Intensidad, radicalización y polarización. Esas parecen ser las palabras que definen las disputas globales tras los resultados que dejó el año con más elecciones de la historia. Por mencionar sólo algunos ejemplos, durante el verano austral un empoderado Donald Trump asumirá su segunda presidencia en Estados Unidos, Alemania irá a las urnas antes de lo previsto en medio de una crisis económica y África va por el fin de la influencia francesa en el continente. Los BRICS, los nuevos comicios en América Latina y la incertidumbre ante el cambio de mando en Venezuela.
Traspaso de mando en Estados Unidos
El empresario republicano ultraderechista Donald Trump tomará el mando de Estados Unidos este 20 de enero. Con él, el escenario mundial será de crisis, según avizoran los analistas por eso los ojos estarán puestos en las próximas decisiones que tome.
“Trump en su estrategia dice que ‘hay que volver a fortalecer a Estados Unidos, hay que ser el más fuerte del escenario, hay que hacer lo que nos convenga’. Entonces ahí ponen crisis el orden mundial”, señaló ante El Destape, Gabriel Merino, analista internacional, sociólogo e investigador del Conicet.
Algo de todo eso ya se vio durante la primera presidencia de Trump: se salió del Tratado de Transpacífico (TTP), que Estados Unidos impulsó, así como del Acuerdo de París, por poner sólo dos ejemplos. Ahora, avisó que irá por el mismo camino y ya anunció que también planea salirse de la Organización Mundial de la Salud.
Se trata de afianzar el liderazgo de Estados Unidos centrado en Occidente desde lo que en el libro China en el (des)orden mundial (Editorial Batalla de Ideas) –co-escrito por Merino- llaman una “unipolaridad unilateral” para ubicarse como indiscutido líder, en soledad. Una estrategia que tendrá impacto en el multilateralismo para imponer una estrategia de relaciones bilaterales evidentemente asimétricas en la que Estados Unidos siempre quedará como el más fuerte y que estará acompañado por una retórica cada vez más agresiva desplegada en distintas direcciones bajo el lema “Make America Great Again”.
La crisis de hegemonía y la guerra comercial con China
Esas formas tienen un porqué, explicó Merino: “El trumpismo como tal es una fuerza que profundiza características claves de la crisis hegemonía (establecida post- Segunda Guerra Mundial) intentando recuperar capacidades productivas intentando fortalecer unilateralmente aspectos claves de su país”.
Eso se debe a que esa primacía se trasladó en las últimas décadas hacia Asia, con epicentro en China, que tiene más del 30% del PIB industrial mundial. Por eso, en el ámbito geopolítico la agenda estará centrada en esta disputa con la idea de imponer aranceles del 60% o más a las importaciones que lleguen desde el gigante.
“Hay que ver en qué medida esto es positivo para Estados Unidos”, advirtió, de todas formas, el analista. Es que, en más de una ocasión, las decisiones geopolíticas del magnate resultaron una suerte de boomerang. Merino mencionó dos casos testigos: con la salida del TTP dejó el terreno liberado para que China construyese su propia alianza más grande del mundo con el Asociación Económica Integral Regional (RCEP) y tras castigar a Huawei, la empresa “mostró resiliencia y hoy está a la vanguardia”.
Los caballitos de batalla de Trump
Trump contará con un gabinete cargado de empresarios multimillonarios, como el dueño de Tesla y de la red social X, Elon Musk, al frente del Departamento de Eficiencia del Gobierno, similar al de Federico Sturzenegger en Argentina. También, con referentes republicanos que consiguió como aliados como el hijo de inmigrantes cubanos Marco Rubio, que estará al frente que nada menos de las relaciones diplomáticas del país desde la Secretaría de Estado. Un hombre con fuertes vínculos con la derecha y el antiprogresismo latinoamericano, crítico de China y aliado de Israel.
Dos o tres fueron los ejes de su campaña que, en caso de ir a por el cumplimiento de ellos, serían de gran impacto para todo el mundo: la migración, la suba de aranceles para sus competidores –algunos incluso socios- y las guerras. En el orden interno, las políticas conservadoras, anticientíficas y antiaborto pareciera que estarán a la orden del día.
