Las señales de atraso cambiario se generalizan y el turismo vuelve a presionar

El campo retacea la liquidación. El FMI habla de retraso cambiario. La industria empieza a preocuparse por la competitividad. En ese escenario, empiezan a generarse presiones como el creciente gasto en dólares de los turistas argentinos. Las consultoras ya incluyen eventos de devaluación en sus proyecciones.

09 de junio, 2024 | 00.05

Las señales de atraso cambiario empiezan a reflejarse en el incremento del turismo emisivo y el gasto con tarjeta en el exterior y hacen crecer las presiones devaluatorias, como se manifiesta en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado(REM) que elabora el Banco Central, donde varias consultaros esperan un salto cambiario para septiembre.

El REM mostró otras desmejoras en  las expectativas, como el fin del proceso de caída de la inflación y la falta de recuperación de la actividad económica, alejando la idea de una recuperación en V que insiste en afirmar la gestión de Javier Milei.

El creciente gasto de argentinos en el exterior encendió una luz amarilla, como interpretó la consultora 1816. “No dejamos de notar otra tendencia menos alentadora: el stock de préstamos en dólares por consumos con tarjeta de crédito superó los US$ 435 millones, máximo desde 2018”, sostuvo.

El gasto en dólares de los argentinos viene creciendo mes a mes a lo largo del año, después de la brusca caída que generó la devaluación del gobierno de Milei apenas arrancó la gestión. 

Los egresos totales, que incluyen tarjetas, paquete turísticos y gastos de aerolíneas, pasaron de US$ 433 millones en diciembre a US$ 460 millones en enero, US$ 492 millones en febrero y U$S 576 millones en abril, último dato disponible en las estadísticas del Banco Central.

Pero dentro de este rubro, lo que representa el consumo con tarjeta pasó de US$ 250 millones en diciembre a US$ 327 millones en enero US$ 331 millones en febrero US$ 330 millones en marzo y US$ 414 millones en abril, reflejando un incremento sostenido del consumo como sucede en los procesos de atrasos cambiarios.

Para la consultora 1816 la evolución del stock de préstamos por consumos en dólares con tarjeta “es un proxy muy bueno de los egresos por la cuenta corriente turística y sugiere que Argentina empieza a estar algo cara en Dólares”. 

“Ya no se trata solo de noticias en los medios sobre viajes a la frontera para comprar bienes: los datos macro empiezan a dar cuenta del mismo fenómeno. En los próximos meses habrá que tener en cuenta esta variable a la hora de pensar en qué nivel de Tipo de Cambio Real podría unificarse sin un riesgo desmedido de volatilidad”, evaluó.

La unificación del tipo de cambio y el levantamiento del cepo es uno de los reclamos que desde el mercado se exige al gobierno de Milei, junto con un mayor volumen político que le permita pasar leyes por el Congreso que garanticen la solidez del ajuste fiscal que lleva adelante.

Sin embargo, Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, advirtieron que no hay fecha para la salida del cepo y la reacción negativa de los mercados, con la nueva disparada del Riesgo País por encima de los 1.600 puntos alejó esa posibilidad y le da más entidad a la especulación sobre un nuevo salto cambiario.

La inestabilidad financiera que arrancó a mediados de mayo empieza a trasladarse a la economía real, con el fin del proceso de desinflación del que se jactaba el Gobierno.

El consenso de mercado que refleja el REM espera para junio más inflación que para mayo: 5,5% frente a 5,2%. Pero hay consultoras que pronostican mucho más: 7,9% en mayo, 8% en junio, 7,8% en julio y 7,5% en agosto.

Esos pronósticos de inflación están muy por encima de lo que esperaba el Gobierno para esta época del año, que lo veía más cerca del 3% a 4% y con una meta de llegar al último trimestre en el rango del 1% a 2%. Para noviembre, el REM espera 4,5% pero las más pesimistas llegan a estimar 7% para ese mes

Los altos pronósticos de inflación están alineados con un salto cambiario que se percibe para septiembre. Por ahora, la devaluación esperada es moderada, de 5% a 7%, pero ya muestra que está desalineada con el paso devaluatorio fijado por el Banco Central en 2% mensual.

La opinión del REM cobra relevancia en este modelo económico, porque se presume que la gestión de la economía está alineada con los deseos del mercado. Sin embargo, cuando el mercado considera que el rumbo económico no es el que considera correcto, empieza a presionar sobre las variables financieras y termina impactando en la economía real. 

Así lo describe 1816: “Con los Gobiernos pro mercado es muy importante que los activos financieros acompañen, porque de lo contrario arranca un círculo vicioso que sufrió especialmente Macri (el peso y los bonos por alguna razón empiezan a andar mal, eso dificulta que baje la inflación y recupere la actividad, eso genera que el mercado dude sobre la situación política, eso le pega a los activos y volvemos a empezar)”.

Ese impacto sobre la actividad también refleja el REM: En el relevamiento de mayo, el conjunto de analistas proyectó para 2024 un nivel del Producto Interno Bruto (PIB) real 3,8% inferior al promedio de 2023, deteriorando la perspectiva en 0,3 puntos porcentuales respecto del relevamiento previo.


 

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