(Por Marina Sepúlveda) Con tres series de fotografías inéditas, Alberto Goldenstein recorre cuatro décadas de carrera en la muestra individual "Usted está aquí", inaugurada en la Galería Nora Fisch, donde la materialidad fotográfica establece un diálogo entre las analógicas de una Buenos Aires de finales de la década de 1980 con las digitales capturadas en pandemia y esas especiales del último verano en San Juan, pero con "esa mirada única e iconoclasta en búsqueda inagotable de la belleza", según indica el curador Ariel Authier.
Inaugurada el viernes, la muestra se aloja en la espaciosa sala de amplios ventanales en la planta baja que la Galería Nora Fisch tiene en el barrio de San Telmo.
Goldenstein (Buenos Aires, 1951) no es de realizar muchas muestras, sino que se deja llevar por ese continuo de capturar "espontáneamente" la realidad, al que la pandemia le permitió como pausa obligada rebuscar en su archivo, un material que estuvo presente en su retrospectiva "La materia entre los bordes" (2018) en el Museo Moderno de Buenos Aires, y que expone renovado, a 10 años de su última exposición individual en una galería.
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"Usted está aquí" reúne tres series de fotografías mayormente inéditas de Goldenstein que recorren algo de esos cuarenta años de su carrera como fotógrafo tras su regreso a Buenos Aires en 1984, cuando se dedicó de lleno al arte fotográfico y comenzó a trabajar con color, distanciándose del uso del blanco y negro más cercano a su formación en la New England School of Photography de Boston, Estados Unidos.
En pandemia tuvo tiempo para revisar su material, reencontrarse, sorprenderse con imágenes inéditas, algunas de las cuales recordaba y "otras que directamente no había visto", y paralelamente, "fotografiaba todo el tiempo con el teléfono", dice el artista que se define como "un fotógrafo 24/7" aunque "ahora andamos todos con una cámara en el bolsillo".
El título de la muestra interroga sobre "¿dónde llegamos con todo esto, con las temporalidades, grupos, tecnologías distintas, que tiene la muestra?", se despacha Goldenstein en diálogo con Télam.
"Llegamos a un aquí", explica resaltando el sentido de la presencia física frente a sus obras, con una aspiración de "que cada una de las fotos diga algo a quién las mire", que se produzca "un efecto en la cabeza del espectador".
"Mirás una foto y quiero que estés ahí, eso me importa mucho más a que la foto sea buena, lo importante es que te transporte", asegura.
Pero a su vez, el "Usted está aquí" es una "multidimensión", es un "estar en Buenos Aires, en Argentina, y un aquí que es el planeta Tierra también: estás en Buenos Aires postdictadura de 1986-1988, estás en la pandemia, en la milanesa de pollo (cita una de las fotos), y también en la Tierra o en un planeta que puede ser Marte", explica señalando su foto instalación del lecho de un río sanjuanino.
Y en esas resonancias a lo Quino, el título absorbe esa cuota de humor que lo lleva a contrarrestar esa "tendencia a la solemnidad de la fotografía a la que siempre me resistí", dice, y destaca el aportar "un poco de disparate, incorrección, humor, falta de solemnidad, de no afirmaciones, es importante".
En esa captura del momento existe "un espacio intermedio" en el que se detiene Goldenstein, para quien compartir su trabajo consiste en "agarrar" ese instante e invitar a mirar sin dar indicaciones de lectura: "Mirá lo que quieras, fijate qué ves, esa es mi fotografía", define. Y agrega: "La historia de la fotografía es la historia de la tecnología, la clave está en qué hay adentro, en qué se ve,-para mí, no con qué, cómo, cuándo, lo que hay adentro, lo que ves (la imagen). La clave es lo que ves", insiste Goldenstein.
En una pared la secuencia narrativa de un conjunto de imágenes capturadas con una cámara analógica y copiadas de negativos "con la misma técnica" actualmente obsoleta, de una Buenos Aires de 1986 con personas, encuadres compositivos que parecen desarmados como estética buscada que reflejan gestualidades, movimientos, emociones, pregnancias sociales, simbólicas, hasta "machistas" como explica el propio artista, o el desaparecido Italpark, las luces de neón del centro, hasta el recorte de un auto Ford Falcon, tan asociado al terrorismo de Estado.
Pero por supuesto, el fotógrafo captura imágenes que le salen al cruce y las dispone para ser completadas, y en ese simple acto atraviesa temporalidades: la década de 1980 ya en democracia, la pandemia, el verano de 2023 y una imagen de 1992 a modo de epílogo.
Esta solitaria imagen de un hombre joven tomando con la mirada perdida capturada en Salta es un cuarto momento que condensa los otros tres, pero también es la referencia a la fotógrafa Grete Stern y su ensayo fotográfico realizado entre 1958 y 1964 sobre los indígenas chaqueños, el mejor realizado, según el fotógrafo, porque "tiene en su aproximación a un tema muy manoseando, un nivel de empatía y una suavidad y falta de ´declaración´ que marca algo que no volví a ver en la fotografía argentina en relación a estos temas".
