Comprobaron que las vasijas se usaron como granadas de mano durante las Cruzadas

Una investigación desarrollada por científicos australianos detectó rastros químicos asociados a explosivos en vasijas de los siglos XI y XII. Pueden ser consideradas entonces como las precursoras de las granadas de mano.

26 de abril, 2022 | 16.15

Científicos australianos descubrieron que las vasijas de cerámica antiguas halladas en Jerusalén de los siglos XI y XII estaban rellenas con restos de material inflamable, lo que sugiere que podrían haber sido las precursoras de las granadas de mano. El estudio respalda así las hipótesis de que se utilizaron dispositivos explosivos durante el asedio de 1187 en esa ciudad.

Esta última investigación, dirigida por el profesor asociado Carney Matheson de la Universidad de Griffith y publicado en PLOS ONE, confirmó que se encontraron en algunos recipientes residuos químicos que se asemejan con los rastros de explosivos. Estudios previos habían profundizado sobre el uso que se le dio a estos recipientes en la era medieval. Entre ellos, se había confirmado que servía para guardar mercurio, aceite y medicamentos. 

"Esta investigación ha demostrado el uso diverso de estas vasijas de cerámica únicas que incluyen artefactos explosivos antiguos. Hay reportes que indican que fueron usados durante la época de las Cruzadas como granadas que fueron lanzadas contra las fortalezas de los cruzados. También se sabe que producían fuertes ruidos y brillantes destellos de luz", detalló el experto.

Las teorías que se habían barajado hasta el momento señalaban la posibilidad de que las vasijas estaban rellenas con pólvora negra, un explosivo inventado en la antigua China y que se sabe que se introdujo en el Medio Oriente y Europa en el siglo XIII. Sin embargo, uno de los nuevos químicos detectados en las vasijas, sin duda el más importante, contiene una mezcla inflamable de fabricación local.

Se trata del componente denominado tiesto 737, que contiene rastros de azufre, mercurio, magnesio y nitratos que sugieren un artefacto explosivo sofisticado muy diferente de la pólvora negra. El magnesio, por ejemplo, bien puede haber venido del Mar Muerto, de donde se extraía en ese momento. " Si mezclas sales del Mar Muerto y orina [con grasas vegetales y animales] obtendrías algo como lo que encontramos", amplió Matheson.

Con información de Europapress