El 2025 inició con una feroz escalada de los ataques del presidente Milei contra lo que denomina como "ideología de género" y las personas del colectivo del LGBTIQ!+, a quienes trató en el foro de Davos como "pedófilo". La disertación, al calor de la asunción de Donald Trump, funcionó como una declaración de guerra abierta hacia un sector, ya de por sí vulnerabilizado, que carece de representación política sólida en los espacios de toma de decisión.
Al mismo tiempo, a días de reiniciarse el trabajo legislativo y en medio de un año electoral, la elección de las diversidades como sujeto enemigo del oficialismo significan un anticipo de la agenda antiderechos que buscarán instalar: la eliminación de la Ley de Género, del femicidio como figura penal, el cupo laboral trans y el DNI no binario.
Las palabras de Milei generaron una respuesta casi inmediata de una parte de la sociedad y dicho colectivo en particular que, ante la violencia y la posibilidad de cuestionamiento de conquistas y derechos humanos básicos ya consagrados, recogió el guante de la fragmentación y la pasividad social, y convocó a una gran movilización intersectorial y anti fascista.
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En ese marco hablamos con Celina Esteban, mujer trans, licenciada en Enfermería, y una de las trabajadoras de la salud despedidas en los últimos días del Hospital de Salud Mental Laura Bonaparte. Desde la llegada de Milei al ejecutivo denuncia el desfinanciamiento de la salud y deterioro de la salud pública, y al mismo tiempo, el aumento en los episodios de hostigamiento, violencia y persecución política hacia el colectivo trans.
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- ¿Cómo es tu trabajo en el Bonaparte? ¿Qué funciones cumplís ahí?
- Mi trabajo en el hospital, como enfermera, en principio es ocuparme de todo lo asistencial de los pacientes que están en la sala de observación. Yo trabajo en la guardia de urgencias los sábados, domingos y feriados, donde se despidió a casi todos, quedando descubierto ese servicio. Lo que hacemos como enfermeros es asistir al paciente en el ingreso. Primero con el equipo interdisciplinario donde también tenemos el poder de decidir y opinar, como todos los demás profesionales, sobre la condición en la que llega el paciente, los criterios de internación, externación y demás. Por ejemplo a los pacientes que vienen con una crisis de angustia, hasta un brote, le controlamos los signos vitales, le administramos la medicación, y a los que están internados los asistimos en todo, desde la observación del comportamiento, a ver si revirtió el cuadro de ingreso o si sigue igual o empeora, les damos de comer, los higienizamos porque a veces vienen en condiciones muy deterioradas, no solamente su estado mental sino de higiene personal y cuidados. Tenemos muchos pacientes que vienen de situación de calle, muchas chicas que ejercen la prostitución, así que nos ocupamos de la medicación, observación del comportamiento, asistencia, todo ese tipo de cosas. También como enfermeros nos encargamos de todo lo que es la medicación, del control de stock, y preparamos la medicación para los pacientes que se lleven desde 24 horas, por 7 días, o hasta nuevo control por guardia, entre otras cosas.
- ¿Cómo fueron estos meses en el Hospital después del intento de cierre en octubre y la organización de los y las trabajadoras ?
- Estos últimos meses, pero sobre todo desde la asunción de Milei, todo el personal del hospital, desde la gente de mantenimiento hasta los médicos, estamos con mucho miedo al despido y el desmantelamiento. Nos encontramos súper tristes y la verdad que con miedo a todo, porque fueron cambiando un montón de cosas. Acá todos nos comportamos de una manera profesional, llegamos a horario, pero hay más control sobre nosotros: se colocaron cámaras en el office de enfermería, en las habitaciones de los pacientes, cuando eso en realidad está prohibido. Pero no es para mirarlos a ellos sino para ver cómo trabajamos y tratar de buscar una excusa que les sirva para despedir. A un compañero, por ejemplo, un día se le escapó un paciente y lo despidieron, cuando fue algo súper rápido, el paciente corrió y se escapó. Tienen micrófono las cámaras, por lo cual, uno tiene miedo hasta de lo que dice, porque es como una persecución total. Y al personal de seguridad le dieron la potestad de perseguirnos, de anotarnos cuando vamos al baño, hasta qué tiempo tardamos, quizás algún compañero necesita algo y uno va al kiosquito que está en la esquina, como cualquier trabajador que sale un segundo a comprar algo, te anotan todo. Te revisan el auto en el ingreso y el egreso, como si uno se llevara algo, una persecución terrible.
