Desde que se declaró la pandemia del COVID-19 en todo el mundo a mediados de 2019, el virus SARS-COV-2 que provoca la enfermedad sigue siendo un misterio para científicos e investigadores que con el correr del tiempo, con aciertos y errores, intentan descifrar su conducta. En este marco, diversos estudios aseguraron que existía un grupo sanguíneo más susceptible a contraer la infección mientras que otros eran menos afectados.
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Fue un informe de China que sugirió a mediados de marzo que el grupo sanguíneo A se asoció con una mayor susceptibilidad y el grupo sanguíneo O se asoció con una susceptibilidad reducida a la infección por SARS-CoV-2.
Es así que estas definiciones sobre la incidencia en los contagios de los grupos sanguíneos como posibles factores de riesgo de COVID-19, motivaron otros estudios en Italia y España que también informaron el grupo sanguíneo A se asoció con un mayor riesgo de COVID-19 grave y el grupo sanguíneo O se asoció con un riesgo reducido.
En junio pasado, un artículo publicado en New England Journal of Medicine señalaba que los genes pueden determinar que algunas personas desarrollen formas graves de COVID-19 y que tener sangre tipo A se asociaba a un 50 por ciento más de riesgo a necesitar apoyo respiratorio, mientras que el grupo O confería un “efecto protector”.
Otro estudio danés hacía referencia a la susceptibilidad a la enfermedad pero no la gravedad; mientras que últimas observaciones en Boston, Massachussets y Nueva York no confirmaron ninguna asociación específica entre el grupo sanguíneo ABO y la enfermedad.
Nuevo estudio sobre la incidencia del grupo sanguíneo con el contagio de COVID-19
En este marco, la revista JAMA Network Open publicó recientemente un nuevo nuevo estudio que tuvo como objetivo probar de forma independiente si el tipo de sangre está asociado con la susceptibilidad al SARS-CoV-2 y la gravedad de COVID-19. El estudio fue aprobado por la junta de revisión institucional del Intermountain Medical.
El análisis se realizó a partir de la base de datos generada por el sistema de atención médica ‘Intermountain Healthcare’ de registros médicos electrónicos específicos de Covid-19 con más de 11.000 participantes, los investigadores trabajaron sobre el grupo de contagiados con el virus entre el 3 de marzo y el 2 de noviembre de 2020 que tenían un tipo de sangre registrado.
El resultado del estudio determinó que el tipo de sangre no se asoció con la susceptibilidad o la gravedad de la enfermedad, incluida la positividad viral, la hospitalización o la admisión a la unidad de cuidados intensivos (UCI).
En comparación con la sangre tipo O, el tipo A no se asoció con una mayor positividad viral, hospitalización o ingreso en UCI. De manera similar, los tipos B y AB no se asociaron con peores resultados que el tipo O.
Con informes contradictorios tanto de China, Europa, Boston, Nueva York, 5 y otros lugares, los médicos aseguran que existe una fuerte heterogeneidad de las asociaciones de los grupos sanguíneos con la susceptibilidad y la gravedad de la enfermedad, lo que podría deberse a las variaciones fortuitas, sesgo de publicación, diferencias en los antecedentes genéticos, geografía y medio ambiente, y virus.
"Se requieren estudios adicionales, estrechamente controlados por genética, geografía y cepa viral, antes de aceptar el grupo sanguíneo como un determinante de predisposición o gravedad de COVID-19", remarcaron los investigadores dirigidos por el Dr. Jeffrey Anderson, del Intermountain Medical, en Murray, Utah, que llevaron a cabo el informe que descarta la asociación del grupo sanguíneo con la infección del COVID-19.