En un mundo donde la escasez de alimentos se convirtió en un desafío, la Argentina se posiciona como un bastión clave para ofrecer una alternativa. “La Patagonia tiene una diversidad genética enorme de hongos y tiene un ecosistema propicio para que distintos tipos puedan proliferar. Muchos de ellos son superalimentos”, sostuvo Jesús Moreno, experto en hongos, miembro vitalicio de la Academia Mexicana de Ciencia y profesor del Colegio de Postgraduados en Texcoco durante su exposición en el Congreso Internacional sobre Hongos Micorrízicos Comestibles (IWEMM, por su sigla en inglés).
Durante el congreso, que reunió a expertos en diversidad, economía, ecología, biotecnología, micosilvicultura y cultivo de trufas y otros hongos comestibles, se brindaron importantes disertaciones y se actualizaron los resultados de las investigaciones en torno a distintas especies de hongos. El sur de nuestro país cuenta con más de 30 especies de hongos identificadas como comestibles, incluyendo 10 especies endémicas que crecen únicamente en esta región.
Por ejemplo, las gírgolas, que si bien crece en otras partes del mundo, en la Patagonia lo hace con mucha facilidad, es una muestra paradigmática del potencial que tienen. “Es un hongo cuya propagación es extraordinariamente simple, se puede cultivar en distintos sectores. En áreas de escala pequeña, mediana o grande. Este hongo tiene altísimos contenidos de proteína, equiparables a los de la carne vacuna. Esto significa que en pequeños espacios se pueden producir grandes cantidades de un superalimento”, explicó el doctor Moreno.
“Además no tiene colesterol y tiene altos contenidos de vitaminas y minerales. Por otro lado, también aporta componentes antihipertensivos, es decir, que sirve para controlar la presión arterial”, agregó el especialista y destacó el potencial que tiene nuestro país para el desarrollo de este tipo de cultivos: “Es un tema de seguridad alimentaria. En países como Argentina, el potencial que existe para producir hongos comestibles es enorme. No ha sido, aún, explotado lo suficiente”.
“Cuando se vive una crisis económica, como la que atravesamos por la pandemia, se puede recurrir a estas prácticas para el autoabastecimiento. Si en vez de comprar productos como la carne, tenemos la capacidad de producir nuestros propios alimentos, con similar o mayor capacidad nutricional, estamos teniendo un ahorro económico y, adicionalmente, estamos consumiendo un producto de alto valor nutricional”, concluyó Moreno.
Propiedades de las girgolas
- Reduce los niveles de colesterol: se demostró que ayudan a reducir el colesterol de forma natural y rápida en algunos estudios. Un estudio publicado en la revista Mycobiology, por ejemplo, mostró que la suplementación con hongos gírgolas ayudó a reducir los niveles de colesterol total en un 37 por ciento y redujo los triglicéridos en un 45 por ciento.
- Alivia la inflamación: estos hongos poseen poderosas propiedades antiinflamatorias. Pueden reducir la secreción de múltiples marcadores de inflamación en el cuerpo. Esto podría tener beneficios de gran alcance, ya que disminuir la inflamación puede ayudar a aliviar muchas afecciones que van desde la artritis reumatoide hasta el colon irritable.
- Gran aporte de antioxidantes: ayudan a combatir los radicales libres y previenen el daño a las células y pueden desempeñar un papel central en la salud. A la vez, ayudan a combatir el estrés oxidativo para reducir el riesgo de ciertas afecciones crónicas. Algunos estudios descubrieron que las gírgolas están cargados con antioxidantes que promueven la salud, lo que puede explicar sus múltiples beneficios.
- Mejora la salud del cerebro: son ricos en muchos de los nutrientes que mejoran la función cerebral. La niacina, por ejemplo, brinda protección contra la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo en adultos mayores en la investigación clínica.