Por el ajuste de Milei, una salida familiar histórica se redujo al peor momento en 14 años: dónde se vivó la caída de 13 millones de entradas

La contraparte de priorizar gastos en comida y pago de servicios es el desplome del consumo en hábitos secundarios como el de la cultura. Qué pasó con el cine y cómo eso golpeará a uno de los sectores más atacados económica y políticamente por Milei. 

06 de noviembre, 2024 | 00.05

Con la caída salarial y la depresión económica, todos los gastos de los argentinos se ajustaron de alguna forma y con la prioridad de sostener la compra de elementos básicos de la vida cotidiana: comida y servicios. La contraparte de este comportamiento es el desplome del consumo en hábitos secundarios -aunque no menos esenciales- como el de la cultura. En particular, el 2024 se encamina a ser uno de los peores años para el cine en más de una década.

Para fines de octubre, las entradas vendidas en las salas de cine de todo el país ascendían a 31.001.399, cuando en todo 2023 se habían vendido 44.447.957 tickets, de acuerdo a los datos que provee el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Es decir, el aparato cinematográfico debería vender 13 millones de entradas en solo dos meses para empatar los registros del año pasado.

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De no haber sido por gran éxito de "Intensa-mente 2" y de "Mi villano favorito 4", el balance podría ser incluso mucho peor. Hasta la pandemia era habitual que las salas de cine registraran más de 40 millones de espectadores por año. Esa cifra se redujo en 2020 (8,6 millones) y 2021 (13,3 millones), por el extenso cierre y limitación de aforo de las salas. El 2023 fue un año de recuperación por la asistencia de 43 millones de espectadores, pero 2024 podría cerrar cerca de los 33 millones, similares a la de 2022, cuando recién se salió definitivamente del aislamiento preventivo y obligatorio.

Más allá de las circunstancias del mercado a nivel internacional y el avance de las diversas plataformas streaming que inundan los hogares con series y películas, la brutal caída en el consumo de los sectores populares incidió de forma incontrastable. El ajuste reduce o elimina las salidas recreativas y los gastos en las actividades culturales para priorizar lo urgente.

Hacia fines del año pasado, una familia tipo gastaba unos $ 30.000 en el consumo de tarifas, cifra que subió hasta $ 240.000, según datos de la consultora Ecolatina. Además, nueve de cada 10 argentinos cambió sus hábitos de consumo y realizan compras planificadas de acuerdo a las promociones y descuentos que presentan los canales de venta, de acuerdo con relevamientos privados.

Según datos del Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca), en Argentina hay alrededor de 1.000 pantallas de cine distribuidas en 331 cines. Al igual que ocurre con otras industrias culturales, la localización geográfica de las salas de cine no escapa a la tendencia a la concentración en el centro del país. Tanto es así que más de la mitad (61%) de las salas se concentra en las provincias de Buenos Aires (32%), Córdoba (11%), Santa Fe (7%) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (11%). Esta concentración de cines, además, guarda relación con el hecho de que estas cuatro jurisdicciones cuentan con el 62% de la población de todo el país.

Por eso, también se verifica una gran concentración de la actividad comercial del sector en esas salas exhibidoras, ya que CABA (20,8%), Buenos Aires (41,3%), Córdoba (8,3%) y Santa Fe (7,8%) concentran el 78% de los espectadores del país y casi 80% de la recaudación de todo el país. Estos datos, además, guardan relación con el comportamiento del consumo, relevado por la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, que muestra que los porcentajes más altos de asistencia al cine se registraron entre los habitantes de las regiones Provincia de Buenos Aires, Centro y CABA. 

Los resultados de la encuesta muestran que la asistencia al cine está fuertemente relacionada con el nivel socioeconómico. En los segmentos más aventajados el porcentaje de asistencia al cine es sensiblemente mayor que entre los estratos sociales más bajos. Por eso, la localización geográfica de los complejos multipantalla está asociada con la distribución de la población con esos niveles socioeconómicos.

Cuánto cuesta ir al cine: la odisea por ver una película

Al revisar la estadística de entradas vendidas por persona, el 2024 arroja una cifra de 0,66 per cápita. Si se excluye al periodo abarcado por la pandemia del coronavirus, se trata del promedio más baja de la serie que toma como inicio el 2010. La provincia que más entradas vendió hasta el momento fue Buenos Aires, con 12.820.217 tickets, equivalente a 0,70 per cápita. Sin embargo, en 2023 había vendido 18.829.373 entradas y el promedio por habitante había sido 1,04.

En el ranking, lo sigue la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. A contramano, Neuquén es la jurisdicción que lidera la tabla nacional, con 1,34 de entradas vendida por habitante. De momento, las películas más vistas del año son: Intensa-mente (6.521.604 espectadores), Mi villano favorito 4 (3.296.301 espectadores) y Deadpool y Wolverine (3.042.988 espectadores). Todas extranjeras.

La cadena Hoyts del shopping Unicenter fue la sala o complejo con mayor cantidad de espectadores del país, con 1.198.130 personas, seguido por el Cinemark de Malvinas Argentinas (735.585) y el Hoyts de Morón (644.741).

El precio de mercado en la Ciudad de Buenos Aires fue de 4.329 pesos en octubre. En el mismo mes del año pasado, el costo era de 1.538 pesos, lo cual refleja un aumento del 181 por ciento. Cabe remarcar que el costo es mucho mayor cuando se sale del promedio y se concentra la vista en las principales cadenas de distribución. Por ejemplo, la entrada general en el Hoyts del shopping del Abasto cotiza a 10.850 pesos.

Una familia que quiere comprar alimentos para pasar el tiempo dentro de la sala también debe realizar un desembolso importante. Los precios publicados por la cadena mencionada son los siguientes:

  • Combo Venom (Vaso "Venom: Último baile" con gaseosa + 1 balde de pochoclos: 29.900 pesos.
  • Combo Guason 2 (1 Cubeta plástica "Guason 2" con pochoclos + 1 gaseosa grande): 12.450 pesos.
  • Combo Familia (dos baldes de pochoclo, 4 gaseosas, 2 golosinas): 25.415 pesos.
  • Combo Mega (1 balde de pochoclos, 2 gaseosas, 1 golosina): 15.725 pesos.
  • Combo Mega individual (1 balde de pochoclos, 1 gaseosa): 10.795 pesos.
  • Pochoclos grande: 6.210 pesos.
  • Pochoclo mediano: 5.220 pesos.
  • Bebida grande gaseosa: 5.220 pesos.
  • Bebida mediana gaseosa: 4.680 pesos.
  • Nachos ahumados con queso: 6.210 pesos. 
  • Pancho: 3.510 pesos.
  • Paquetes de papas fritas: 3.240 pesos.
  • Bombones Franui: 8.100 pesos.

Milei vuelve a atacar el cine

Con el discurso de “optimizar” el uso de fondos públicos, el Gobierno emitió el Decreto 984/2024 que modifica el artículo 30 de la Ley de Fomento de la Actividad Cinematográfica Nacional N° 17.741 para alinear los subsidios al cine con criterios de supuesta “calidad, audiencia y eficiencia”. Se trata de un nuevo ajuste sobre el cine argentino a través del INCAA, ya que pretende compensar los menores subsidios en sala con mayores subsidios según la audiencia que las películas tienen en las plataformas de streaming, las cuales históricamente se han negado a brindar esos números.

Es decir, para que las películas puedan recibir los subsidios, las plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime, HBO Max o Disney+ deberían revelar cuánta audiencia tuvieron esas películas en sus sistemas, algo que históricamente se han negado a hacer.