Este Día de la Independencia es la ocasión ideal para recorrer solo, con amigos o en familia el casco histórico que fue sede del poder político y económico del Virreinato. Visitarlo además permite ver cómo ese paraje colonial se transformó en la capital de nuestra nueva Nación, disfrutando de paso los sabores tradicionales de aquellos días.
La luz tenue de los candelabros se mezcla con el son del minué y escapa a las calles empedradas. Allí se pierde en el retumbar de las voces de los vendedores ambulantes y las quejas de los ejes de los carruajes y el relinchar de caballos. En el aire se mezclan los aromas de las empanadas, el arroz con leche que se enfría y el locro revuelto con paciencia.
Casco histórico de Buenos Aires: qué lugares se deben conocer
Un verdadero viaje al pasado: la Plaza de Mayo
Los ecos de la Buenos Aires colonial que se transformó en la Reina del Plata aún se sienten en varios rincones de la ciudad. Todo comienza en torno a la Plaza Mayor, hoy Plaza de Mayo. Allí, Juan de Garay consagró a Santa María del Buen Ayre en 1580. En cada acontecimiento importante, el pueblo se reúne en la plaza, un espacio que condensa todas las alegrías y tristezas que constituyen la identidad argentina. En el centro, se encuentra la Pirámide de Mayo, un pequeño obelisco coronado por una estatua de la Libertad con un gorro frigio.
La Casa Rosada y la flamante Catedral Metropolitana
En uno de los laterales de la Plaza de Mayo está la Casa Rosada, construida sobre el emplazamiento del Fuerte levantado por Garay en 1595. Ofició de Casa de los Virreyes y de sede para los gobiernos patrios. Bartolomé Mitre la restauró en 1862 y Domingo Faustino Sarmiento ordenó que su color fuera rosado, simbolizando la unión entre los bandos federales y unitarios. Hoy alberga un museo con material del Fuerte y de la Aduana.
En otro de los lados de la Plaza se encuentra la Catedral Metropolitana, erigida por Juan de Garay bajo la advocación de la Santísima Trinidad. Esta iglesia principal de Argentina es monumento nacional, pues en su interior se halla el mausoleo con los restos del general José de San Martín.
El Cabildo de Buenos y la Manzana de las Luces: dos atracciones súper patrias
En el extremo opuesto a la Casa Rosada está el edificio del Cabildo, sede administrativa del Virreinato del Río de la Plata. En sus salones se gestó la Revolución que dio paso a la independencia. El museo recrea aquellos días y en el patio interior se puede contemplar el aljibe que perteneció a la familia de Manuel Belgrano.
A pocos metros, por Diagonal Sur, se levanta la Manzana de las Luces, un sitio histórico que albergaba instituciones educativas y gubernamentales. La visita incluye un recorrido por los túneles coloniales, utilizados para defensa y contrabando.
Teatro Colón: un cierre perfecto
El recorrido culmina en el Teatro Colón, símbolo de la Buenos Aires del Centenario. Inaugurado en su actual ubicación en 1908, es reconocido por su excelente acústica y su arquitectura impresionante. Para completar el Día de la Independencia de manera patriótica, se puede visitar la confitería del Colón, El Pasaje de los Carruajes, recientemente renovada. Llegar al casco histórico es muy sencillo. La zona es un nodo de casi todas las líneas de subte metropolitano y cuenta con numerosas líneas de colectivos.