- ¿Cómo fue el día que se anunciaron los despidos? ¿Cómo lo viviste? ¿Les dieron alguna explicación?
- El despido nos lo enteramos todos por una notificación del GDE, que es el sistema de comunicación que maneja el hospital, y todo lo del Estado, lo nacional. Nos enteramos por ahí que nuestros contratos se vencían, que nos renovaban el contrato por un mes, aunque ese contrato nunca existió porque no firmamos nada. De hecho están todos los trabajadores que quedaron sin contrato, todavía nadie firmó nada, y decía que a partir del 15 ya no teníamos que ir más.
- ¿Cuál es tu situación laboral y económica actual?
- En este momento soy el único sostén de mi hogar. Mi marido está estudiando, pero no consigue trabajo, encima está con varias patologías y se está cuidando muchísimo. Para colmo vivo en un procrear y no sé, creo que quedaría en la calle en cualquier momento.
- ¿Cómo te afecta en lo emocional?
- Yo cuando me habían despedido por primera vez estuve con mucha medicación, aún sigo en tratamiento, con mucha depresión, de estar en la cama, porque iba a buscar trabajo en otros lados y nada. Por eso es tan importante el cupo, porque en ningún lado nos toman, aunque seas profesional. Yo tuve la suerte de concursar y haber entrado en principio en el gobierno de la ciudad y después acá. Sigo reclamando obviamente por el cupo laboral, más que nada ahí en el hospital, donde, desde que asumió el presidente actual muchas personas que tenían todo este odio adentro lo empezaron a sacar. Lo paradójico es que por cuidar la salud mental de los demás, terminamos teniendo que cuidar también la nuestra, cosa que se vio totalmente afectada a partir del ingreso al gobierno de Milei. Hay muchos que entramos en depresión. Nuestra vida se limitó a no poder ni siquiera proyectar más de tres meses, por nuestros contratos. Esa incertidumbre, ese miedo, ese malestar, sumado a todo lo que pasa en la sociedad, todo el odio que emana, y en lo laboral lo que le pasa a los pacientes, nos termina afectando también muchísimo.
- ¿Seguís con el reclamo de reincorporación por la ley de cupo trans?
- Si. Yo había sido la primera despedida en marzo del 2024, y sigo peleando todavía por eso, tengo una medida cautelar firme. De todas maneras fui despedida. La medida cautelar primero había quedado provisoria, en diciembre salió la sentencia firme y eso es lo que estamos reclamando. Yo ya envié mi telegrama pero hasta ahora no recibí contestación. Llame a recursos humanos y las coordinadoras nos dijeron que todos los despedidos llamemos para ver si había algún cambio o alguna notificación nueva, o para evaluar cada caso de manera individual. A mí me dijeron que por la medida cautelar me esperaban para trabajar el sábado. Estoy contenta por eso pero muy triste porque no es lo mismo que no estén mis compañeras en el hospital y lo están desmantelado, no sé cómo se va a sostener de esta manera.
- En la asamblea del sábado una trabajadora contó que en el Bonaparte se atiende al 60% de las personas trans: ¿por qué es tan importante esta institución para el colectivo? ¿Qué tratamientos y servicios de salud mental les brindan?
- Se atiende a mucha cantidad de personas trans porque este es un hospital de referencia y estamos muy cerca de Constitución donde hay muchísimas chicas trans que no les queda otra que ejercer la prostitución. Creo que la referencia comenzó por el boca en boca. Yo hablo con muchas que se sienten re contentas de que haya una par del lado de los profesionales, porque hasta a mí me ha pasado. Es feo a veces no encontrar con quien expresarse. Creo que conmigo ellas se sueltan y cuentan cosas que por ahí no se animan con otros. Me contaban que se comentaban con las compañeras en el lugar de trabajo, ahí en Constitución, que acá las atendían bien, que no hacían diferencia, y entonces fue que creció mucho la demanda, pero de una manera impresionante desde que el hospital salió en todas las noticias, y siguen llegando muchísimas personas. Por eso, en este hospital no atendemos solamente salud mental y adicciones, sino que muchas vienen y son atendidas por un equipo interdisciplinario, les hacen un chequeo dental, les arreglan los dientes, se hormonizan ahí mismo, se hacen análisis y ya son pacientes. Son tratadas por igual, con mucho tacto y respeto.
