El Gobierno argentino debería buscar un rápido acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que permita liberar el mercado de capitales y deje fluctuar al dólar fue la recomendación que hizo este viernes el Instituto Internacional de Finanzas, pero mientras se mantienen los controles cambiarios el mercado está aprovechando para llevarse dólares baratos.
“La unificación de gran alcance del mercado cambiario de Egipto sugiere que, tras importantes ganancias de credibilidad, Argentina está bien posicionada para levantar los controles bajo un programa ampliado del FMI, ayudando a restablecer la estabilidad macroeconómica y reforzar la recuperación del crecimiento”, evaluó el IIF, entidad que patrocinan los grandes bancos internacionales y que suele reflejar la opinión generalizada en los mercados.
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Las medidas tomadas por el Gobierno en el arranca de 2025 parecen generar un Plan Platita Dulce, una forma de copiar los estímulos que introdujo en campaña electoral el ministro y candidato Sergio Massa pero esta vez en lugar de inyectar pesos en el bolsillo de los consumidores lo hace abasteciendo de dólares subsidiados a los mercados.
El nivel de intervención de la primera mitad de enero, del orden de los US$100 millones a US$120 millones diarios, alarmó tanto al mercado como al propio Gobierno que asumió la imposibilidad de sostener ese ritmo.
Por eso cambió la estrategia y después de negarse a tocar las retenciones aprobó un “Plan Platita Dulce” para seducir al campo a liquidar el stock de granos y adelantar la venta de la nueva cosecha.
Para beneficiarse de la baja de 20% en las retenciones, el exportador tiene cinco días para pagar las retenciones y 15 días para liquidar las divisas y después, tiene un año para exportar el grano. La oferta del Gobierno está disponible hasta junio inclusive, con la idea de que no sirva de instrumento de especulación en los meses preelectorales.
La generosidad del beneficio y las declaraciones de las entidades representativas del campo hizo interpretar al mercado que habrá un importante nivel de liquidación, que con el esquema de 80% en el mercado oficial y 20% en el CCL garantiza la continuidad del dólar barato en las próximas semanas.
El costo a pagar, estará por verse, puede venir por algunos puntos de suba de la inflación por el incremento del valor de los granos el maíz que se utiliza fundamentalmente para la producción de carnes, avícolas, porcinas y vacunos, y el girasol para los aceites, por ejemplo.
El Plan Platita Dulce, también un reconocimiento a la película de Fernando Ayala con Federico Luppi y Julio de Grazia que inmortalizó el plan económico en la dictadura del ministro José Alfredo Martínez de Hoz, se lanzó con la presencia en Buenos Aires de la misión del Fondo Monetario Internacional que busca cerrar un nuevo acuerdo lo que deja dos posibilidades: o el FMI lo avaló o las diferencias son más profundas de lo que se estimaba.
El equipo económico del presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo avanzaron en un modelo de “dolarización sin dólares” o dolarización endógena, donde la estrategia antiinflacionaria se basó exclusivamente en el ancla del tipo de cambio y la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos.
El Fondo, en cambio, planteó una competencia de monedas con el Banco Central acumulando reservas y un ajuste fiscal sostenible como ancla antiinflacionaria. Esta es la visión que comparte el mercado y que expresó el IIF en un informe que marca el comportamiento de las principales entidades financieras internacionales.
La base de comparación para el IIF es Egipto y no Islandia, un país que aplicó fuertes restricciones al flujo de capitales para enfrentar una quiebra generalizada de su sistema bancario y que terminó siendo avalado por el Fondo.
En el caso de Egipto, la salida de las restricciones cambiarias se realizó con la combinación de una devaluación que llevó el tipo de cambio al valor del paralelo y con aportes del FMI y un shock de inversión prometido por Arabia Saudita.
“El banco central devaluó el tipo de cambio oficial hasta cerca del tipo de cambio paralelo y eliminó las restricciones cambiarias y a las importaciones. Mientras tanto, un gran acuerdo de inversión extranjera y el anuncio de financiamiento del FMI y otros socios internacionales mejoraron la liquidez cambiaria”, describipo el IIF el programa de estabilización aplicado qhace un año en Egipto.
En el caso Argentino, sostuvo que “si bien el gobierno de Milei ha corregido rápidamente la mayoría de los desequilibrios heredados de décadas de políticas equivocadas, eliminar los controles cambiarios después de un largo período de múltiples tipos de cambio sigue siendo un desafío”.
Planteó que “si bien muchas restricciones para acceder al mercado cambiario se han ido levantando gradualmente, la liquidez externa, todavía baja, y la inflación elevada según los estándares internacionales han llevado al gobierno a mantener los controles cambiarios”.
El IIF consideró que “la pregunta principal es si el gobierno puede eliminar con seguridad los controles cambiarios que aún persisten y a qué ritmo” y advirtió que “la unificación gradual puede resultar difícil en situaciones de elevada deuda externa, alto contenido importado en las exportaciones, precios de exportación en aumento y baja credibilidad política”.
Reconoció que “en este momento, las principales preocupaciones vinculadas con la eliminación de los controles son la limitada liquidez en dólares para soportar los shocks externos y el impacto inflacionario de las fluctuaciones del tipo de cambio antes de las cruciales elecciones de mitad de mandato en octubre, en las que el gobierno puede ampliar su base legislativa para implementar más reformas pro mercado”.
Sin embargo, sostuvo que “el aplazamiento de la decisión podría complicar la reposición de liquidez externa en un contexto de mayor apreciación del tipo de cambio real. Las ventajas a corto plazo de la estabilidad del tipo de cambio nominal, incluida la rápida desinflación y el aumento del consumo, también podrían reducir los incentivos para eliminar los controles y llevar a cabo reformas que mejoren la productividad, lo que conduciría a desequilibrios externos y menor crecimiento”.
“El gobierno argentino ha ganado suficiente credibilidad, principalmente gracias al desempeño fiscal, para unificar el mercado cambiario sin efectos desestabilizadores. La liberalización del mercado cambiario, que debería impulsar la recuperación del crecimiento en curso, requeriría 10.000 millones de dólares adicionales en reservas que podrían venir como parte de un nuevo acuerdo con el FMI”, concluye.
El problema es que por ahora la dupla Milei Caputo no cree que sea momento de liberar el cepo ni de convalidar un ajuste del tipo de cambio del orden del 20%, aún en un escenario de bajo trasladó a la inflación como creen que sucederá siguiendo el ejemplo de Egipto.
Y mientras la discusión sobre abrir o no el cepo se mantenga sin resolver, el mercado seguirá aprovechando para llevarse los dólares baratos que pone sobre la mesa el Banco Central.