La debilidad de la vejiga afecta la calidad de vida de 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 10 hombres según la Federación Mundial de Incontinencia y Problemas Pélvicos (WFIPP). Especialistas en Urología del Hospital de Clínicas de la UBA sostienen que, en muchos casos, tiene solución sin necesidad de una cirugía.
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico como toser, reír, correr o caminar; o aquella que está acompañada o inmediatamente precedida de “urgencia”, es decir, la percepción de un deseo de orinar súbito claro e intenso, difícil de demorar y con miedo al escape”, afirma la Dra. María Belén Maza, médica uróloga, especialista en urodinamia y disfunciones miccionales del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 146.060).
Si hay un síntoma que afecta realmente a todas las edades y sexos es la incontinencia urinaria, según los expertos en el tema. Sin embargo, según Maza, se trata de una problemática “muy subdiagnosticada” y sostiene que está oculta “por vergüenza, porque la consideran normal por la edad debido a una una creencia que fue pasando de generación en generación y hay quienes no consultan porque creen que tendrían que operarse y no quieren, lo cual es un error porque las causas son múltiples y muchas veces no requiere cirugía”.
Independientemente de la cantidad de orina que se pierda, la especialista sostiene que siempre hay que consultar. “Vivir con incontinencia no debe ser una opción dado que lastima la piel por la acidez de la orina y la humedad constante, predispone a infecciones urinarias y en ciertos casos, como la incontinencia por obstrucción prostática o por prolapso, puede generar falla renal dañando gravemente la salud. Además, suele ser un síntoma que altera la calidad de vida, alejándonos muchas veces de reuniones, actividades o tareas diarias fuera del hogar”, advierte la especialista.
Incontinencia urinaria: cuáles son las causas y tratamiento
Con respecto a las causas de esta afección, la Dra. María Belén Maza, médica uróloga, especialista en urodinamia y disfunciones miccionales del Hospital de Clínicas detalla: “Pueden ser anatómicas -por alteración de los mecanismos de sostén de la uretra-; farmacológicas; idiopáticas -cuando no es posible distinguir su origen-; por cirugías pélvicas previas; avance de la edad".
"En las mujeres adultas, predomina como causa el parto y la menopausia, y en el hombre, las alteraciones prostáticas y la edad. Además hay múltiples enfermedades que pueden generar incontinencia como la diabetes; la esclerosis múltiple; el Parkinson y otras patologías neurológicas como mielomeningocele; lesiones medulares; patología vesical; entre muchas otras. Y también puede estar asociada, por dar otro ejemplo, a causas emocionales”, reconoció.
El diagnóstico certero, a cargo de un especialista en Urología, permite a los profesionales de la salud proponer al paciente el mejor tratamiento para su situación particular. Al respecto, Maza sostiene: “La mayoría de las veces es posible encontrar una solución y mejorar la calidad de vida. Hay terapias que abarcan cambios de hábitos, tratamientos kinésicos, farmacológicos, quirúrgicos, la colocación de colectores urinarios o cateterismo intermitente en el caso que sea necesario. El botox es también una terapia muy utilizada en el caso de que la incontinencia sea de urgencia y generalmente se usa cuando fallan terapias previas como la farmacológica”.
Conocer la solución de esta afección multicausal se alcanza a partir de “un buen interrogatorio y un examen físico por parte de los médicos para el cual la persona debe tener ganas moderadas de orinar. En consultorio se chequea el estado de sus genitales, su fuerza muscular, se observa si se presenta prolapso y si tiene cicatrices por cirugías previas. Además se lleva a cabo un examen neurológico de la región pélvica y se descartan lesiones asociadas”, concluyó la especialista.