- ¿Cómo crees que impacta en la sociedad el aumento de los discursos de odio y las operaciones contra las diversidades?
- Con respecto a los discursos de odio que viene sosteniendo Milei desde que asumió o quizás antes de que haya asumido, yo veo que viene creando como un enemigo donde no lo hay. Leo muchísimo y escucho muchísimas personas que dicen “yo sí tengo aceptación, tengo la mente amplia, pero no tendrían por qué tener privilegios, tendríamos que ser igual ante la ley”. Justamente no somos iguales ante la ley porque estamos expuestas a ejercer la prostitución y contraer enfermedades de transmisión sexual, ser golpeadas por cualquier persona, violadas, y todo lo que te puedas imaginar, y recaer quizás justamente en adicciones, ¿no?, por tener que soportar este contexto. Hay muchísimas personas que conozco y pacientes que te dicen que para poder soportar de repente estar con determinada cantidad de hombres, porque eso les da de comer, tienen que consumir alguna droga. Todo eso históricamente es porque fuimos excluidas de lo más sencillo, como tener un trabajo. Por eso tiene que estar el cupo.
- ¿Identificas un aumento de los niveles de violencia?
- Por supuesto que han crecido, no solamente en redes o insultos, y esto lo veo ya más allá del género. Se ve en los niveles de pelea, cuando vas manejando en el auto, en el colectivo, en la calle, en todo sentido. Se ha generado una guerra de pobres contra pobres, se incrementaron los niveles de violencia de una manera increíble.
- ¿Esto se ve con los pacientes del Hospital también?
- Si, los pacientes mismos quizás vienen con mucha agresividad porque reciben agresividad de la calle, y toda esta discriminación, no solamente hacia al colectivo trans, sino a todos los pacientes de salud mental, desde que los despojan de su colchón en la calle, que es el único lugar donde tienen para estar, porque nadie se hace cargo de esos pacientes hasta la violencia que reciben, que te cuentan en la calle solamente por estar durmiendo, no haciéndole mal a nadie porque no tienen dónde ir, es terrible.
- ¿Por qué es importante la convocatoria anti fascista del sábado ? ¿Crees que se puede articular con otros sectores ?
-La convocatoria del sábado me parece súper importante. En principio me parece que el colectivo LGTB se organizó de una manera súper rápida y la base de todo está en eso, el accionar, en vez de estar tanto opinando si nos parece bien, si nos parece mal. Es eso, organizarnos, salir a las calles, como nos enseñaron las grandes como Lohana Berkinis, como Diana Zacayán, porque con esta lucha hemos logrado muchas cosas, derechos que no se pueden perder, que son fundamentales. Porque la verdad que mostrar cobardía o no salir a las calles es terminar de alguna manera dándole las de ganar.
- ¿Puede ser el inicio de un movimiento más amplio articulador de diferentes sectores sociales para dar una respuesta a las políticas de Milei?
- Me parece que es importante que se hayan expresado tantos artistas, porque no solamente va a ser del colectivo. Es un inicio de algo en respuesta a este gobierno, un montón de personas que están cansadas de diferentes situaciones se van a sumar. Como nos enseñaron las referentes, para mí y para todas las personas del colectivo, hoy en día yo puedo ser llamada por mi nombre, puedo tener un trabajo digno, creo que es súper importante que de acá en más siempre tratemos de organizarnos y salir a las calles porque cada vez va a ser peor. También considero que esto el gobierno lo tiró para ver la reacción de la gente. Y quiere ir por lo que es el cupo laboral y la verdad que esto nos perjudica a muchas personas que logramos vivir un poco más dignamente.