(Por Walter Vargas).- A diferencia del Mundial 2018, el croata Luka Modric no llegará como una figura posible sino como un crack de elite propiamente dicho y de sus destrezas dependerá en grado sumo que su selección se aproxime a aquella excepcional campaña que llegó al subcampeonato.
Modric, "El Cruyff de los Balcanes" (¡pavada de analogía!), es hoy uno los diez futbolistas más ponderados del planeta sin que para merecer esa valoración necesite meter 40 goles en cada temporada o emparentarse con las imaginerías de Lionel Messi.
Lo suyo estriba en un cabal entendimiento del juego, en un magistral manejo de la perspectiva, del panorama y de los requerimientos de los 100 x 75 del campo, sazonado y ejecutado con una pegada de la pelota capaz de llenar todos los casilleros, todos.
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En corto, en medio y en largo, si caben sus globos teledirigidos, Modric es pieza clave del club más poderoso del planeta y de una selección que al son de su batuta llevó a los primeros planos.
A los 37 años cumplidos el 9 de septiembre último, Luka ya ha sido The Best, Balón de Oro y héroe de unas cuantas películas trascendentes.
Sus números, qué decir, son sustantivos y adjetivados por sí mismo:
Ya son 453 partidos en el Real Madrid y 154 con la selección de Croacia, una cifra que lo ha instalado como miembro del Century Club, que es donde despuntan los futbolistas que han superado el centenar de partidos con su divisa nacional.
Y si presencias en la red hablamos, su carrera consta de 98 goles, de 145 asistencias, aunque, cabe volver a subrayarlo, hacer justicia con Modric es hacer notar su despliegue con sentido, sus decisiones correctas, sus pases certeros y sus latigazos de terciopelo.
Este blondo canto a la ductilidad, capaz de desempeñarse en las cuatro posiciones del medio campo sin que se opere una merma observable en su rendimiento, ha vestido seis camisetas: las de HSK Zrinjski Mostar; NK Zapresic de Croacia, GNK Dinamo de Zagreb, Tottenham, Real Madrid y la albirroja de su país.
Su debut en la selección absoluta de Croacia se remonta al 1 de marzo de 2006 en un empate de 2-2 versus Argentina y por dichoso guiño del destino una docena de años después frente a la propia Albiceleste jugó uno de los mejores partidos de su vida.
Fue en sorprendente 3-0 del 21 de junio de 2018 en Nizhni Novgorod que impulsó a los balcánicos a una inédita campaña que concluyó en la final perdida a manos de Francia.
Para Luka resultó el Mundial soñado, pero lejos de detenerse, su meteórico ascenso perseveró sin pausas y el 27 de marzo de 2021, en un partido contra Chipre por las Eliminatorias para Qatar se convirtió en el jugador con más partidos de la historia de su selección, al superar las 134 presencias de Darijo Srna.
Nacido en la adriática Zadar, Dalmacia, el 9 de septiembre de 1985, vivió una infancia poblada de sobresaltos y desdicha.
La Guerra de los Balcanes forzó a que su familia fuera desplazada y viviera de hotel en hotel, siempre con grupos de refugiados, hasta que con seis años, finales de 1991, recibió la dolorosa noticia de que uno de sus abuelos había sido ejecutado por las fuerzas serbias, junto a otros ancianos, en la aldea de Jesenice.
Una vez concluida la guerra tuvo que optar entre volver a Zaton Obrovacki o quedarse en Zadar, donde sus deseos de dedicarse al fútbol crecerían de forma significativa, y aunque sus padres atravesaban por penurias financieras jamás dudaron en respaldarlo.
Así, bajo el ala protectora de un padre técnico aeronáutico y una madre costurera, el Luka adolescente dio cauce a su travesía en el fútbol profesional y desde entonces no ha dejado de sobresalir, de brillar, de acumular elogios, reconocimiento, premios.
Cuando tenía 16 fichó para Dínamo de Zagreb, donde fue parte de la conquista de seis títulos tras fugaces pasos por Zrnijski de Bosnia-Herzegovina e Inter Zapresic, hasta que en 2008 fue comprado por Tottenham en una cifra cercana a los 20 millones de dólares.
Sus notables actuaciones con la camiseta de los Spurs llamaron la atención de la secretaría técnica del Real Madrid y en agosto de 2012, tras arduas negociaciones, la Casa Blanca aceptó desembolsar 30 millones de la moneda europea.
"Es uno de los días más felices de mi vida", declaró Luka, pieza clave de un Real Madrid que, a juzgar por más de un periodista, "juega bien cuando Modric juega bien".
En Qatar actuará en su cuarta Copa del Mundo. De la mano del polivalente y brillante Modric, los croatas tratarán de abrirse paso en el Grupo F: 23 de noviembre versus Marruecos en Estadio Al Khor; El 27 versus Canadá en el Estadio Internacional Jalifa y el 1 de diciembre cerrarán su participación frente a Bélgica en el Al Rayyan Stadium.
Con información de Télam