El ministro de Economía, Luis Caputo, recibió a representantes de los bancos para buscar una salida a la deuda en pesos, lo cual suscitó un fuerte rumor por la apertura de un megacanje, ideas que recuerdan a la crisis de 2001. Canjear toda la deuda en pesos que vence en 2024 equivale a unos 70.000 millones de dólares.
Aunque fuentes del Gobierno aseguraron a este medio que "no hubo, ni hay ninguna propuesta en concreto", sí admitieron que expusieron el programa económico y "se intercambiaron ideas sobre los manejos de pasivos". Concretamente, Caputo salió a "tantear" la recepción del sector para plantear una resolución y un posible megacanje de deuda en pesos. Desde las entidades bancarias no quisieron responder a la consulta realizada por El Destape.
Según apuntó la agencia de noticias Bloomberg, la propuesta incluiría todos los vencimientos de la deuda en moneda local previstos para este año, que hoy equivalen a alrededor de 57 billones en bonos en pesos, con el objetivo de prolongarlos a 2025, 2026 y 2027. La contraparte se compondría de un paquete de títulos de deuda anclados a la inflación. De la reunión también participó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
Según la corredora local GMA Capital, los pagos de deuda del Tesoro en moneda local incluyen pagarés con pagos de intereses vinculados a la inflación, el tipo de cambio y bonos de tasa fija. Se estima que alrededor del 40% de esta deuda está en el sector privado, en lugar de en los bancos públicos, que generalmente se ven obligados por el gobierno a refinanciar.
¿Qué significó el anterior megacanje, el de 2001?
El megacanje realizado por el Gobierno de la Alianza pretendía aliviar los pagos de intereses y de capital de la deuda externa argentina, canjeando la deuda por una nueva que permitiera pagar en un plazo mayor. Sin embargo, el efecto fue adverso. La propuesta provenía del banquero David Mulford, exsecretario del Tesoro de los Estados Unidos. La oferta sería recibida por el entonces Ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, y su secretario de Política Económica Federico Sturzenegger, actual asesor del Gobierno.
La operación parecía sencilla: se canjeaban 46 tipos distintos de bonos de deuda soberana por cinco tipos de bonos, con vencimientos hasta el año 2031. Sin embargo, el peritaje de la causa judicial realizado por el experto en ingeniería financiera Moises Resnick Brenner sostiene que el país sufrió un perjuicio valuado en 55.000 millones de dólares.
Los bancos y las AFJPs aportaban al canje títulos por valor total 27.000 millones de dólares para ser canjeados por los nuevos títulos de deuda del país. Sin embargo, 20.000 millones de dólares ya estaban en la cartera de los bancos y las AFJPs. Por lo tanto, las comisiones que cobraron fueron por hacer de intermediarios financieros de sí mismos.
Antes de ejecutar operaciones hacia finales del año 2000, la deuda externa del país ascendía a los 80.000 millones de dólares. Luego del megacanje, la deuda externa aumentaría hasta los 88.000 millones de dólares y para el año 2003 treparía a los 102.000 millones de dólares.
El Gobierno empieza a tropezar en el mercado
En paralelo, la segunda licitación de Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL), para importadores tuvo menos adhesión de la esperada por Caputo: las empresas suscribieron 60 millones de dólares, lo que representa el 8 por ciento de los 750 millones de dólares que el Banco Central esperaba otorgar en la operación. Así, el desempeño en esta nueva licitación fue peor que en la primera, en la que se adjudicó el 9 por ciento (68 millones de dólares).
EL BOPREAL es el título emitido por la autoridad monetaria para empezar a despejar el stock de deuda comercial de los importadores, que asciende a 62.000 millones de dólares entre bienes y servicios. Entre los factores que explican el poco interés, los analistas destacan la baja brecha cambiaria y las dudas respecto al tipo de cambio al que terminaría cotizando en el mercado secundario.
MÁS INFO
De acuerdo con las proyecciones del BCRA, una vez confeccionado y analizado el Padrón de Deudas Comerciales con el Exterior, se establecerán los montos máximos de emisión y las condiciones de adjudicación para los llamados a licitación de las Serie 2 y Serie 3 de los BOPREAL, lo cual se estima ocurra a partir de febrero de 2024.
Autoridades del Banco Central y la Secretaría de Comercio se reunieron con empresarios de la Unión Industrial Argentina para repasar distintas alternativas que mejoren el atractivo del bono para importadores. En representación de la autoridad monetaria estuvieron el director Alejandro Lew y el gerente general Agustín Torcassi, acompañados por el secretario de Comercio, Pablo Lavigne.
Por parte de la UIA participaron en forma presencial el vicepresidente Miguel Ángel Rodríguez; el director ejecutivo Diego Coatz; el vicepresidente Pyme, Javier Viqueira; y el miembro de la Junta Directiva Alejandro Gentile. Los empresarios evalúan que, al no saber aún a cuánto van a cotizar los instrumentos en el mercado secundario, todavía no pueden saber a ciencia cierta si conviene suscribir al bono o no.