Historia del teatro argentino: origen, manifestaciones y evolución

20 de junio, 2022 | 09.10

A través de la historia del teatro, este género siempre ha sido la manifestación artística que mejor representa tanto la vida del hombre como su manera de percibirse y de percibir el mundo que lo rodea.

Partiendo de esta idea, el teatro en nuestro país es la expresión de la cultura de la sociedad argentina por excelencia y de su manera de relacionarse con la realidad. Al buscar sus raíces más profundas es posible identificar su estrecha relación con:

  • Ritos indígenas.

  • Manifestaciones africanas.

  • Representaciones coloniales y poscoloniales de origen español-americano. 

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Sin embargo, el origen del teatro en Argentina proviene principalmente del circo criollo existente en las últimas décadas del siglo XIX. Un espectáculo caracterizado por su carácter popular y la combinación de elementos de diferentes disciplinas dramáticas: farsa, monólogo crítico, pantomima, entre otros.

Más tarde, el teatro argentino logra su propia identidad principalmente a través del sainete y de otras expresiones como el grotesco, la revista criolla y la pieza cómica. También surgen otras dos variedades dramáticas populares: el teleteatro y el radioteatro.

A partir de allí, este género se transforma en una de las actividades más importantes y representativas de nuestra cultura, con un desarrollo y crecimiento a nivel nacional digno de ser conocido.

El teatro en Argentina

En América Latina, Argentina ha sido uno de los países que más ha gozado de una actividad teatral prolífica y creativa. Esto se debe en parte al Buenos Aires de fines del siglo XIX: centro multicultural y pluriétnico. 

De hecho, la inmigración ocurrida entre 1880 y 1930, especialmente en la ciudad porteña, contribuyó al enriquecimiento del teatro argentino al introducir nuevos géneros de origen europeo. Por ejemplo, la Commedia dell’Arte italiana, la zarzuela española, el sainete. 

A partir de este entrecruzamiento entre culturas de distinto origen surge, entonces, lo que se considera la primera expresión de teatro nacional argentino: un género teatral mezcla de artes del circo y del teatro que recoge en su repertorio mitos populares.

Dónde nace el teatro en Argentina

Si hablamos de un punto geográfico donde se ha dado el inicio del arte escénico argentino, este es la ciudad de Buenos Aires. Fue aquí donde en 1783 el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo crea la primera casa de comedias.

¿Cuándo se inició el teatro en Argentina?

Se presume que ha sido durante la época conocida como “emancipación cultural” (1884-1930). La primera obra de teatro nacional habría sido Juan Moreira (1879) de Eduardo Gutiérrez, junto al empresario teatral José Podestá. Se trata de un teatro criollista o gauchesco nativista.

Primer teatro en Argentina

La ciudad de Buenos Aires, al ser designada capital del Río de la Plata, creció vertiginosamente. Esto significó el surgimiento de un gran público para diferentes manifestaciones artísticas y culturales. 

Fue entonces cuando el Virrey Vértiz, bajo la aprobación del Cabildo,  se hizo responsable de la construcción de un teatro. El objetivo era proporcionar diversión al pueblo que ya contaba con una capital.

Además, Francisco Velarde propuso entregar dos mil pesos anualmente para los Niños Expósitos y un día de comedia a beneficio de la institución. Así fue como el teatro se construyó en el patio de la Ranchería - lugar que los jesuitas destinaban para alojamiento de los negros- que dio origen a su nombre.

El 30 de noviembre de 1783 quedó oficialmente inaugurado el Teatro de la Ranchería, en la intersección de las actuales calles Alsina y Perú. Un amplio galpón de paredes de madera, techo de paja y puertas en el frente y en los costados para posibilitar la rápida salida de los espectadores en caso de un incendio. 

También se dotó de elementos de utilería, vestuario, candilejas, sillas y bancos. La iluminación, mediante velas de sebo ubicadas alrededor de la sala, a ambos lados del escenario y en dos arañas pendientes del techo.
 

El Teatro de la Ranchería en Buenos Aires ha sido la primera Casa de Comedias de la historia del teatro argentino, iniciativa del Virrey Vertiz o Virrey de las Luces como se le llamaba. 

Teatro en Época Colonial

Buenos Aires fue cuna del teatro en Argentina, antes de que el país existiera. Como capital del virreinato del Río de la Plata, contaba con cierta población ociosa. La burguesía comercial gozaba, contrario a la mayoría de la población, de tiempo libre.

Así es que surgió lo que hoy llamamos Teatro Colonial. Un antecedente infaltable cuando hablamos de la historia del teatro en Argentina.

