Frente a un panorama local y global de elevada incertidumbre, los pronóstico para el año próximo se presentan como arriesgados tanto para los funcionarios como para los analistas privados. Más allá de la hoja de ruta diseñada en el Presupuesto 2021, las fluctuaciones en el ámbito de las finanzas dependerán en gran parte de las políticas que adopte el Gobierno en un año electoral, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, la posibilidad de un rebrote de la pandemia del coronavirus y las presiones del establishment económico.
Es esperable una mejora prácticamente inevitable tras el desplome de la actividad en 2020. En ese contexto, los países fiscalmente más apremiados deberían reducir su situación deficitaria por el aumento en la recaudación tributaria arrastrada por un esperado salto en el consumo. De no mediar serios inconvenientes, podría observarse un efecto expansivo.
La OMS comunicó esta semana que hay esperar que el coronavirus no frene del todo ni siquiera con varias vacunas distribuyéndose masivamente. Probablemente, será un año que combine normalidades, la "vieja" y la "nueva".
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Un pronóstico color esperanza
Las estimaciones implícitas en el Presupuesto 2021 contempla un dólar oficial a 102 pesos en 2021, teniendo en cuenta que tal monto estará atado a las renegociación de la deuda con el Fondo, en otras variables. Según el texto, la divisa costará 124,8 pesos en 2022 y 146,6 en 2023.
Respecto a la carrera del dólar para 2021, en el último informe de Forecast Economics, la consultora Abeceb proyectó un valor de 115,8 para diciembre de 2021; Analytica, de 124,6 pesos; Banco Galicia, de 121 pesos; Banco Supervielle, de 131 pesos; BancTrust, de 138 pesos; Barclays Argentina, de 146 pesos; BBVA Argentina, de 126,5 pesos; BNP Paribas, de 120 pesos; C&T Asesores, de 109,8 pesos; Citigroup, de 140 peoss; D.Econosignal, de 128,8 pesos; Eco Go, de 143,5 pesos; Ecolatina, de 136,7 pesos; Econométrica, de 138,6 pesos; Econviews y EIU, de 133,8 pesos y Empiria, de 143,2 pesos.
El Gobierno no ofreció señales sobre flexibilizaciones en el mercado de cambios mientras se mantenga la escasez de divisas. Mientras no haya una recomposición notoria de las reservas para afrontar los compromisos externos con los acreedores en el mediano plazo y atender las necesidades de la economía, no parece haber una salida temprana a las restricciones conocidas para la adquisición de dólares.
En este caso, las estimaciones de precios de los granos augura una situación más holgada para las arcas del Central, aunque el ingreso de las divisas producto de la venta de las cosechas dependerá de la regulación oficial para que el complejo agroexportador no vuelva a retener la liquidación de los dólares.
En la Bolsa de Chicago, la soja se ofreció esta semana en 427,51 dólares por tonelada, su mayor valor en los últimos seis años y medio.La previsión de una menor cosecha de soja en Brasil y la expectativa de los operadores por un posible nuevo recorte de las existencias finales estadounidenses de la oleaginosa son los principales factores alcistas.
El ahorro que quede en casa
La demanda minorista de divisas también tendrá su correlato en las opciones en pesos que pueda ofrecer el mercado. Sin embargo, el incentivo de tasas que pueda ofrecerse para colocaciones a plazo encuentra su límite en el costo del crédito para las producción, lo cual podría limitar la recuperación económica.
Tras reducir en la mitad la tasa de la política monetaria este año, las expectativas para el 2021 anticipan un ascenso para capturar ahorro.
Quienes participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA prevén que la tasa de interés nominal anual (TNA) correspondiente a depósitos a plazo fijo de 30 a 35 días de plazo en bancos privados y de más de un millón de pesos (BADLAR) promedio de días hábiles de diciembre de 2020 (35%) será 206 puntos básicos mayor que el promedio registrado durante noviembre (32,94%).
"Asimismo, dicho guarismo se ubicaría 695 puntos por debajo del nivel de diciembre de 2019 (41,95%). Para los próximos meses se prevé un sendero mensual creciente, alcanzando un nivel de 38% durante los meses de marzo, abril y mayo de 2021, para luego descender a 36,4% en noviembre de 2021 y finalizar 2021 en 36%.
Durante la pandemia los depósitos a plazo crecieron, según las estadísticas del BCRA, un 71,4% hasta ubicarse en los 1,8 billones de pesos. Una masa de ahorro que podría ser la clave para motorizar la demanda interna en la post pandemia.
Un año para salir a jugar
Las resoluciones en el frente externo --primero con el canje de deuda y posiblemente este año con un acuerdo con el FMI-- mantienen el optimismo en el mercado. Algunos se animan a lanzar proyecciones de ganancias superiores al 30% para los bonos y a las acciones locales. Este año, los bonos que emitió el Gobierno cayeron 23% y las acciones (tomando los ADRs en Nueva York) cedieron entre un 30% y un 40%. Con lo cual, hasta las proyecciones más conservadores anticipan un rebote en igual cuantía.
Un informe de Delphos Investment destacó que la deuda argentina, en comparación con otros bonos similares al nuestro, tuvo una mejor performance relativa en las últimas jornadas. Mientras en promedio los bonos locales mejoraron en 5 dólares en lo que va de diciembre, otros bonos como los de Ecuador y Ucrania operaron a la baja.
El mercado no sólo está con la mirada puesta en las negociaciones con el FMI, sino en la renegociación de la deuda con el Club de París. Se estima que en abril o mayo, Argentina estaría en condiciones de abrir las negociaciones con este otro organismo para terminar el ciclo de conversaciones en torno a la deuda.
La firma de un nuevo acuerdo con el FMI ayudará a facilitar la gestión de la política fiscal, cambiaria y monetaria, tanto de la mano de la normalización de la brecha cambiaria como por el impacto positivo de contribuir a la mejora de las expectativas y la conformación de un escenario con mayor certidumbre.