Por qué el fin del mundo se podrá ver en 2045, según los científicos

El anuncio científico que sorprendió al mundo entero. Por qué se podrá ver el vivo el fin del universo en una par de décadas. 

12 de junio, 2024 | 20.18

La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) anunció que en el año 2045 se verá el fin del universo en vivo. Esto será posible gracias al Colisionador Circular Futuro (FCC), una máquina que se está construyendo en Ginebra, Suiza.

El FCC será tres veces más grande que el Gran Colisionador de Hadrones y permitirá a los científicos estudiar las partículas con mayor detalle y precisión. El objetivo principal del CERN es comprender las partículas más pequeñas que componen nuestro universo y las fuerzas que las gobiernan.

Con el descubrimiento del bosón de Higgs hace 12 años, una partícula crucial para entender el funcionamiento de otras partículas, el CERN busca ahora explorar los misterios cósmicos y simular el posible final del cosmos.

El FCC realizará colisiones entre partículas subatómicas para recrear cómo fue el fin del universo y evaluar si las condiciones para que esto ocurriera están más cerca de lo que se imaginaba. Se espera que la nueva máquina esté operativa en el año 2045, aunque las investigaciones durarán varias décadas: se estima que hasta 2070.

El proyecto iniciará con la construcción del Colisionador Circular Futuro, que tiene fecha prevista para el 2030 y demorará al menos unos 15 años. Según las previsiones del CERN el FCC costará 20.000 millones de euros y tendrá tres veces el tamaño del Gran Colisionador de Hadrones.

De acuerdo a lo anunciado, será capaz de producir nada menos que 40 millones de colisiones por segundo y la cantidad de información que generará será tan enorme que será necesario poner a punto un sistema que sea capaz de analizar los datos en tiempo real y tomar una decisión respecto a la colisión que se acaba de producir.

Se supo cuál es el plan de la NASA ante la llegada de un asteroide apocalíptico

La NASA evaluó cuidadosamente sus planes de contingencia en caso de un evento cósmico catastrófico. El doctor Kelly Fast, experto en defensa planetaria, señaló la importancia de detectar y monitorear asteroides peligrosos antes de que representaran una amenaza real para nuestro planeta. Según él, es "fundamental encontrar estos cuerpos celestes antes de que nos encontraran a nosotros y estar preparados para intervenir si fuera necesario".

La Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA se comprometió en la búsqueda de posibles asteroides que pudieran suponer una amenaza para la Tierra. Mantener una vigilancia constante del espacio era crucial para prever cualquier riesgo y tomar medidas proactivas para proteger nuestro planeta.

El Dr. Fast explicó que si se identificaba una amenaza de impacto de asteroide con años o décadas de anticipación, existía la posibilidad de llevar a cabo una misión de desviación. Sin embargo, enfatizó que la prioridad era detectar y monitorear estos asteroides de manera efectiva.

En caso de que se confirmara una amenaza de impacto, la NASA emitiría una notificación oficial, primero dirigida al gobierno del país afectado, antes de informar a nivel global y comunicarlo a las Naciones Unidas. Según los protocolos actuales, si el asteroide se encontraba a años de distancia, se intentaría desviarlo. Sin embargo, si el plazo era de menos de cinco años antes del impacto previsto, se consideraría la opción de destruir el asteroide en lugar de intentar desviarlo.

En el 2022, la NASA llevó a cabo la misión Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART)en la que impactó un asteroide en el espacio profundo. Esta prueba tenía como objetivo probar la eficacia de la tecnología para desviar asteroides peligrosos antes de que representaran una amenaza para la Tierra. Los resultados fueron prometedores y demostraron que era posible reducir la órbita de un asteroide en caso de un impacto inminente.

Durante la misión, la nave DART chocó intencionalmente con el asteroide Dimorphos, una luna de un planeta menor conocido como Didymos. Aunque Dimorphos no representaba una amenaza en ese momento, este experimento demostró la capacidad de desviar la órbita de un objeto espacial. El asteroide se encontraba a unos 11 millones de kilómetros de nuestro planeta en el momento del impacto, asegurando la seguridad terrestre durante el experimento.

Los resultados del experimento DART fueron alentadores, ya que lograron reducir la órbita de Dimorphos en un tiempo significativo. Aunque el objetivo inicial era reducir la órbita en 73 segundos, el impacto de la nave DART logró acortarla en 32 minutos, mostrando el éxito de la tecnología espacial para mitigar el riesgo de impacto de asteroides.