En un movimiento insólito e inesperado, aunque con antecedentes históricos como la polémica reedición de una obra del estadounidense Mark Twain (1835-1910) a la que se le omitió la palabra "nigger", negro, hoy peyorativa y además políticamente incorrecta, el pulpo editorial Planeta reeditó un clásico de la reina del policial británico, Agatha Christie (1890-1976), cuyo título original en inglés "Ten little niggers", reeditado históricamente en español como "Diez negritos", fue cambiado por "Y ninguno quedó vivo".
El español y el francés eran una de las pocas lenguas, junto al griego, que hasta ahora conservaban el título original de ese policial. Publicado por primera vez en 1939 en Gran Bretaña, "Ten little niggers" fue lanzada al año siguiente en Estados Unidos como "And then there were none" ( "Y entonces no quedó ninguno"), con acuerdo de la autora, según repasa la prensa española.
James Prichard, bisnieto de la reina del misterio y director de la empresa que tiene los derechos de la obra de su bisabuela, señaló en una entrevista radial que "en el Reino Unido el título fue modificado en los años 1980", al tiempo que subrayó que "hoy lo estamos cambiando en todo el mundo". Fue él quien permitió retirar la palabra "négre" de la versión en francés de la novela en cuestión, que en lengua franca pasó a llamarse "Ils étaient dix", "Eran diez".
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De esta manera, los célebres "Diez negritos" de Christie son ahora los diez-nadie-en-particular de los francófonos o los extintos-ninguno de la traducción castellana, en respuesta a la necesidad de Agatha Christie Limited de "dejar de usar términos que puedan herir", dijo Prichard.
Y así, las 74 veces que la palabra "negre" aparece en la versión francesa original en esta de 2022 desaparecen y por ejemplo "La isla del negro", donde se desarrolla la trama, se convierte en "La isla del soldado", como en las versiones en inglés, contó Prichard a la radio francesa RTL.
La editorial Masque dejó en claro, mediante un comunicado, que "operó estos cambios a petición de Agatha Christie Limited con el fin de alinearse con las ediciones inglesa, estadounidense y todas las otras traducciones internacionales".
"Agatha Christie escribía sobre todo para entretener y no le habría gustado la idea de que alguien se sintiera herido por una de sus frases (...) No quiero que un título desvíe la atención de su trabajo", conjeturó el bisnieto y empresario, a modo de fundamento de una decisión que llega en momentos en que activismos sociales y banderas por los derechos humanos logran cancelar e intervenir, aboliendo o modificando obras, literarias y autores.
Adaptada al cine y la televisión, "Diez negritos", es ante un fenómeno literario mundial, con más de cien millones de ejemplares vendidos, el "mayor éxito" de Christie y "el libro de crimen más vendido de la historia", recordó Prichard. En sus páginas, 10 personas que no se han visto nunca son invitadas por un huésped desconocido a pasar unos días de vacaciones en una lujosa mansión situada en una isla de la costa inglesa. Cada invitado tiene algo que esconder y un crimen que pagar y ahí empieza la pesadilla.
Esta decisión -que llega en época de cancelaciones a obras y autores por parte de movimientos y activismos sociales y pro derechos humanos- tiene sendos antecedentes que se remontan al 2011 y 2018 respectivamente.
Uno de estos casos se dio cuando la editorial estadounidense New South Books lanzó un versión políticamente correcta de su universal "Aventuras de Huckleberry Finn" donde la palabra nigger, que se lee 219 veces en el manuscrito original, fue sustituida por la palabra esclavo, también para no ofender a los lectores.
Y cuando el distrito escolar de Duluth, Minnesota, decidió retirar de sus planes de estudios dos de las novelas más populares de la historia literatura de su país: "Matar a un ruiseñor", de Harper Lee, y las aventuras del niño que huye de su padre en un viaje por el río Misisipi junto a un esclavo prófugo llamado Jim, por contener "críticas raciales" que podían hacer que los estudiantes "se sintieran humillados o marginados", había consignado el diario español ABC.
Tanto en ese momento como ahora, época de cancelaciones que resuenan en escuelas y redes sociales, escritores, editores y traductores expresaron su inquietud ante decisiones que podrían estar dejando de lado el apego al lenguaje y la fidelidad creativa e histórica, conscientes de que, como explicaba Twain en una de sus cartas, "la diferencia entre la palabra casi correcta y la palabra correcta es realmente un asunto importante, es como la diferencia entre una luciérnaga y un rayo".
Con información de Télam