En el capítulo sobre la migración, Trump advirtió que llevará a delante la “mayor deportación de la historia”, lo que impactaría sobre México, Centroamérica y otros países de la región. Las presidentas de México y Honduras rápidamente le respondieron: la mexicana Claudia Sheinbaum con un repudio firme y llamado al diálogo; y su colega hondureña Xiomara Castro con la amenaza de cerrar la base militar estadounidense que existe en su país desde 1981.
En la región, buscará “asegurar el patio trasero” en un escenario crecientemente multipolar en un territorio en donde ya hubo experiencias autonomistas como la Unasur –que decayó-, que cuenta con gran influencia china y en donde existen intentos de crear un polo emergente como son los BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, más otros nueve nuevos socios), que buscan fortalecer su cooperación económica sin depender del dólar. “Hay que ver si esa asertividad para controlar la región no se le vuelve en contra porque, por ejemplo, muchos sectores de las propias elites tradicionales de poder económico latinoamericano están muy vinculados con negocios al otro lado del Pacífico”, observó Merino.
En términos comerciales, el próximo presidente estadounidense también apuntó contra México y Canadá, así como contra los BRICS. Dijo que no se quedará de brazos cruzados y amenazó con aranceles de hasta el 100 por ciento. En ese escenario, la Argentina del ultraderechista Javier Milei aparece como un aliado clave para hacer de contrapeso a Brasil.
Además, días antes de asumir hizo proclamas expansionistas con ideas como quedarse con el Canal de Panamá, comprar Canadá y Groenlandia. Cuba aparece también en su agenda con intenciones de retomar el bloqueo en un momento de debilidad económica y de crisis energética en la isla.
El magnate también se metió de lleno en los dos conflictos bélicos que marcaron los últimos años. Mientras que hizo un llamado para entablar negociaciones para el fin de la guerra en Ucrania, amenazó a Hamas con un “infierno”, una advertencia que también recae sobre el enclave palestino de la Franja de Gaza y el mundo islámico.
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Crisis económica en Alemania y elecciones adelantadas
El desentendimiento en la coalición del gobierno alemán en torno a las medidas económicas hizo trastabillar al canciller, Olaf Sholz, que acabó llamando a elecciones anticipadas para este 23 de febrero. En la historia reciente del país, sólo se celebraron comicios anticipados en tres ocasiones: en 1972, 1983 y 2005. La última, en 2005, resultó en un cambio significativo ya que marcó el inicio de los 16 años de Ángela Merkel al frente del país, un período que transformó profundamente la política alemana y europea.
La campaña está marcada por un hecho catalogado de “terrorista” en Navidad. Las encuestas avizoran un triunfo de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y sus aliados de la Unión Social Cristiana en Baviera (CSU) con la posibilidad de que resulte electo premier Friedrich Merz, con una propuesta liberal en lo económico y conservadora en lo social, pero que apuesta a una Europa más integrada al contrario de lo que plantea la extrema derecha europea. De hecho, le tocará hacerle frente a una de esas organizaciones, con simpatías con el nazismo, llamada Alternativa para Alemania (AfD), que consolida un 20% de los votos.
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¿América latina definirá su rumbo?
En los primeros meses del año, se espera el traspaso de mando en Venezuela tras unas elecciones cuestionadas. Ecuador y Honduras celebrarán elecciones este principio de año y se espera el traspaso de mando en Uruguay. Mientras tanto, Brasil acaba de asumir la presidencia de los BRICS, el grupo económico, político y social que le hace frente a la hegemonía de Occidente.
Venezuela en la incertidumbre
Las elecciones del 28 de julio cerraron con un mar de dudas: a pesar de que la Cámara Nacional Electoral proclamó a Nicolás Maduro como presidente electo, el escrutinio nunca se dio a conocer y la oposición, al mando del antichavismo con Edmundo González Urrutia y María Corina Machado también se autoproclaman ganadores. El escenario es de incertidumbre porque González Urrutia, que estaba como asilado en España, iniciará este sábado una gira por la región -que comienza en Argentina- para juntar apoyos, así llegar al 10 de enero a su país. El desenlace llevó a Maduro a hacer trastabillar las relaciones con aliados como México, Colombia y Brasil y a romper relaciones, al menos, con seis países de América Latina, entre ellos, Argentina.