En 1957 es que comenzó a funcionar el Teatro de Óperas y Comedias, sin que su edificación estuviera terminada. Esta iniciativa privada, de un italiano y un español, no duró mucho tiempo. En 1761 cesó su actividad, por presión de la Iglesia.

Recién en 1783 se creó una casa de comedias por iniciativa del virrey Juan José de Vértiz y Salcedo. El escenario porteño imitaba las prestigiosas puestas en escena de España.

¿Sabías que hasta 1790 los papeles femeninos eran representados por hombres? Las obras que se representaban eran de autores europeos, como Lope de Vega o Francisco de Quevedo. 

Sin embargo, el Teatro de la Ranchería dió lugar a la primera obra criolla no religiosa. Siripo, de Manuel de Lavardén, se estrenó en 1789 durante el carnaval.

El Teatro de la Ranchería funcionó hasta 1792, cuando un incendio lo destruyó. De Siripo se conserva hasta hoy su segundo acto, aunque se sabe que fue una tragedia compuesta por cinco.

 

Post Revolución

La Revolución de Mayo tuvo su esperable impacto en las artes escénicas. La historia del teatro en Argentina como país comienza con textos dramáticos con fuerte acento revolucionario.

En el año que transcurrió entre 1817 y 1818, una entidad llamada Sociedad del Buen Gusto determinó el contenido de las obras de teatro del Coliseo Provisional de Comedias. Este estaba ubicado en lo que hoy es Reconquista al 269.

Esta sociedad, conformada por intelectuales y funcionarios del gobierno, se encargó de impulsar las ideas independentistas. Había que fortalecer la naciente Argentina.

Los papeles de españoles eran denostados mientras que los personajes militares gozaban de todo el prestigio. Fuertes, honorables y victoriosos, estos personajes encarnaban la gloria de la revolución.

La emancipación cultural

Hacia fines del siglo XIX comenzó a darse algo muy importante para la historia del teatro en Argentina. “Emancipación cultural” es el nombre que se le dió a esta época que dio origen al verdadero teatro nacional.

En 1879 se estrenó “Juan Moreira”, de Eduardo Gutiérrez y José Podetá. Esta obra de temática gauchesca comenzó la tradición del teatro criollista o nativista.

La verdadera identidad del pueblo argentino se comenzó a lucir, poco a poco, en los escenarios. En 1898 otra obra de Martiniano Leguizamón, “Calandria”, fue la legitimación de este tipo de teatro.

Podestá fue un empresario teatral que comenzó dirigiendo una compañía circense junto a sus hermanos. Esta familia sentó las bases para el teatro en Argentina y también en Uruguay.

Él fue quien encarnó a Juan Moreira en el antiguo Teatro Colón. ¿Sabías que estaba ubicado en Plaza de Mayo?

Época de Oro

Con el nuevo siglo, se dio lugar a la maravillosa época de oro del teatro en Argentina. El impulso de las artes escénicas en el país se dio gracias a un nuevo género: el sainete criollo. ¿Lo conocés?

El sainete criollo se define por su tema. Se trata de la vida de los inmigrantes que, a fines del siglo XIX, vivían en los famosos conventillos. Pero estas vidas no son retratadas de cualquier manera, sino en tono de comedia.

Se dice que el sainete criollo fue inaugurado en 1929 por Alberto Vacarezza, con “El conventillo de la paloma”. Armando Discépolo fue quien le terminó de dar al género un tono tragicómico en obras como “Babilonia, una hora entre criados”, protagonizada por inmigrantes italianos y españoles.

Francisco Defilippis Novoa, Samuel Eichelbaum y Elías Castelnuovo fueron otros íconos de la época dorada del teatro en Argentina. El público amaba el grotesco y el sainete.

 

El Teatro del Pueblo

No podemos dejar de mencionar en esta nota al Teatro del Pueblo. Esta institución, fundada por Leónidas Barletta en 1930, tenía una fuerte impronta social. La función pedagógica se fundía con la artística.

No había roles fijos ni fuertes jerarquías en el Teatro del Pueblo. Estos cambiaban entre función y función.  Fue en este teatro que Roberto Arlt estrenó su primera obra. “300 millones” fue representada por primera vez en 1932.

En el estatuto del Teatro del Pueblo se puede leer su propósito. Este es:

 

Realizar experiencias de teatro moderno para salvar al denostado arte teatral y llevar a las masas el arte general, con el objetivo de promover la elevación espiritual de nuestro pueblo”.

