Cada diciembre, la Navidad se convierte en un festejo global, pero ¿sabías que en algunos países está completamente prohibida? Mientras en Argentina y muchas partes del mundo la gente se prepara para celebrar con tradiciones familiares, adornos y comidas especiales, en otros lugares las festividades navideñas no solo son ignoradas, sino también castigadas por la ley.
En qué países está prohibido festejar la Navidad
Aunque nos parezca completamente extraño, hay lugares en donde está prohibido celebrar la Navidad y que, incluso, enfrentan sanciones quienes lo intentan.
Arabia Saudí
En Arabia Saudí, la celebración de la Navidad está fuera de lugar. Con una población mayoritariamente musulmana, el país tiene restricciones muy estrictas sobre las tradiciones cristianas, incluida la Navidad.
Aunque hace casi una década, bajo la administración del jeque Mohammed Al-Oraifi, se permitió que los cristianos celebren estas fiestas en privado, no es común ver adornos o actividades públicas relacionadas con la Navidad. Celebrarla abiertamente podría generar problemas, y si bien en casa es posible hacerlo de forma íntima, nunca está bien visto que se muestre apoyo a la fe cristiana en público.
Irán
Al igual que en Arabia Saudí, Irán tiene una mayoría musulmana y la Navidad no se celebra públicamente. Aunque los cristianos pueden conmemorar estas fechas en privado, hacerlo fuera del ámbito familiar es un riesgo.
La presión para mantener las costumbres islámicas es muy fuerte y la celebración de festividades cristianas, como la Navidad, se considera inapropiada. Quienes intentan organizar alguna festividad navideña pueden enfrentar consecuencias severas.
Somalia
En Somalia, la situación es aún más grave. La Navidad está prohibida no solo en espacios públicos, sino también en la intimidad del hogar. En este país africano de mayoría musulmana, algunas facciones extremistas, como los yihadistas, incluso han amenazado con ataques a quienes intenten celebrar la Navidad.
La violencia y las represalias por tratar de celebrar la festividad son una realidad en un país donde la tradición cristiana es vista con mucha desconfianza.
Brunéi
En el pequeño pero estricto Estado de Brunéi, la Navidad está prohibida por completo. El gobierno de este país de Asia, que sigue el islam como religión oficial, prohíbe la exhibición de cualquier símbolo navideño.
Si alguien intenta decorar su hogar con un árbol de Navidad o poner una simple figura de Papá Noel en su ventana, podría enfrentar penas de cárcel. Esta normativa tiene como objetivo evitar que la cultura cristiana se mezcle con las costumbres locales y el gobierno hace cumplir la ley con mucha severidad.
Tayikistán
En Tayikistán, un país ubicado en Asia Central, la Navidad fue una vez una tradición privada entre los pocos cristianos que habitan en el país. Sin embargo, la situación cambió drásticamente en 2015, cuando el gobierno impuso una prohibición total de la festividad.
Un caso que marcó este giro fue el asesinato de un hombre en 2011, quien fue brutalmente atacado por disfrazarse de Papá Noel en la capital, Dushanbe. Desde entonces, celebrar la Navidad en cualquier forma está penalizado, y quienes se atrevan a hacerlo en secreto corren grandes riesgos.
Corea del Norte
En la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte), la Navidad es un concepto completamente ajeno. El régimen autoritario de Kim Jong-un prohibió no solo la Navidad, sino muchas otras celebraciones religiosas y festivas.
La mayoría de la población es atea o sigue el culto a la personalidad del líder, y cualquier intento de celebrar la Navidad, aunque sea de forma clandestina, puede llevar a severas sanciones, incluyendo la prisión.
¿Por qué se prohíbe la Navidad en estos países?
La razón detrás de estas prohibiciones está principalmente relacionada con el dominio del islam en la mayoría de estos países. En muchas de estas naciones, las autoridades temen que las celebraciones cristianas desafíen o interfieran con las tradiciones religiosas locales.
En algunos casos, la Navidad es vista como una amenaza a la identidad cultural y religiosa. Además, el temor a las influencias externas o a la "globalización" también contribuye a que se impongan restricciones para evitar que estas festividades se popularicen.