Aunque la posible proclamación de dos presidencias rememora la también autoproclamada presidencia del opositor Juan Guaidó, en 2019, que fue leída como un fracaso por los propios, desde la oposición dijeron a este medio que ahora es "diferente". En aquel entonces, la oposición no se había presentado a las elecciones presidenciales y Guaidó fue electo presidente de la Asamblea Nacional, con ese poder fue que armó una suerte de gestión paralela que fue reconocida por más de 50 países al rededor del mundo.
Ecuador
En la tierra ubicada en la mitad del mundo, el empresario Daniel Noboa aspirará a renovar su mandato. El presidente asumió luego de que Guillermo Lasso declarara la muerte cruzada y cerrara el Congreso en medio de una crisis de seguridad sin precedentes y sólo para completar ese mandato. Al asumir, hace un año, declaró el conflicto armado interno y catalogó como “terroristas y actores no estatales beligerantes” a 22 organizaciones criminales. A lo largo de los meses extendió más de una vez y en diferentes regiones el estado de excepción y su mandato acaba con la acusación de graves hechos de violencia militar, sobre todo luego del asesinato de cuatro niños en donde las Fuerzas Armadas estuvieron involucradas.
Otra crisis que debió enfrentar y que todavía lo hace tambalear es la energética. Un problema que hizo caer al país en un black out total en junio y cortes prolongados por más de 12 horas en distintas regiones.
Noboa se enfrentará a otros 16 candidatos y candidatas y su principal contendiente es, una vez más, la correista Luisa González (Revolución Ciudadana).
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Honduras
El país al mando de la izquierdista del partido Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, el 9 de marzo realizará sus elecciones primarias en las que participarán los partidos que quieran para definir sus candidatos a las presidenciales y, también, otros tres mil cargos entre los que se incluyen tres vicepresidentes, 298 alcaldías y 128 diputados al Congreso Nacional. Las elecciones generales serán el 30 de noviembre.
Según informó el Consejo Nacional Electoral (CNE), son 10 las candidaturas inscriptas. En el país no está permitida la reelección y aunque hubo dudas de la posibilidad de que Castro se sortee esa medida, fuentes cercanas al Gobierno aseguraron a El Destape que apoyará “a una mujer”, por lo que se presume que dé el espaldarazo a Rixi Ramona Moncada, una abogada actual secretaria de Defensa Nacional, ex jueza que estuvo en varios otros cargos de la gestión como la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social. Además, es gerente general de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee).
Uruguay
El 1° de marzo dará inicio a un cambio de mando con la vuelta del Frente Amplio al Gobierno de la mano de Yamandú Orsi y Carolina Cosse. Regresan tras cinco años de Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, que logró consolidar la Coalición Republicana con los partidos más conservadores y de derecha del país, incluido el Partido Militar.
Orsi es un manifiesto aliado del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y será de contrapeso a Milei en una región que tuvo grandes dificultades para encarar proyectos regionales conjuntos en el último tiempo. El mandatario electo es ahora cabeza de una coalición de partidos, organizaciones sociales, políticas y sindicales que buscan repensar un nuevo ciclo progresista, que aspira a la integración conjunta y autónoma.
África anticolonial
El 2025 comenzó con la salida de tropas francesas de Costa de Marfil uno de los aliados más importantes de los galos con unos 900 militares en el territorio. El país se sumó así a las decisiones que tomaron recientemente Chad, Senegal, Níger, Mali y Burkina Faso, países que ocupan el área conocida como el Sahel, que decidieron así ponerle fin al dominio colonial francés en un giro que podría significar reforzar lazos con Moscú, China y Turquía.
El mundo gira y las fichas se acomodan en lo que parecieran ser dos polos que caminan en sentidos opuestos. Habrá que estar para ver el desenlace.