La brutal confesión de "Maravilla" Martínez sobre el día que estuvo al borde la de muerte: "Me había olvidado de respirar"

El experimentado boxeador argentino, que recientemente volvió a subirse al ring tras un largo parate, realizó una confesión respecto a un episodio dramático que casi acaba con su vida.

04 de noviembre, 2020 | 07.04

Con 45 años, Sergio "Maravilla" Martínez se animó a volver a subirse al ring luego de 6 años en este 2020 y el resultado fue un éxito. Venció por nocaut técnico en el 7° round al español José Miguel Fandiño en Cantabria y volvió a sentir las mieles del éxito luego de un retiro agridulce en 2014 al caer ante Miguel Cotto.

Pero lejos de conformarse con esto, el oriundo de Quilmes va por más y tiene en mente seguir peleando, ya que el próximo 5 de diciembre se enfrentará al finlandés Jussi Koivula nuevamente en España.

Y mientras se prepara para dicho combate, el boxeador argentino dio detalles de un episodio que nunca había detallado y en el que estuvo al borde de la muerte.

"Una vez tuve un ataque de pánico, tuve tres ataques de pánico. Trabajando en una discoteca me echaron gas en la cara y no me morí de milagro. Me asfixié y me desmayé. Me salvó el desmayo“, comenzó el relato de "Maravilla" en diálogo con “Mitre Live”.

Yo luchaba por tomar aire. Y era que mi cerebro se había olvidado de respirar. Yo tomaba aire pero sentía que no. Mi cuerpo lo único que hacía era tomar y no sabía soltar el aire. Entonces, los pulmones se me empezaron a hinchar. Empecé a aguantar aire y era una sensación de desesperación brutal, horrorosa", detalló el argentino sobre el dramático momento.

Además, agregó: “Recuerdo que choqué contra un vehículo. No llegué a desmayarme, me desvanecí. Yo luchaba contra mi propio cuerpo por respirar. Y ahí pensé ´se acabó todo´. Mi cabeza no podía trabajar“.

El hecho, según contó Martínez, ocurrió en España y quien "lo salvó" fue un joven de 15 años. "Me metí los dedos en la boca y vomité sangre. Nos atacaron y lo pasé muy mal. Me tiraron con un gas que se usa en Irak. A menos de dos metros mata gente y a mí me lo tiraron a diez, quince centímetros de mi cara. Sentí que me explotó algo en la cara. Me quemó toda la piel. La tengo quemada la piel. Dentro de mi piel y mis ojos, tengo cristales que no pudieron sacarlos nunca”, expresó el argentino.

Me fajaron y me dieron una paliza para salvarme un grupo de personas. Una cosa espantosa. Ese día tuve miedo. Nunca lo había contado. Es la primera vez“, concluyó el boxeador.