Desde los años 50, Argentina ha logrado avanzar en materia de políticas con perspectiva de género. Esto ha sido posible gracias a la lucha de muchísimas mujeres organizadas con un objetivo común: alcanzar la igualdad de derechos.
Pero también logró concretarse porque ciertos sectores de la clase dirigente escucharon esas demandas y las transformaron en leyes. ¿Sabés cuáles son esas normativas a favor de las mujeres? En esta nota te las contamos.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
¿Qué son las perspectivas de género?
En primer lugar, cuando hablamos de género nos referimos a una construcción social, cultural e histórica que asigna ciertas características y roles a los individuos, de forma diferenciada como propias de varones o mujeres.
El género es una construcción sociocultural que asigna a las personas ciertas características y roles.
Es decir, estas construcciones determinan las formas de ser hombres o mujeres en un tiempo y en una cultura específica. Así, la sociedad espera de cada género ciertos comportamientos, acciones y funciones específicas.
De ahí es que surgen los estereotipos de género. Se trata de representaciones simplificadas, incompletas y generalizadas de lo que se considera “masculino” o “femenino”. Por ejemplo, el estereotipo femenino está relacionado a los cuidados, la emoción, la debilidad, la obediencia a la autoridad masculina.
De esta manera, se generan desigualdades en todos los ámbitos: familiar, escolar, laboral, político, judicial. Estas prácticas, que se aprenden, se van naturalizando. Pero la desigualdad no es natural sino una construcción social.
Entonces, ¿por qué es importante incluir la perspectiva de género en todos los espacios? Esta categoría analítica es recuperada de los estudios académicos feministas. Como tal, nos permite ver cómo operan esas representaciones sociales, prejuicios y estereotipos en cada contexto social.
Además, nos sirve para analizar las desigualdades que existen entre varones y mujeres, que pretenden ser justificadas y legitimadas a partir de las diferencias biológicas. Cuando logramos identificarlas y visibilizarlas, podemos transformarlas.
Cambios en perspectiva de género en Argentina
La perspectiva de género se ha ido incorporando en diversos espacios hasta convertirse en un tema de agenda pública. En primer lugar, este cambio fue posible gracias a la lucha de muchísimas mujeres. Luego, los gobiernos se hicieron eco de esas demandas.
En este sentido, resulta fundamental el rol del Estado. Desde las políticas públicas se puede desnaturalizar y visibilizar las diferencias de género para promover transformaciones e igualdad.
El Estado tiene un rol fundamental en el desarrollo de políticas públicas que promuevan la igualdad de género.
Claro que es un proceso complejo, ya que en nuestra sociedad coexisten viejos estereotipos con nuevas maneras de ser. Sin embargo, contamos con leyes que buscan la igualdad de género y nos comprometen a todas y todos. Te invitamos a conocerlas.
Voto femenino
El voto femenino en Argentina fue una de las grandes conquistas de las mujeres en la búsqueda de igualdad de derechos. Hasta 1947, solo los hombres argentinos mayores de edad podían elegir y ser electos.
Después de años de lucha, esta demanda histórica de los movimientos feministas, se concretó. El 23 de septiembre de 1947, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, se promulgó la Ley 13.010 que estableció el voto femenino en Argentina.
El 11 de noviembre de 1951, el sufragio femenino se hizo realidad. Con una participación masiva en las urnas, las mujeres votaron por primera vez en nuestro país.
En este proceso fue muy importante el rol de Eva Duarte, quien creó en 1949 el Partido Peronista Femenino. Durante la presidencia de Perón, alentó a las mujeres a luchar por sus derechos.
Ley de cupo sindical y empresarial
En el año 2002 fue sancionada la Ley Nº 25.674, conocida como “Ley de Cupo Femenino Sindical”. La normativa determinó un mínimo del 30% de representación femenina en cargos electivos y representativos de las asociaciones sindicales, cuando el número de mujeres alcance o supere ese porcentaje sobre el total de los trabajadores y trabajadoras.
Esta medida se logró tras intensos reclamos realizados, durante la década del 90, desde distintos espacios de mujeres. Sin embargo, esa búsqueda de paridad sindical no se reflejó en la práctica.
En Argentina hay más de 3.000 gremios. Mujeres que ocupan cargos sindicales afirman que no basta con el cupo. Sostienen que es necesaria la construcción cultural de un nuevo modelo de sindicalismo con perspectiva de género.
¿Cuál es la situación en el mundo empresarial? A través de la Resolución 34/2020, la Inspección General de Justicia (IGJ) estableció que el 50% de los directorios de empresas deben estar formados por mujeres.
La Resolución 34/2020 avanzó sobre la paridad de género en las empresas. El 50% de los directorios tienen que estar formados por mujeres.
De esta manera, se busca una presencia equilibrada de mujeres y hombres en los puestos jerárquicos. La iniciativa apunta a reducir las brechas de desigualdad en el mundo del trabajo y las empresas.
Según un estudio de la organización Mujeres en la Bolsa, en el que se trabajó con 388 empresas argentinas, por cada mujer consejera en un directorio hay 5 hombres.
Más que nunca, sigue vigente la lucha por hacer realidad la frase: “Todas en todos lados”.
Ley de Educación Sexual Integral
El 4 de octubre de 2006, durante el gobierno de Néstor Kirchner, se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). La medida establece que todos los niños, niñas y adolescentes, en todos los niveles y escuelas del país, tienen derecho a recibir esta educación.
Para lograr su implementación, la Ley nacional 26.150 creó el Programa de Educación Sexual Integral. Con una perspectiva de género, los contenidos de la ESI atraviesan distintas áreas y disciplinas, de forma gradual y adecuada a cada edad y etapa del desarrollo.
La ESI es clave para que niñas, niños y adolescentes puedan:
-
construir relaciones respetuosas
-
respetar la diversidad
-
respetar y cuidar la intimidad propia y la de los demás,
-
prevenir situaciones de abuso sexual
-
identificar situaciones de violencia y denunciarlas
-
conocer y decidir sobre métodos anticonceptivos
-
prevenir embarazos no intencionales
-
cuidarse de las infecciones de transmisión sexual
-
aprender sobre el derecho a la interrupción legal del embarazo
-
conocer sus derechos y tener herramientas para exigirlos.
Esta ley resulta imprescindible para avanzar hacia una sociedad más justa. Hace de la escuela un lugar inclusivo, respetuoso y que fomenta la igualdad de trato y oportunidades.
Ley de Matrimonio Igualitario
¿Sabías que en el 2010, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en reconocer el derecho a matrimonio entre personas del mismo sexo? La Ley 26.618, conocida como Ley de Matrimonio Igualitario, fue sancionada durante el gobierno de Cristina Fernández.
Sin dudas, fue el resultado de cientos de campañas y un largo camino de lucha llevado a cabo por las organizaciones y colectivos LGBTIQ+. Hubo desde proyectos de leyes de unión civil a amparos y fallos judiciales.
Si bien existía una ley en la ciudad de Buenos Aires, que establecía uniones civiles para parejas del mismo sexo, solo garantizaba algunos de los derechos de un matrimonio. Tales como incorporarse a la obra social o visitas hospitalarias.
Sin embargo, no incluía el derecho a la adopción o la herencia. Además, la Ley de Matrimonio Igualitario logró que esta iniciativa tenga alcance a nivel nacional.
Ley de Protección Integral
Otra normativa argentina con perspectiva de género es la Ley 26.485, sancionada en marzo de 2009. Se trata de una ley integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.
Esta legislación se nutre de contenidos de leyes y convenciones internacionales. En su desarrollo aspira a eliminar la discriminación entre mujeres y varones en todos los órdenes de la vida, afirmando el derecho de las mujeres a una vida sin violencia.
Para llevarla a la práctica, se creó el Consejo Nacional de la Mujer -ahora Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad- como la institución encargada de diseñar las políticas públicas.
Sin embargo, las cifras duelen. Según datos del Observatorio MuMaLá, que lleva un registro nacional de femicidios, en Argentina se mata a una mujer cada 32 horas.
Para abordar esta problemática estructural, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad lanzó un Plan Nacional de Acción contra las Violencias por Motivos de Género.
El objetivo es abordarla de manera participativa, federal, multiagencial, transversal e interseccional. Podés encontrar más detalles del Plan, acá.
Por último, con el fin de cumplir con los objetivos de esta ley, en 2013 se creó la línea telefónica 144. Podés comunicarte a ese número para recibir atención, asesoramiento y contención ante situaciones de violencias por motivos de género.
Funciona las 24 horas, de manera gratuita y en todo el país. Está atendida por profesionales especializados en perspectiva de género.
Ley de identidad de género
Para empezar, ¿qué es la identidad de género? Se trata de la percepción que se tiene de uno mismo, más allá de si al nacer nos anotaron como hombre o como mujer. Y esta identidad es un derecho reconocido por la Ley 26.743, del año 2012.
Esta legislación establece el derecho a tener la identidad sexual autopercibida en el documento nacional, así como el acceso a la atención sanitaria integral de personas trans.
¿Qué derechos da esta ley?
-
Permite cambiar los datos personales en el Registro Nacional de las Personas. Modificar el nombre, la imagen y el sexo registrado.
-
Acceder a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas totales o parciales para adecuar el cuerpo a la identidad elegida.
-
Desarrollar cada personalidad de acuerdo con la identidad elegida.
Desde hace años, diferentes organizaciones activistas impulsaron proyectos de ley para garantizar el derecho a la identidad de género. Esta ley es producto de ese largo e intenso recorrido.
Aunque la aprobación de la Ley de Identidad de Género amplió los derechos de las personas transgénero, la realidad es que todavía sufren distintos problemas de discriminación por parte de la sociedad. Entre ellos, la falta de inclusión laboral, el acceso al sistema de salud y a una vivienda digna, y la persecución de la policía.
Recientemente, el presidente Alberto Fernández, tomó una medida histórica. A través del Decreto 721 estableció destinar un cupo de al menos 1% de los cargos del personal del Sector Público Nacional “para personas travestis, transexuales y transgénero que reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo”.
Ley de Acoso Sexual
La Ley 27.501 permitió modificar la Ley 26.485 de Protección Integral a las Mujeres. Esta ampliación, del año 2019, incorporó a la violencia en el espacio público -conocida como acoso callejero- como una modalidad de violencia y la incluyó como delito dentro del Código Penal.
Esta normativa atañe a la violencia contra las mujeres en los espacios públicos y de acceso público, transportes y centros comerciales. Entiende que este tipo de acoso sexual ataca la dignidad, la libertad, integridad y derecho de libre tránsito de las personas.
¿Qué tipo de acciones son acoso sexual callejero?
-
Los comentarios sexuales
-
las fotografías y grabaciones hechas sin consentimiento
-
el contacto físico indebido y sin consentimiento
-
la persecución o arrinconamiento
-
la masturbación
-
mostrar partes íntimas del cuerpo
-
los gestos obscenos.
Además, se implementó la Línea 22676 (ACOSO), para reportar y contener a las mujeres víctimas de este tipo de violencia. Es atendida por psicólogas y trabajadoras sociales formadas en perspectiva de género. Funciona las 24 horas durante todo el año y es gratuita.
Ley Micaela
La Ley 27499, conocida como Ley Micaela, establece la capacitación obligatoria en perspectiva de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación.
Lleva el nombre de Micaela García, una joven entrerriana de 21 años, militante del Movimiento Evita, víctima de femicidio.
Para terminar con las desigualdades y erradicar las violencias, es fundamental que los y las funcionarias públicas tengan una formación con perspectiva de género. Esto se verá reflejado en las prácticas concretas.
Cada trámite que se hace, cada intervención, cada proyecto de ley y cada una de las políticas públicas debe estar atravesada por la perspectiva de género. Es clave y transversal a todo el Estado.
Demandas pendientes
La violencia de género, la pobreza, la desocupación, la brecha salarial respecto de los varones y el aborto inseguro y clandestino son algunos de los temas prioritarios de la actual agenda en materia de género.
Desde los movimientos feministas, generados en distintos espacios, se continúa en la lucha contra la violencia machista y las desigualdades de género. En este sentido, no podemos dejar de mencionar al colectivo feminista Ni una menos.
Frente a la ola de violencias, cuyo punto más cruel es el femicidio, dijo basta y esta consigna de “Ni una menos, vivas nos queremos” se instaló en todos lados. Con marchas, documentos y otras acciones se fue construyendo este movimiento social que busca transformar las desigualdades.
En este camino, también destacamos el trabajo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Bajo la consigna “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, hace décadas que buscan poner en debate el aborto y su estatus legal.
Este 2020, tras 15 años de lucha, se logró la adhesión al Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo en la ciudad de Buenos Aires. Ahora, la apuesta es lograr la aprobación del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, presentado en 2019 por octava vez.
En la apertura de las sesiones ordinarias, Alberto Fernández había manifestado su intención de tratar este año el proyecto de ley. Con la pandemia, aunque el contexto cambió, el presidente no descartó que este año se trate el proyecto de aborto legal.
Conclusión
La perspectiva de género implica reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, favorables a los varones como grupo social y discriminatorias para las mujeres.
Como vimos, es importante incluir la perspectiva de género en todos los ámbitos. Esto nos ayuda a ver cómo operan esas representaciones sociales, prejuicios y estereotipos en cada contexto social, para poder cambiarlas.
Tal como mencionamos, Argentina ha avanzado muchísimo en la incorporación de políticas públicas con perspectiva de género. Todavía quedan algunas demandas pendientes, como la ley de aborto legal, seguro y gratuito, por ejemplo.
Es compromiso de todas y todos hacerle frente a toda forma de desigualdad y violencia para construir una sociedad más justa. Encontrá más notas sobre feminismos y perspectiva de género en El Destape.