En diálogo con el mundo analógico, están las tomas digitales realizadas entre 2020 y 2021, con la cámara de un teléfono celular IPhone con esas posibilidades de "hiperfocalidad" que profundizan de otro modo las imágenes. Están prolijamente dispuestas el retrato de una joven con tapaboca, una lata de cerveza dorada aplastada, una estatua en medio del follaje con un rostro curioso asomado o unas siluetas de penitentes telas del Once que despiertan la imaginación de una narrativa congelada. Y si el movimiento y el desenfoque constituyen lo analógico explicitado narrativamente, en este caso, lo digital se presenta más vibrante en sus colores y pleno enfoque.
La postura de Goldenstein ante las fotos digitales "es reaccionar y encontrar el detalle significativo", y añade que "lo que produce este tipo de cámara y su relación con la fotografía es como una foto atómica - dice riendo-, como fotografiar el átomo de la ciudad, la pequeña marca urbana, como una fotografía de Buenos Aires pero trascendiéndola un poco, porque es Buenos Aires pero es otra cosa también, es salir después del encierro y fantasear y ver el mundo, las cosas, los colores, las formas".
En ese sentido, Authier sostiene que hay una distancia técnica y estética entre lo analógico y lo digital, donde "lo interesante" se encuentra en "la presencia del error, el error como posibilidad, como epifanía", algo que se distancia de esa perfección que posibilita el software y el mundo digital.
"En la fotografía contemporánea hay una cancelación del error muy fuerte. A nada se le ve el fleco", metaforiza Goldenstein y señala que su obra tiene que ver con sus propios límites, a los que aprovecha y hace con ello "un aporte", porque "lo mío es con flecos, no es sin flecos" explica con humor, "como una resistencia a la perfección entendida de esa forma", detalla.
Como novedad de su trabajo mostrado y en esa búsqueda de capturar lo que se presenta a su mirada, Goldenstein expone una foto digital nocturna e instala una gran impresión de la ausencia de un río con sus tonos cobrizos y profundidades como "un papel colgado", que contrasta con la pequeña foto de nubes inflamadas por el sol, como experiencia de su búsqueda veraniega en San Juan.
"Tenía ganas de hacer una fotografía nocturna del cielo", dice el fotógrafo sobre la idea surgida en pandemia, para lo cual investigó y llegó a Barreal (al sur del Valle de Calingasta) cerca de Pampa Leoncito. Fue una experiencia de perderse entre las montañas como "volver al viajero perdido, y quería hacer algo específico, fresco, para la muestra, que es un corte en el momento en el que estoy".
"Eso fue una locura, un capricho, porque no tenía experiencia (en tomas nocturnas del cielo), y así en medio de la noche cerrada , cuenta, "armé todo y fallé en una cantidad de cosas, sabía que no iba a llegar a lo que quería", relata sobre su experiencia en la soledad de la montaña, lejos de la contaminación lumínica.
"Siempre tuve con la fotografía la sensación de que hay algo que falta en lo que se ve, y tuve una necesidad de incluirlo en el discurso fotográfico", agrega sobre su práctica.
En la exposición, revitaliza la materialidad de la fotografía como una necesidad de "presencialidad matérica, papel" que expone, y "después está la relación con el tiempo y los temas", porque le interesa "atravesar transversalmente los temas y el tiempo".
"Siempre tuve momentos de romper con la idea de tema, (algo que) nunca se rompe del todo porque siempre terminas apareciendo en un lugar que resulta ser un tema", explica Goldenstein, una idea que el curador completa al decir que "los temas aparecen después, no antes", salvo en tres oportunidades como en la series "El mundo del arte" -esos retratos del mundo de los 90 que parecen espontáneos pero no lo son-, "Mar del Plata" (2001) o "Flâneur" (1989-2017), porque "su tema es el arte, la fotografía, es la mirada", resume Authier .
Pero también en la muestra esta ese interés en la "relativización de las cosas", visual, histórica, temporal, tecnológica, dejando "que aparezca el fotógrafo en última instancia", dice Goldenstein.
Fotógrafo, docente y curador, emergió como artista con su mirada espontánea en el contexto de la escena porteña alrededor del Centro Cultural Rojas de los 90, donde tuvo su primera muestra en 1991 y del que durante 25 años fue curador de la Fotogalería. Desde esa experiencia curatorial asiente que no le costó escoger las imágenes porque no le "cuesta distinguir, seleccionar y sacrificar", indica el artista para quien "el punto de vista del fotógrafo es una perspectiva sobre lo que te rodea y una manera medio sintética de contarla" y que afirma sobre sí mismo: "soy fotógrafo o no soy nada".
"Usted está aquí" podrá visitarse gratuitamente en Avenida San Juan 701 (Ciudad de Buenos Aires), de martes a viernes entre las 14 y 19, hasta el 5 de agosto.
Con información de Télam