Volver a habitar los bares

La experiencia de los bares notables y bares de barrio tras la pandemia. Cómo se reinventan en tiempos de crisis. Cómo abrir la discusión de lo patrimonial a los barrios y las comunidades.

10 de octubre, 2021 | 12.16

El rubro gastronómico fue muy golpeado por la pandemia y la cuarentena. Como consecuencia vimos cómo bajaron la persiana una gran cantidad de bares emblemáticos de la cultura porteña por su valor cultural, histórico y arquitectónico. Paralelamente, el hecho de permanecer más tiempo cerca de nuestras casas hizo que los bares de barrio cobraran otro significado. Mucha gente los volvió a poner en valor y se aceleró la necesidad de rescatarlos, repensarlos y profundizar el lazo que tenemos con ellos.

Bares notables

Los bares notables de Buenos Aires son parte de la historia y cultura de la ciudad. Por eso, cada vez que uno cierra, asistimos a despedidas acompañadas de un sinfín de anécdotas que ocurrieron en esos lugares. Tal es el caso del bar Montecarlo, ubicado en la esquina de Paraguay y Ravignani, que cerró sus puertas en 2020. El local enseguida se llenó de cartas de despedida de un barrio que lloraba la pérdida del café que había sido inaugurado en 1922.

“Este bar es de la gente. Hay mucho contacto. Cada persona que viene me cuenta historias sobre el bar”. La que habla es Paula Comparatore, la nueva dueña y chef del bar Montecarlo, que reabrió sus puertas en septiembre de este año. La mujer cuenta que antes de abrir consultó con el chat de “vecinxs de Montecarlo” qué cosas querían que se mantuviesen en el local y la respuesta fue unánime: sus enormes tazones de café con leche, el budín de pan y las sillas.

Café notable "Montecarlo", ubicado en Palermo.

“Abrí con más dudas que certezas. Yo quería rescatar lo que había sido y busqué los planos de sus inicios. Volvimos a poner la fachada original y ahora la barra está en el mismo lugar que estaba en 1920. Esto es Palermo viejo y yo quería devolverle al barrio algo de lo que era”, agrega. “Cuando yo hice obra acá, nadie vino a cerciorar lo que yo estaba haciendo. Podría haber puesto un loft, tipo garaje y nadie me hubiera dicho nada. No hay nadie que cuide el patrimonio”, sintetiza.

El bar “8 esquinas” fue fundado en 1939 y se encuentra ubicado en Avenida Forest 1186, en el barrio de Colegiales. Miguel es el dueño desde hace 15 años y cuenta que la especialidad de la casa son los fiambres y la cerveza alemana. En sus épocas de oro, en la década del ’40, a “8 esquinas” lo visitaban tangueros como Homero Manzi, Osvaldo Pugliese y Julián Centella. En la década del ’90, lo frecuentaban Pappo, el “Conejo” Tarantini, y Hugo “El Loco” Gatti, que traía su propio bife para que se lo cocinaran en el emblemático bar.

Una foto antigua del histórico bar "8 esquinas".

Miguel acota que en el bar mantienen la tradición de tener los diarios en papel y que quienes atienden son mozos históricos. Durante la pandemia, el bar tuvo que adecuarse y pasaron de ser un bar a una rotisería. “Se hizo un esfuerzo enorme por parte de todo el personal. Uno de estos mozos repartía volantes y llevaba los pedidos. Este mozo ama este lugar”, sostiene.

El Bar "8 esquinas".

Le Caravelle es otro bar histórico ubicado en Lavalle 726 que trabaja desde 1962. Es famoso por la altura que logra la espuma de los capuchinos que sirve Ángel Suárez, mozo desde hace 30 años. Con la pandemia, el cierre del turismo y la pronunciada baja de transeúntes en el centro porteño, pasó de hacer entre 3 mil y 4 mil cafés por día a hacer cerca de 100.

Al estar ubicado cerca de muchos teatros, por allí eran habitués Guillermo Francella, Amalia “Yuyito” González, Panam, Luis Landrisina y Coco Silly, entre otros actores y actrices. Pero también era común ver a muchos turistas italianos vestidos con los típicos trajes blancos que iban a tomar whisky. “Este es un lugar muy conocido y vienen personas de todos lados. Creo que ahora con las nuevas aperturas va a repuntar”, dice esperanzado.

La barra del bar "La Carevelle".

