Un hotel marplatense que fue utilizado por una organización sectaria, cuyos tres integrantes fueron condenados a penas de entre 6 y 25 años de prisión por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual y reducción a la servidumbre, será custodiado provisoriamente por la Diócesis de Mar del Plata para alojar y alimentar a personas en situación de calle.
Así lo dispuso la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), que decidió destinar la custodia provisoria del inmueble City Hotel de Mar del Plata, ubicado en Diagonal Alberdi Norte 2.561 a las autoridades de la Diócesis de Mar del Plata.
Se trata de un hotel dos estrellas en donde funcionaba un supuesto instituto de yoga que en realidad era un organización sectaria. Tres de sus integrantes fueron condenados, acusados del delito de trata de personas con fines de explotación y reducción a la servidumbre y alteración de identidad de menores.
El magistrado del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) Nº 1 de la ciudad de Mar del Plata consideró que en el juicio, desarrollado durante más de ocho meses, quedó acreditada la responsabilidad penal de Silvia Cristina Capossiello (70), sentenciada a 25 años de cárcel; Sinecio de Jesús Coronado Acurero (75), condenado a 14 años, y Luis Antonio Fanesi (65), sobre quien recayó la pena de 6 años.
Los tres fueron hallados culpables del delito de "trata de personas, bajo la modalidad de captación y acogimiento, con fines de explotación laboral y reducción a la servidumbre" de cuatro víctimas, como miembros de una organización que funcionó desde 1970 en Venezuela y Argentina, hasta que fue desarticulada en julio de 2018, en su sede del Hotel City, en pleno centro marplatense.
El inmueble fue decomisado por disposición del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata. A través de esa acción, el obispado de la diócesis de Mar del Plata alojará a personas que se encuentran en situación de calle y se los alimentará en ese inmueble.
La "Secta Yogui"
La Secta Yogui funcionaba desde hace décadas en el Hotel City, ubicado sobre la Diagonal Alberdi al 2600, en pleno centro marplatense, hasta que fue desarticulada en julio de 2018. El líder de la organización era Eduardo Nicosia, también conocido como Swami Vivekayuktananda, quien estaba encarcelado desde 2018 en la penitenciaría de Ezeiza. Se hacía llamar como “la reencarnación de Jesucristo” y decía que los golpes que recibían los “fieles” de su parte tenían que ser considerados como una “bendición”.
La DPV detalló que, a partir de la prueba producida en el debate, se podría afirmar que desde los años ‘70 y hasta el 3 de junio de 2018 funcionó una organización delictiva con rasgos de secta de naturaleza religiosa que utilizaba la apariencia de un ministerio o grupo de yoga con influencias de la filosofía hindú para captar personas aprovechándose de su situación de vulnerabilidad, trasladarlas, acogerlas, explotarlas y reducirlas a la servidumbre.
Se detalló que "las víctimas aportaban bienes y dinero a la organización", y luego sufrían "aislamiento con el mundo exterior", "interrupción de vínculos con familiares y afectos", "falta de educación formal" en el caso de los menores, "vigilancia constante", "torturas" y "abuso sexual".
En el marco de esa organización, afirman desde la Defensoría, nacieron hijos e hijas del líder de la organización y mujeres del grupo, que fueron inscriptas/os como hijas/os de otros miembros de la congregación, alterando y ocultando su verdadera identidad.