La reunión de la mesa chica del PRO no terminó de cerrar debates y las definiciones sobre la posición amarilla frente a los proyectos de ley enviados por el gobierno al Congreso se tomarán el miércoles, de manera presencial. Ese día saldrán a hablar públicamente los dirigentes amarillos que este lunes se reunieron de forma virtual.
En la agenda hay dos asuntos clave: por un lado, el posicionamiento del partido frente a la eliminación o suspensión de las PASO, con la clara intención de avanzar en la segunda opción y descartar la primera por tratarse de un año electoral. Del otro, el análisis de la situación de todos los distritos para pensar alianzas electorales.
No será la única definición de estas horas. Este martes, el bloque del Senado se reunirá para abordar la sucesión de Luis Juez al frente del espacio. Como viene contando El Destape, el macrismo no pudo ponerse de acuerdo todavía en el reemplazo y hay postulantes para todos los gustos. En el último encuentro con el Poder Ejecutivo, hubo tres referentes: uno leal a Mauricio Macri, Alfredo de Ángeli, otro propuesto por el bullrichismo, Martín Goerling, y una promotora de un acuerdo con el mileísmo, Carmen Álvarez Rivero.
La situación del PRO no es la más cómoda. Según un estudio de la consultora Management & Fit, el partido tiene, a nivel nacional, más imagen negativa que positiva, arrojando un diferencial desfavorable de casi el 23%. Pero es aún más interesante el apartado en que se abordan, en forma comparativa, las percepciones de los espacios políticos y sus principales dirigentes.
Como sello, el partido mide por debajo de las figuras más sobresalientes. Si la fuerza política alcanza el 22%, Mauricio Macri trepa hasta el 24,3% pero Patricia Bullrich asciende al 43,5%. Un número que alimenta la convicción bullrichista de que el votante amarillo migró a filas libertarias. Según la misma encuesta, el 88,7% de quienes votaron a la ministra en 2023 acompañarían este año una opción impulsada por la Casa Rosada, pero un 11,3% lo haría con una alternativa opositora.
En la Ciudad ya no se maneja el discurso tajante de una competencia electoral sino de una negociación aún no cerrada en la cual podrían arreglar ambos partidos para ir juntos, tanto en los comicios locales desdoblados como en los nacionales.
El macrismo porteño está convencido de que el PRO tiene la victoria asegurada en las elecciones locales, por lo que podrían abrirse varias hipótesis ante un eventual acuerdo. Pueden pactar para darle impulso a los libertarios en la Ciudad y conseguir cierto alivio en la disputa nacional. Pueden alcanzar un entendimiento para liberar las negociaciones en provincia. Lo cierto es que el primer obstáculo para los amarillos será definir la suspensión o no de las PASO, tanto a nivel nacional como capitalino para avanzar en otros acuerdos.
Jorge Macri, en una entrevista radial, volvió a insistir con la candidatura de su primo. Llama la atención la cantidad de pintadas y carteles con la leyenda “Mauricio 2025”, tanto en la Capital Federal como en el conurbano.
En Buenos Aires, para Management & Fit, los libertarios podrían imponerse ante Unión por la Patria, sin contar el aporte que pudiera hacer Diego Santilli, medido en forma separada. De lograr un acuerdo, el número se incrementaría. Entre los candidatos sondeados están Karina Milei, por ahora descartada por el presidente, y José Luis Espert, no avalado por la hermana del jefe de Estado. Ahora bien, en el conurbano, el peronismo ganaría.
Córdoba es otro de los grandes desafíos para el macrismo en este 2025. La provincia suele jugarse por opciones nacionales para cargos nacionales pero, a la hora de abordar cuestiones locales, es bastante tradicionalista y no cambia de signo político. Por eso, el peronismo cordobés es el gran desafío para la derecha.
Según esta encuesta, Hacemos por Córdoba quedaría primero, los libertarios segundos y el PRO, junto a la UCR, tercero. Este es un escenario posible, parte de la acusación de un sector amarillo contra Mauricio Macri, a quien señalan como el artífice de un intento de entrega del partido al radicalismo de Rodrigo de Loredo.