el peronismo están dispuestos a discutirlo.
En retrospectiva, a las PASO le sacaron más provecho las fuerzas de derecha que el peronismo y las coaliciones que conformó. Difícil imaginar la organización de Juntos por el Cambio si no hubieran existido las primarias para ordenar a las varias fuerzas que lo integraron. En cambio, el justicialismo tuvo una experiencia traumática en la provincia de Buenos Aires con la competencia entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez en 2015, que terminó con María Eugenia Vidal como gobernadora. El año pasado, en cambio, Unión por la Patria habilitó una competencia despareja entre Sergio Massa y Juan Grabois que habilitó la participación de un electorado que posiblemente hubiera buscado otras opciones en caso de no haber existido.
En la conducción del bloque de diputados de UP comentaban que hacía tiempo que no discutían internamente la realización de las PASO, por lo que no había una posición tomada. En el Frente Renovador de Sergio Massa recordaban que siempre mantuvieron una postura contraria a las primarias obligatorias y planteaban la posibilidad de suspenderlas para 2025, como para no meterse en la discusión de fondo respecto a su eliminación definitiva. Cerca de la hoy presidenta del PJ Nacional, Cristina Kirchner, sostenían que no tenían todavía una postura clara al respecto, que no lo habían estudiado con detenimiento. Las agrupaciones más chicas dentro de Unión por la Patria, como el Movimiento Evita o Patria Grande, quieren que se mantenga para tener alguna herramienta de presión en caso de no conseguir lugares expectantes en las listas. El diputado chaqueño Juan Manuel Pedrini tiene presentados proyectos para eliminar y suspender las primarias.
Con este panorama, no parece improbable que finalmente el Gobierno consiga su propósito de suspender las PASO del año que viene. En caso de conseguirlo, Kicillof evaluará la posibilidad de replicar la idea. Por ley, las PASO nacionales y las bonaerenses deben realizarse el mismo día, por lo que tendría su lógica que si se anulan unas lo hagan también las otras. Al igual que en CABA, el gobierno bonaerense podría pensar entonces en desdoblar, dado que serían sólo dos votaciones en el año. Con el desdoblamiento Kicillof atendería la demanda de la propia tropa y de la gran mayoría de los intendentes -incluso de fuerzas opositoras- que quieren que en la campaña se discuta de los temas locales. Pero avivaría la tensión interna porque Cristina y Máximo Kirchner consideran que conviene votar todo junto porque para Unión por la Patria es preferible discutir las políticas de ajuste de Milei que centrarse en la problemática bonaerense. El trasfondo pasa por la confección de las listas, una discusión que repercutirá en el futuro del peronismo.