Las negociaciones sobre la retirada de los gravámenes vigentes sobre los servicios digitales tras un acuerdo histórico sobre una tasa mínima global para el impuesto de sociedades deberían poner fin, en última instancia, a la amenaza de guerras arancelarias entre Estados Unidos y varios países por estos tributos, según afirmaron responsables del Tesoro estadounidense.
En el acuerdo fiscal de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 136 países acordaron el pasado viernes adoptar una tasa impositiva mínima global para empresas del 15% y reasignar parcialmente los derechos fiscales de las grandes empresas altamente rentables a los países en los que venden sus productos y servicios.
A cambio, el acuerdo exige a todos los países que eliminen los impuestos unilaterales sobre los servicios digitales (DST, por sus siglas en inglés), conocidos popularmente como la 'tasa Google' y dirigidos en gran medida a los gigantes tecnológicos estadounidenses. También prohíbe nuevos gravámenes digitales de forma inmediata hasta que el acuerdo entre en vigor o hasta finales de 2023.
Los acuerdos transitorios para eliminar los DST "se están discutiendo con rapidez".
Los representantes del Tesoro de EEUU dijeron a los periodistas en una conferencia telefónica que esperan que las conversaciones sobre los detalles de estos acuerdos eviten el recurso de Estados Unidos a aranceles de represalia en respuesta a los impuestos digitales de otros países.
La oficina de la representante comercial de Estados Unidos ha preparado aranceles contra las importaciones de Francia, Reino Unido, Italia, España, Austria, India y Turquía por sus impuestos sobre los servicios digitales, pero los ha suspendido para permitir las negociaciones sobre un acuerdo fiscal global para eliminarlos.
Uno de los responsables del Tesoro estadounidense dijo que el departamento estaba coordinando estrechamente con la Oficina del Representante de Comercio de EEUU la eliminación de los aranceles digitales.
Otro miembro del Tesoro de EEUU dijo que la aplicación de la reorganización de los derechos fiscales, conocida como "Pilar 1" del acuerdo de la OCDE, podría tardar varios meses en completarse, y que el Tesoro prevé que se haga con apoyo bipartidista.
Altos cargos republicanos del Senado de EEUU han argumentado que esto requeriría un nuevo tratado fiscal internacional, que exigiría la ratificación con una mayoría de dos tercios del Senado. En una carta, le comunicaron a la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, que les preocupaba que el Gobierno de Biden estuviera considerando eludir la necesidad de obtener la autoridad del Senado para aplicar los tratados.
Un miembro del Tesoro estadounidense dijo que el acuerdo del 'Pilar 1' se diseñó de forma que resultara atractivo para ambas partes, proporcionando seguridad fiscal a las empresas estadounidenses sin comprometer los ingresos de Estados Unidos. Señaló que era prematuro considerar la aprobación sin el apoyo de las dos grandes formaciones políticas del país, demócratas y republicanos, pero no dijo si sería necesario un tratado.
Con información de Reuters