Hinchazón y gases: cómo saber si tengo SIBO y no confundirlo con otro trastorno intestinal

Los expertos alertan sobre el peligro del autodiagnóstico y las posibles causas de los síntomas. En qué consiste este trastorno del intestino delgado y cuál es el tratamiento.

29 de mayo, 2023 | 00.05

Hinchazón abdominal, gases, diarrea, dolores estomacales y hasta estreñimiento son algunos de los síntomas que se pueden sentir por una indigestión pero también pueden convertirse en señal de un trastorno intestinal conocido como SIBO, el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Este término está cada vez más popularizado y genera preocupación en las personas que sienten estos malestares. Especialistas recomiendan consultar a un médico ante estos síntomas y evitar los autodiagnósticos.

Todos los seres humanos tenemos bacterias que coexisten pacíficamente en nuestro intestino, principalmente en el intestino grueso (colon). Se trata de la denominada microbioma o microbiota intestinal que está formada por miles de millones de microorganismos entre ellos bacterias, hongos, parásitos y virus que conviven armoniosamente. Sin embargo, cuando se desequilibra esa convivencia y comienzan a colonizar nuestro intestino delgado se genera un sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO).

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

La médica especializada en neurogastroenterología del Hospital de Clínicas, Maria Marta Piskorz, explicó en diálogo con El Destape que esta afección "es muy antigua y fue descrita hace muchos años pero asociada a algunas enfermedades del tubo digestivo", pero lo novedoso es que "hace unos pocos años se lo empezó a asociar con síntomas más frecuentes que podemos tener todos, que son síntomas funcionales intestinales como la hinchazón de panza, o distensión, o bloating que le decimos nosotros, el dolor de panza y la constipación o la diarrea". 

En coincidencia, la bióloga Asun González enfatizó que "el síntoma más típico del SIBO son los gases excesivos" y panza inflamada "que empeora al final del día y con ciertos alimentos". También "el SIBO causa intolerancias alimentarias (lactosa, fructosa, sorbitol), malas digestiones, diarrea, estreñimiento e incluso problemas no digestivos como eccemas o niebla mental".

"Es una disbiosis, es decir, un desequilibrio en la microbiota causado por algo mayor, no es una infección que haya que matar a toda costa", remarcó la especialista en su libro sobre SIBO. 

Cuáles son las causas del SIBO

Antes de desarrollar las causas del SIBO es importante entender la composición de nuestro intestino que se va construyendo desde nuestro nacimiento cuando era estéril, es decir que no tiene ninguna bacteria. A partir del nacimiento, este comienza a colonizarse con diferentes microorganismos, y esta composición depende de lo que va pasando durante la vida, desde qué tipo de nacimiento tuviste, si el parto fue vaginal, cesárea; el tipo de alimentación en la primera infancia; si tuviste gastroenteritis aguda; si tomaste antibióticos, entre otros factores. Entonces cada uno de nosotros tiene una composición determinada,  como “una huella digital".

Cada uno de nosotros tiene una composición determinada, como “una huella digital". 

Sin embargo, ese equilibrio puede alterarse y ahí es cuando las personas tienen trastornos funcionales del intestino. El SIBO se relaciona mayormente con el síndrome de intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal. Según las últimas actualizaciones sobre el estudio del SIBO, publicado por el investigador Mark Pimentel, se confirma que cada vez se ve más la relación entre SIBO e intestino irritable (hasta un 60-70%). En la Argentina, según datos locales, lo padece alrededor del 15% de la población.

Si bien el SIBO es uno de los mecanismos que pueden desencadenar síntomas en los pacientes con intestino irritable, hay muchos otros que hay que considerar en paralelo. "Muchas personas no hacen una evaluación integral porque esperan una solución mágica tratando el SIBO y muy probablemente después de un tiempo los síntomas vuelvan a aparecer", alertó la gastroenteróloga. En este marco, los especialistas insisten en la importancia de prevenir estos desequilibrios y ajustar una alimentación equilibrada pero también descartar otro tipo de enfermedad o condición preexistente. El SIBO no es una enfermedad en sí, sino una condición de muchas enfermedades.

El factor eje cerebral- intestinal

Según la especialista, antiguamente se decía que el SIBO estaba asociado a una alteración anatómica del intestino pero ahora que se diagnostica en relación a los trastornos funcionales "se cree que tiene ver con alteración del eje cerebro-intestinal”. Esto incluye el sistema nervioso central, los factores emocionales que se relacionan con el intestino, por lo tanto, en el medio están las bacterias intestinales. "Ese eje es bidireccional, es decir que funciona de arriba para abajo y de abajo para arriba. Entonces, la alteración de este eje lleva a que una persona pueda tener alguna alteración en su microbiota intestinal", remarcó.

El SIBO no es una enfermedad en sí, sino una condición de muchas enfermedades.

Estas alteraciones intestinales tienen que ver con no solo cuestiones emocionales sino también ambientales, como determinados patrones de alimentación que te pueden llevar a tener una microbiota intestinal más rica o más pobre, por ejemplo. 

Cuáles son estos patrones que generan sobrecrecimiento bacteriano

  • Las dietas que son más ricas en grasas saturadas o alimentos ultra-procesados.
  • Las dietas hiper fermentables, hiper fermentativas, que son muy ricas en frutas, verduras. Estas hacen que la microbiota sea rica, pero como contrapartida, esa microbiota puede hiperfermentar, o sea, puede producir gases en demasía.

También existe una asociación por el consumo excesivo de antibióticos.

Qué es la dieta baja en FODMAP

En las personas que tienen este tipo de síntomas, que fueron evaluadas y se descartó cualquier otra condición, la dieta juega un rol importante, por eso se implementa un tipo de dieta hipofermentativa, que se hace un tiempo breve. "Se hace una restricción muy importante de todos los alimentos fermentables durante algunas semanas y después se van incorporando de a grupo. En la lista de alimentos muy fermentables se encuentran desde las harinas de trigo, los lácteos, muchas frutas como la manzana, la pera, los cítricos, verduras como la cebolla, las hojas verdes, el brócoli, la coliflor, el repollo, las legumbres, productos dulces de la industria porque están endulzados con algo que se llama jarabe de maíz de alta fructosa y también algunos alimentos dietéticos", detalló Piskorz. 

Como saber si tengo SIBO

Antes la única forma de hacer el diagnóstico era tomar una muestra del líquido del intestino y realizar un cultivo, pero "se trataba de un método sumamente invasivo e inadecuado". Años más tarde se comenzó a implementar los tests de aire espirado por medio de los cuales se detecta el nivel de fermentación bacteriana intestinal que permite definir si hay o no sobrecrecimiento bacteriano. "Con estos tests al paciente se le da de tomar un azúcar, puede ser glucosa, lactulosa, y se mide el gas hidrógeno o hidrógeno y metano, gases que la producen solamente las bacterias del intestino. El paciente cada 15-20 minutos sopla en estos aparatos que mide estos gases en muy pequeñas concentraciones y si estos gases superan un valor normal, a eso se le llama sobrecrecimiento bacteriano nocivo", detalló.