El Banco Central de la República Argentina promocionó que tomó un crédito REPO por US$1.000 millones con un grupo de cinco bancos internacionales, pero al conocerse detalles de la operación surgieron que solo ingresaron US$800 millones a las reservas internacionales y que tuvo que dejar más más del doble de ese valor en bonos. Los US$200 millones restantes fueron utilizados por el BCRA para comprar Treasuries, bonos del Tesoro de Estados Unidos, que entregó a los mismos bancos como garantía para cubrirse de un eventual default de Argentina.
Para obtener reservas líquidas por US$ 800 millones, el BCRA tuvo que emitir deuda por un valor nominal de US$1.736 millones, es decir US$2,17 por cada dólar ingresado en las reservas. En ese contexto, la tasa de un dígito pactadas en el crédito REPO con los bancos lejos de reflejar las condiciones a las que potencialmente podría el Gobierno hacer una emisión de de deuda soberana en un futuro cercano, no es representativa, atento la magnitud del aforo, que se acerca al 80%.
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El Banco Central informó oficialmente que concertó con cinco bancos internacionales de primera línea una operación de pase pasivo (REPO) con títulos Bopreal Serie 1-D por el monto total de US$ 1.000 millones y a un plazo final de 2 años y 4 meses.
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También reveló que la tasa de interés fue equivalente a la tasa SOFR-USD más un spread de 4,75%, que con operaciones paralelas de swaps de tasa de interés fija-flotante cotizados en el mercado internacional al mismo plazo se convirtió en una tasa fija de 8,8% anual. Además, la entidad que preside Santiago Bausili, el socio en la actividad privada del ministro de Economía Luis Caputo, informó que recibió ofertas por US$ 2.850 millones, pero que optó por no tomar un monto mayor.
Pero en ningún momento contó la contraparte del crédito REPO, la cantidad de títulos públicos que tuvo que entregar como garantía de la operación y que se mantiene en reserva para no reconocer el alto costo que tuvo para la administración de las reservas, que desarma el discurso de que reflejó una caída del riesgo país y abría una ventana de oportunidad a la colocación de deuda del Tesoro nacional.
Los grises de la operación
Un análisis de las estadísticas del Banco Central que están disponible en la web de la entidad monetaria permitió revelar los aspectos oscuros de la operación. Por ejemplo, en la planilla que acompaña el Informe Monetario Diario que en el ambiente económico se conoce como el “serie” surge en la columna Lebac en dólares, Levid y Bopreal, que el 3 de enero se emitieron Bopreal Serie D por un valor nominal de US$ 1.736 millones, que cotizan en el mercado por debajo de la par, alrededor de 90% el día de la emisión por el pago de cupón que fue cumpliendo. Ese monto es el que hasta ahora se asumió en el mercado como el costo o garantía de la operación.
El ingreso de los fondos del crédito desembolsado por los bancos se registró en la columna Otros de la misma planilla, donde se incluyen los pases pasivos en dólares con el exterior. En esa columna también se registraban las Lediv emitidas por el BCRA, que permitían a los inversores acceder a valores en dólares, pero que se liquidaban en pesos, pero que fueron dadas de baja en noviembre.
El mismo 3 de enero, en esa columna figura un ingreso de US$ 909 millones, pero fuentes conocedoras del manejo de las estadísticas del BCRA explicaron a El Destape que solo US$800 millones corresponden al desembolso del crédito REPO y el saldo a otras operaciones realizadas por la entidad monetaria.
La diferencia de US$200 millones fue la que se utilizó para comprar los bonos Treasuries, los bonos que emite el Tesoro de Estados Unidos y que son considerado la inversión más segura en el mundo, con una tasa de interés que tiene de referencia la que define la Reserva Federal y un rendimiento en el mercado que a diez años ronda los 4,79%. Esos bonos se entregaron a los bancos como parte de la garantía, además de los Bopreal que asumió el mercado
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El indicador de riesgo país que elabora el banco JP Morgan surge como diferencia entre las tasas que rinden en los mercados secundarios los títulos públicos emitidos por el Tesoro de Argentina con los del Tesoro de Estados Unidos. El Gobierno intentó utilizar la tasa de 8,8% que pagó el BCRA como referencia y restarla a la tasa de los Treasuries y estimar que el riesgo país real de Argentina rondaba entre 450 y 500 puntos, calculado al día de la toma del REPO.
El indicador de riesgo país cayó a un piso de 561 puntos el 7 de enero, en la previa del pago de los servicios de la deuda por US$ 4.300 millones, pero después volvió a escalar y se estabilizó en las últimas semanas en el orden de los 610 a 630 puntos.
A estos valores todavía Argentina debería pagar una tasa de dos dígitos para acceder al mercado internacional de deuda y, si se toma de parámetro la operación REPO del Banco Central, además dejar el doble de garantía de los fondos que reciba, lo que lo convierte en una operación financiera ruinosa, que ni la administración del presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo se animan a realizar.