El Ministerio de Salud de Nación avanza en los estudios epidemiológicos sobre los dos primeros casos de Candida Auris detectados en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de una especie de "superhongo" que crece como la levadura y que fue detectado en muestras de dos pacientes de una clínica porteña en las últimas horas. Lo que se sabe es que ninguna de las dos personas contagiadas "compartieron el mismo ámbito en el mismo momento".
Las muestras clínicas fueron identificadas el viernes pasado en un laboratorio privado de CABA a través de la técnica de MALDI-TOF y derivadas al Laboratorio Nacional de Referencia en Micología Clínica (LNRM) del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis) "Dr. Carlos G. Malbrán".
Uno de los pacientes está internado desde el 2 de octubre en la unidad de cuidados intensivos de una clínica de CABA, quien fue derivado de una clínica del exterior del país y trasladado en un vuelo sanitario. El 18 de octubre se le realizó un urocultivo con aislamiento de Cándida sp, que el 28 de octubre fue identificado como Cándida auris en un laboratorio privado. Las autoridades sanitarias argentinas enviaron entonces "un requerimiento de información al país de procedencia del caso sobre antecedentes de patógenos en la clínica donde estuvo internado uno de los pacientes".
Por otro lado, el segundo caso positivo corresponde a un paciente que fue tratado de forma ambulatoria en la misma clínica, donde el 13 de octubre se le realizó un cultivo de líquido peritoneal donde se aisló una levadura posteriormente identificada como Cándida auris.
Ante esta situación, se procedió a informar a la Gerencia Operativa de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se realizó una reunión conjunta entre las autoridades y personal de la institución privada, equipos técnicos de la ciudad y del Ministerio de Salud de la Nación, se informó a través de un comunicado de prensa.
Paralelamente, el LNRM confirmó en un segundo diagnóstico la identificación de Cándida auris en las muestras enviadas, realizó los estudios de sensibilidad a los antifúngicos y asesoró al personal a cargo para poder ofrecer el tratamiento adecuado, detalló la cartera de salud.
Con base a la información disponible hasta el momento, los equipos intervinientes del Ministerio de Salud de la Nación y de la Gerencia Operativa de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires elaboraron recomendaciones para la investigación y control de la situación en el ámbito institucional de ocurrencia.
Asimismo, en el marco del Reglamento Sanitario Internacional, se informó de los casos a través del Centro Nacional de Enlace a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Qué es la Cándida auris
Cándida auris es un patógeno que se transmite a través del contacto con ambientes contaminados o con personas colonizadas y que fue aislado y descrito por primera vez en 2009. Desde entonces, fue reportada como agente causal de infecciones invasoras en humanos en al menos 47 países.
De acuerdo a la OMS, se trata de un hongo emergente unicelular con unas características particulares, entre las que están su diseminación en los servicios de salud y en pacientes con sistemas inmunes debilitados, y su capacidad para sobrevivir en superficies por largos periodos de tiempo.
Los expertos advierten que el hongo representa un reto enorme para los sistemas de salud, dado que suele presentarse en brotes y es multirresistente, por lo que se requiere que esta información se tenga a la mano en los hospitales y que se diferencie entre colonización (piel, tracto gastrointestinal, recto, ano, o cualquier otro sitio) e infección, y entre candidiasis invasiva versus no invasiva.
Además, hay que tener en cuenta que existen factores de riesgo que predisponen a la infección por este hongo, entre los que destacan las comorbilidades como diabetes, intervenciones quirúrgicas recientes, catéteres venosos centrales, pacientes con otitis y quienes se encuentren o hayan recibido tratamiento con antibióticos de amplio espectro.
Por eso es particularmente necesario el incremento de las medidas sanitarias en el entorno hospitalario: una estricta higiene de manos antes del contacto con el paciente, antes de una tarea aséptica, después de la exposición a fluidos corporales, después del contacto con el paciente, después del contacto con el entorno del paciente, y limpieza, desinfección y esterilización óptima de superficies.
Con información de Télam