 

Entre 1973 y 1943 el escenario del Teatro del Pueblo dio vida a obras de todo el mundo, sin descuidar a los autores nacionales. “Saverio el Cruel”, de Arlt; “El Descosido”, de Raúl González Tuñón; “Los Cínicos” de Álvaro Yunque y “Un Auxilio en la 34”, de Nicolás Olivari son solo algunos ejemplos. Hoy, el primer teatro independiente del país, sigue vivo y cuenta con salas propias

Llegando a mediados del siglo XX, el teatro en Argentina se tiñe de otro color. La influencia norteamericana (proveniente de Arthur Miller, por ejemplo) llegó a Roberto Arlt, quien fue imprimiendo a sus obras el realismo reflexivo. Esta corriente se haría más fuerte con obras como “El Puente”, de Gorostiza, inaugurada en 1949.

El Teatro del Pueblo dio pie para la proliferación de otros teatros independientes. Así nacieron la Organización Latinoamericana de Teatro (OLAT), el Instituto de Arte Moderno (IAM), el Nuevo Teatro y Los Independientes.

En esta ola surgieron actores reconocidos de la escena nacional, como Carlos Gandolfo, Enrique Pinti y Héctor Alterio. 

Las décadas de los 70 y 80

Durante la dictadura militar, el teatro encontró la manera de subsistir. La metáfora permitió a los artistas burlar la censura durante aquel oscuro capítulo de nuestra historia.

Argumentos como el de “La Nona” (1977), de Roberto Cossa y “Una foto?” (1977), de Eduardo Rovner, resuenan aún en la memoria del pueblo. 

En 1981 surgió el contestatario Teatro Abierto. Durante 5 años fue cambiando su formato, encontrando la manera de burlar la censura. 

 

Después de la democracia

Con la apertura democrática, el teatro en Argentina cambió un poco su lenguaje. El cuerpo reemplazó a la palabra como objeto de expresión. Grupos como Los Mococos, El Clú del Claun y La Banda de la Risa hicieron del teatro lúdico un estandarte.

En 1984 surge el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas. Este espacio, dependiente de la Universidad Nacional de Buenos Aires, se convirtió en un importante núcleo del teatro en Argentina.  Ofrecía también espacio a las artes visuales y a los cursos de formación.

Cinco años después, los títeres entrarían en escena. El Periférico de Objetos fue creado por Ana Alvarado, Damiel Varonese y Emilio García Whebi. Se trata de un proyecto experimental que incorpora títeres al teatro clásico para adultos. 

El trío se propuso el desafio de abordar temáticas fuertes de una nueva manera. Algunas de estas fueron el suicidio, la violencia y la culpa.

Día del teatro nacional 

El 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Teatro. Esta conmemoración ha sido impulsada desde el Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET) mediante el Decreto N° 1586 del Poder Ejecutivo Nacional del 3 de julio de 1979.

La elección de esta fecha responde a que en ese mismo día, en 1783, se inauguró el Teatro de la Ranchería. Recordemos que fue el primer espacio en donde se representaron piezas dramáticas en el Buenos Aires colonial.

Conclusión

Cuando se habla sobre el teatro argentino se debe remontar a la época colonial. Las artes escénicas estaban dirigidas exclusivamente a la clase alta del país. 

Hasta el año 1757 no se contó con un edificio teatral estable y toda actividad escénica era de carácter religioso -vinculado a lo jesuítico- o político -con celebraciones de la índole de la realeza. Luego, de 1757 a 1761 funcionó el Teatro de Óperas y Comedias, dirigido por Pedro Aguiar y Domingo Sacomano.

Actualmente, gran parte de la actividad teatral del país se concentra en la ciudad de Buenos Aires. La ciudad en total cuenta con más de 300 teatros y el eje de esta actividad se desarrolla en la avenida Corrientes, donde se ubican muchos de los teatros y salas más importantes: Teatro Colón, Teatro General San Martín, Teatro Presidente Alvear, el Teatro Nacional Cervantes, Teatro Gran Rex y el Teatro Maipo. 

 

También, otras ciudades del país cuentan con reconocidos teatros:

  • Teatro Argentino (La Plata)

  • Teatro El Círculo (Rosario)

  • Teatro del Libertador General San Martín (Córdoba)

  • Teatro 3 de Febrero (Paraná.)

  • Teatro Vera en la ciudad (Corrientes)

  • Teatro San Martín y el Teatro Mercedes Sosa de San Miguel (Tucumán)

  • Auditorio Juan Victoria de la ciudad (San Juan), entre otros.


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