El 2 de julio se cumplen 29 años de la primera Marcha del Orgullo que se realizó en el país. Uno de los hitos más importantes que logró la comunidad LGBTIQ en el país y que, luego, se convirtió en un símbolo de la diversidad en el país. Uno de sus organizadores fue Carlos Jauregui, quien se convirtió en un emblema en esta lucha.
Uno de los que estuvo allí fue Gustavo Pecoraro, quien recordó detalles de la primera edición y del rol la organización "Gays por los Derechos Civiles", con la que “nace el moderno movimiento de la diversidad”, al incluir a lesbianas, personas trans y travestis. Hasta que se llegó a poder hacer la primera masiva marcha tuvo que correr mucha agua bajo el puente. En charla con Télam reveló: "Había grupos de lesbianas que no se reunían con los varones gays y compañeras travestis que si bien no estaban organizadas todavía, hacían militancia antes de ser militantes en el sentido de que su propia existencia era de resistencia”.
En este sentido, Pecoraro rememora que el primer desafío fue empezar a darle el visibilidad a la comunidad LGBT. Por eso, esa primera Marcha del Orgullo inaugural fue un hito ante los constantes ataques de la prensa y de la iglesia. "La primera marcha la convocamos siete organizaciones entre las que no estaba la CHA -porque es su momento de decadencia hasta que mediados de los 90 la reviven Carlos Jáuregui y César Cigliutti- que empezamos a marchar juntas como consecuencia de haber podido salir de nuestro ombligo homosexual o lesbiana”, dijo.
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La primera marcha se convocó para el el 3 de julio a las 19 porque era el sábado siguiente al 28 de junio, día que se conmemora la revuelta de Stonewall de 1969 en Nueva York. Es que en ese momento estaban en plena vigencia la ley de averiguación de antecedentes y los denominados “edictos policiales” en los que se fundaban las constantes detenciones en vía pública y las razzias al estilo Stonewall en los lugares de encuentro.
Uno de los tantos reclamos era, principalmente, derogar varios artículos de esa ley de averiguación de antecedentes. Uno de ellos, por ejemplo, era el de 30 días de arresto a “los que se exhibieren en la calle con ropas del sexo contrario”. Pecoraro, igualmente, recuerda: "Fue una marcha muy pequeña y timorata porque la policía te podía detener perfectamente, pero nosotros como organización y Carlos, sobre todo, ya existíamos, teníamos presencia en los medios”.
“Cuando llegamos a Plaza de Mayo éramos muy pocos, unos 100, y yo realmente estaba medio decepcionado porque eran los años de la marchas contra los indultos de Menem, que eran multitudinarias y esperábamos más de respuesta”, señaló. “Pero tuvimos suerte de que ese día coincidimos con el reclamo de los docentes de la carpa blanca que habían protestado frente a la Rosada y ya estaban terminando cuando llegamos. Los medios que se estaban retirando, vieron que había otra marcha con gente enmascarada y una persona gritando consignas por un megáfono, se acercaron y al día siguiente fuimos tapa con una repercusión impresionante”, recordó.
Si bien, ahora la marcha se realiza en noviembre, el germen que generó Jauregui junto a los primeros cien que salieron a la calle para pedir por más derechos sociales se mantiene vivo.