Carlos Encina es el dueño de café “Mar Azul”, fundado en 1939, ubicado en la esquina de Tucumán al 1700 y de la camada de los primeros bares notables de la Ciudad. “Buenos Aires es lo que es por bares como estos”, afirma. Se encuentra ubicado muy cerca del comité radical y por ese motivo supo ser un centro de reuniones políticas y punto de encuentro de muchos intelectuales: desde David Viñas hasta Martha Mercader.

Carlos dice que el gran cambio cultural se afianzó durante la década del ’90, época en la que ingresaron las grandes cadenas que empezaron a invadir los lugares principales. “Estamos perdiendo identidad porque no hemos sabido preservarla”, señala.

El bar "Mar azul".

Bar de viejes

Más allá de los bares notables, existe otro circuito de bares porteños, menos famosos y que no reciben el mismo trato. Sin embargo, son parte de la identidad de la ciudad y están llenos de historias de vecinxs.

Con esa impronta nació Bar de Viejes, una cuenta de Instagram que se dedica a retratarlos y describir la historia de sus dueñxs, sus clientes habituales y destacar el rol social que desempeñan en los barrios. Una de las referentas de la cuenta relata que “surgió como una necesidad de compartir una mirada sobre la ciudad que no estaba siendo mostrada. Se fue armando una comunidad orgánica que fue gestionando ese acerbo patrimonial y encontrándole valor a estos lugares”.

Hoy, el proyecto tiene casi 4 años en redes y una página web con un mapa interactivo con la ubicación de estos locales, como una manera de recorrer la ciudad a través de sus bares. El proyecto empezó siendo de la Ciudad de Buenos Aires pero se fue extendiendo hacia otros distritos y países vecinos. Hoy en el mapa hay bares de viejes de Misiones, Córdoba, Santa Fe, Montevideo y Rio de Janeiro

Su creadora señala que había un montón de gente que valoraba esos lugares y no tenía una manera de organizarse. Bar de viejes logró ordenar esa demanda genuina y hablar de un bien escaso en las grandes metrópolis. “Para mí es, ante todo, un proyecto político-cultural que tiene que ver con la resistencia a cierta homogeneización. Esta idea de que todas las ciudades son la misma ciudad como producto de la globalización y gentrificación de los barrios y de un sistema económico que cada vez arrasa más con las comunidades locales y sus particularidades”.

El bar "La Carevelle".

Distintas maneras de entender el patrimonio cultural

La cuenta Bar de Viejes surgió, también, como un contrapunto con los bares notables de la ciudad de Buenos Aires. La creadora de la cuenta señala que muchos bares notables se volvieron lugares muy alejados del público que tenían y comenzaron a ser menos para las comunidades de los barrios y más para gente que no tenía un ritual cotidiano en ese espacio

“Esta cosa de lo notable o la ultra-conservación de los espacios hace que no estén vivos. No es tanto la preservación absoluta ni tampoco tener una lectura de que el patrimonio es una cosa abstracta y que no hay bienes tangibles o materiales que son patrimoniales, como las barras, sillas, pisos. Eso se ve en casos como La Giralda. Ahí hay una discusión sobre cómo se hace una reconstrucción o cómo se piensa la reactualización del patrimonio”, agrega.

“Me parece que una discusión interesante en relación al Gobierno de la Ciudad es extender la idea de los patrimonial más que de lo notable. Hay que repensar el concepto de patrimonio y la ley. Está todo muy desactualizado y existe una visión que es un muy anacrónica y que ayuda muy poco a los bares no solo económicamente sino que ayuda muy poco también a que las nuevas generaciones se acerquen a estos espacios. Creo que la discusión del patrimonio no le corresponde solo al Gobierno. Es una discusión que se tiene que abrir a la comunidad porque una vez que una decide tirar abajo algo ya está, se tiró. No hay forma de volver atrás”.

Para preservarlos es necesario entender quiénes pueden ser los herederos de esos espacios, que no son quienes los iniciaron. Tiene que ver más con una actualización de la herencia y por eso hay una intención muy importante de interpelar a las nuevas generaciones. Con ese fin, el 16 de octubre se retomará el ciclo “Bar Abierto”, que son encuentros culturales mensuales en distintos bares. “Me parece que la urgencia de la crisis que tienen los bares, de la dificultad que pasaban desde antes de la pandemia amerita que hagamos cosas rápido”.