Una oficial de la Policía de la Ciudad acusada de encubrir el crimen de Lucas González, el joven de 17 años baleado por tres agentes de esa fuerza, se entregó este lunes a la Justicia luego de haber enviado un video en el que sostenía que ella no tenía "nada que ver".
Se trata de Lorena Miño, quien se desempeñaba en la Comisaría Vecina 4D y asistió al lugar donde Lucas y sus tres amigos fueron atacados a tiros por otros tres integrantes de la fuerza de seguridad porteña. La mujer había requerido, a través de un video, que sea eximida de prisión. En las imágenes se puede ver como la agente sostiene que no está "preparada para estar detenida” y agregó "que se haga justicia por Lucas, pero yo no tengo anda que ver con esto”. Por otro lado, mientras la oficial se entregaba, declaraban como imputados también por encubrimiento agravado en esa misma sede judicial otros cinco policías: el comisario Juan Romero y el subcomisario Roberto Inca -ambos a cargo de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4-; y el comisario Fabián Du Santos, el principal Héctor Cuevas y la oficial Micaela Fariña, todos de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad.
Fuentes judiciales informaron que la primera en declarar fue Fariña, quien negó los cargos de falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave; amenazas y odio racial, todos ellos en concurso ideal. La oficial dijo que su rol solo se circunscribió a llamar a la ambulancia y cortar el tránsito vehicular, dijeron los voceros con acceso a la causa. También negó los hechos que se le imputan el principal Cuevas, mientras que esta tarde declaraba el comisario.
Para la fiscalía, los seis policías que asistieron al lugar una vez consumado el ataque contra el Volkswagen Suran en el que Lucas y sus tres amigos salieron de entrenar del club Barracas Central adulteraron la escena para hacer pasar el hecho como un enfrentamiento y a tal fin "plantaron" en el auto de las víctimas una réplica de arma calibre 32.
"Los nombrados alteraron los rastros y pruebas del delito que cometieron Juan José Nieva, Fabian Andrés López y Gabriel Alejandro Issasi -los tres policías acusados del homicidio agravado de Lucas y la tentativa de ese delito en contra de sus amigos- (...) al arribar inmediatamente intentando fingir y hacer parecer que se había tratado de un 'enfrentamiento' y colocando un arma de utilería 'plantada' en el interior del rodado", indicó Gómez Barbella al requerir la detención de los acusados de encubrimiento.
"Por otra parte, al llegar el personal policial les refirió a los jóvenes frases intimidantes y discriminatorias, tales como: 'a estos villeritos hay que darle un tiro en la cabeza a cada uno. Dónde tenés la falopa, dónde está el arma con la que mataste a tu amigo', denotando un significativo odio racial hacia los adolescentes", agregó el fiscal en su escrito.