El abogado Fernando Burlando, quien representa en el juicio a los padres de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes hace tres años en la ciudad de Villa Gesell, no descartó que se les pida a los imputados quitarse los barbijos para una eventual identificación. Hoy declaran una decena de amigos de la víctima que estuvieron presentes durante el ataque.
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"Son testigos presenciales que nos van a aclarar cómo fue la mecánica del abordaje a Fernando" explicó esta mañana a la prensa el penalista en la puerta de los tribunales de Dolores, y agregó: "Muchos reconocen a los autores del crimen".
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En este sentido, adelantó que podrían pedirles a los acusados "que se bajen el barbijo" que lucieron ayer durante toda la primera audiencia. Si bien ya hubo una rueda de reconocimiento durante la instrucción de la causa, no descartó que hoy "pueda haber una identificación".
Sobre el testimonio de Julieta Rossi, la novia de Fernando, quien en principio estaba programado para hoy, Burlando comentó que "podría declarar en otra jornada". De ese modo, el primero en declarar ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, fue el padre de la novia, Alejandro Rossi.
Luego siguieron los diez amigos de la víctima, muchos de los cuales también fueron agredidos. Por las agresiones que sufrieron al menos cinco de ellos -Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y Tomás Agustín D ´Alessandro-, los rugbiers están imputados por el delito de "lesiones leves", que se suma a la acusación principal del juicio por "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas.
Los rugbiers le dieron "patadas en el pecho y en la cabeza" a Báez Sosa, según declaró un amigo
Lucas Filardi, uno de los amigos de Fernando Báez Sosa que se encontraba con él la madrugada del crimen en Villa Gesell, declaró hoy que los rugbiers acusados de asesinarlo le dieron "primeramente piñas" y luego de que cayó al piso lo siguieron golpeando con "patadas en el pecho y en la cabeza".
"Había cuatro o cinco personas pegándole. Fue un instante que vino gente gritando y le pegaron, y se cae el piso. No hubo acto de defensa, fueron piñas. Eran seis, siete. Había tres o cuatro pegándole a Ferni, y un par evitando que nos acerquemos nosotros", aseguró el joven en la segunda audiencia del juicio que se lleva adelante ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores.