Cantaba en el Tren Roca y gracias a su éxito callejero va a grabar su primer disco

Las presentaciones de Bárbara Dina en las estaciones de tren y en la calle la catapultaron primero a las redes sociales, luego a Youtube y ahora se prepara para hacer su debút en la industria musical. En su música busca incluir un mensaje para todas las personas que también guardan un sueño.

24 de enero, 2025 | 00.05

Cuando Bárbara Dina Indarte (25) salió a cantar a la calle cargaba en su mochila las llaves, el celular, las fotos de su hijo, la billetera, y también su pobreza, sus trabajos mal pagos, la responsabilidad de ser madre soltera, la violencia que le tocó vivir y, ante todo, su profundo amor por la música. Por su talento indudable, la filmaron, viralizaron sus presentaciones en el Tren Roca y, como otra historia de una flor en el barro, algunos engranajes del destino se movieron y colocaron a Dina de cara lo que será en los próximos meses su primer disco.

Si bien ahora tiene tres temas propios en su canal de YouTube, grabados de forma profesional, para conocer su vínculo con la música hay que retroceder varios años, puntualmente hasta su infancia. “Mi papá tenía una criolla en casa y escuchaba bandas, muy de los 90”, explica y también recuerda su infancia humilde. Vivía con su padre, su madre, hermana y hermano en Banfield. El primero en notar su talento fue su papá, le decía que tenía oído.

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“Yo soy buena cantando, me siento feliz con eso y lo hago”, se repitió entre cada tema, entre cada billete que le dejaron en su mochila, en cada aplauso. Además, vale decir, la primera vez hizo casi $35.000 pesos en una hora y media, un cambio total a lo que estaba acostumbrada a ganar. En esos giros del destino llegó una mano importante, la de Karin Nadaf, su nuevo representante, que la vio brillar y la ayudó a montar su show con una mejor impronta.

La gente comenzó a grabarla y llegó la viralización. “Me grabó un vecino que tenía un celu que estaba lindo y me dijo ‘che, se escucha re bien, subilo que está muy bueno’, lo subí y pasó los dos millones de vistas en un medio local, y en mis cuentas de TikTok e Instagram pasó el millón”, explica.

Lo sorprendente es que cuando pasó todo eso no estaba en Buenos Aires. Había dado un paso más y, ante la falta de rodaje que obligatoriamente necesita una artista, se fue al sur a cantar en el mismo formato, en la calle y para quien quiera oír. “Agradezco haber estado allá, porque creo que acá hubiera sido diferente la situación”, reflexiona.

"Fue muy traumático"

Su familia era evangelista, así que su primer recital fue la ciudad de Lugano, en el escenario de un evento que hacían las iglesias. Ese día, temblando y con 8 años, se dio cuenta de que quería hacer eso para siempre. “En la iglesia me formaba con la música de forma eclesiástica, toda la música pasaba por un filtro de adoración”, remarca de sus primeras presentaciones en vivo y formación, pero a los 17 dijo basta al mundo evangelista. 

“Me mudé a los 18 con un chico que conocí en un retiro espiritual que tenía un pasado bastante duro. Él ya tenía hijos, y yo me quedo embarazada”, recuerda de lo que fue el inicio de una etapa muy dura, en la cual terminaría como víctima de violencia de género: “Fue muy traumático, ahí empecé a vivir toda la violencia, los insultos. Fueron cuatro años de ir y venir, denunciarlo y después a la semana estar viviendo ahí de vuelta”.

Esa etapa, cargada de frustraciones y tristeza, duró tres años y sólo obtenía energía de los únicos amores de su vida; su hijo y la música. Sabía que no estaba bien, por eso decidió volver a la casa de sus padres tras terminar la traumática relación. Si bien no estaba del todo cómoda por volver con su hijo, tenía en claro que debía estar a salvo: “Preferí estar incómoda en la casa de mis viejos sin que nadie me pegue a estar allá haciendo la mía y pagándola con esas situaciones de violencia física”.

Trabajó en panaderías, kioscos, todo lo que esté a mano para poder costear la mantención de su hijo y soñar con un futuro mejor. El último trabajo que tuvo fue en una heladería y ahí se dio cuenta que debía hacer otra cosa. Salió con un parlante a la calle a cantar y su vida cambió.

Una artista que es mucho más que viralización y novedad

“Quiero ser un artista que represente el pop, lleno de góspel y de toda la influencia soul, pero más que nada quiero ser Dina”, explica sobre su nueva etapa y detalla que muchas veces en el estudio le sale un pop, funk, después una balada, y las tres le gustan, la emocionan.  Es una cantante, remarca, que constantemente busca su estilo para su primer disco, el cual planifica en su nueva casa, viviendo solos con su hijo, en un espacio de amor y seguro que la inspira.

Además, remarca que su música no es vacía, sino que tiene un mensaje para todas las personas que también guardan un sueño: “Para que pase, para descubrir quién sos, hay que bancarse ser la semillita que está en la tierra toda oscura, que recibe agua de algún lado, crece, se fortalece, pero en la oscuridad. Pero cuando se anima a romper va a empezar a salir todas esas cosas”.

Si bien su camino recién comienza y es incierto, como el de todos, ella asegura que ya siente que triunfó por varios motivos. “Salí de una relación donde me violentaban, salí adelante, no me estoy cagando de hambre, hay personas que realmente están pasando situaciones más duras que yo y están haciendo el doble que yo, entonces eso me hace pensar”, considera sobre su vida.

La discográfica con la que trabaja es Indiana Récords, y ya sacó tres temas que llaman Un millón de sueños, No tengas dudas y el último es Vértigo, el cual tiene mucha energía y es, quizás, el que más represente su personalidad musical.

Dina sabe donde está parada, sabe que cuando la suerte llama hay que atender y estar preparada. Por eso, cuando fantasea qué le diría a la Dina que hace un par de años, ella lo tiene claro: “Que se quede tranquila, que tenga fe, que tenga esperanza. Además, felicitarla por haber seguido, por haberse arriesgado a pasar un montón de cosas, tener necesidades. La abrazaría y le iría tranqui, va a salir bien, vos seguí, seguí”.